'Snow Cake', la cinta del realizador escocés Marc Evans que recibió ayer el honor de inaugurar el Festival de Cine de Berlín, no es una superproducción, tampoco cuenta una historia excepcional y sus actores, Sigourney Weaver y Alan Rickman, no provocan el delirio de las multitudes. Pero ni la crítica ni el público quedaron decepcionados con el drama de Linda, una mujer autista, y Álex, un hombre solitario y atormentado por dos accidentes mortales.
Es posible que 'Snow Cake' no reciba el Oso de Oro, el máximo galardón de la Berlinale, pero su proyección recibió un premio casi tan importante como lo es la estatuilla dorada. La cinta fue recibida con un aplauso sincero y la crítica tampoco escondió su entusiasmo durante la rueda de prensa, que estuvo protagonizada por las dos estrellas de la cinta y el director.
Los aplausos que recibieron Sigourney Weaver y Alan Rickman cuando entraron en la sala de prensa del festival, además de espontáneos eran merecidos. Los dos actores, que caracterizan una extraordinaria amistad en un pequeño pueblo canadiense cubierto de nieve, podrían ser serios candidatos al Oso de Plata, que premia la mejor actuación masculina y femenina del certamen cinematográfico.
Álex, un hombre introvertido y atormentado por las muertes accidentales de su hijo y de una joven que viaja en su automóvil, decide buscar a la madre para comunicarle la tragedia. El encuentro entre Álex (Alan Rickman) y Linda (Sigourney Weaver), una mujer autista, que puede comprender la desaparición de su hija pero que es incapaz de demostrar sentimientos, enfrenta a dos personas que viven aislados, a su manera, de la realidad.
Guión poderoso
Pero lo que podría haber sido un drama sin sustancia, se convierte gracias a la autora del guión, Ángela Pell, que mezcla con una rara habilidad el humor con la tragedia, en una tierna historia humana que no tiene un desenlace feliz, pero que ayuda al atormentado Álex a entender los misterios del autismo y a eliminar sus propios demonios.
«No es una película sobre el autismo, sino sobre una mujer extraordinaria que es autista», señaló Sigourney Weaver durante la rueda de prensa. «Gracias a esta película y después de haber trabajado durante meses con personas autistas, he aprendido a valorar las cosas simples», añadió la actriz.
'Snow Cake', a pesar de no ser una película espectacular, es una cinta digna que dejará satisfecho al publico, pero en especial al director de la Berlinale, Dieter Kosslick, que recibió el año pasado duras críticas por escoger una película mediocre, pero con la certeza de que las dos estrellas de la cinta 'Man to Man', Kaftrin Scott Thomas y Ralph Fiennes, le acompañarían sobre la alfombra roja el día de la inauguración. En 2004, Kosslick escogió la superproducción americana 'Could Mountain', interpretada por Nicole Kidman y Jude Law, pero ninguno apareció por Berlín en la apertura.