Al hilo del desacierto continuo en el que parece últimamente vivir la DGT, ahora, Pere, nos sale llamando indirectamente a los conductores descerebraos y absurdos por comprar coches de grandes cilindradas. Vamos, que para ir al límite máximo de las carreteras españolas, es suficiente con el antiguo Seat 133. Manda pelotas.