Lo de insalvable lo usaba como sinónimo de inevitable. Por lo demás, opino igual que el amigo Nomenclatus. En su día publiqué un artículo extenso sobre bestias marinas para la revista de D'Arbó. Como no fui demasiado complaciente con este título, me llamó por teléfono Ossorio y estuvo contándome leyendas de sirenas durante más de media hora, para que entendiera los orígenes de Loreley. Vaya señor.