Yo opino que el cine puede ser un arte, o puede no serlo.
Es decir, a ver si me explico: Pasa lo mismo con la fotografía o con la pintura. Si aceptamos que la fotografía es un arte, deberemos aceptar entonces que las fotos de mi viaje a Estocolmo son un arte, a pesar de consistir, básicamente, en imágenes de mis colegas haciendo el signo de "okey" frente a una escultura de un león.
Bueno, pues eso no es arte. Pero a pesar de no serlo, está contando una historia, quieras que no. Está transmitiendo algo: o que mis colegas son muy majos, o que me gustan los leones, o vete a saber qué.
Pues en cine igual: para mí, que me quiero dedicar a ello, el cine es, principalmente, contar historias. Comunicar algo. ¿Es eso arte? Bueno, si lo es, es igual de artístico que ser carpintero y construir una silla: puede ser más o menos bonita, más o menos cómoda o más o menos coja. Da igual, lo importante es que sirve para sentarse en ella. ¿Cumple lo que se propone? Guay. ¿No? Pues lástima.
No me importa que el cine sea un arte, no creo que lo sea. Es, sencillamente, un medio de expresión, como puede serlo la literatura, o hablar. Pero nunca se me ocurriría llamar "artista" a un tío que se expresa muy bien. Simplemente diría: hace bien su trabajo.
A mí siempre han intentado enseñarme que el cine es arte e industria a la vez. Bueno... la verdad es que no estoy de acuerdo. Y ahora es cuando llega el famoso debate entre cine comercial y cine de autor.
El cine, en principio y por definición, debe ser comercial. ¿Por qué? Por dos razones, fundamentalmente:
1. Como decía Hitchcock, el cine es una cosa que costaba mucho dinero, y era lógico que hubiese que recuperar gasto. Él decía que se sentiría culpable si con toda la millonada que se gastan en sus películas los productores, luego no la recuperasen.
y 2: Si la intención del cine es comunicar algo, contar un cuento, es obvio que, a cuanta más gente llegue, mejor. No debemos olvidar que el cine es para la gente.
No estoy menospreciando a los auteurs, o a los innovadores de la forma, a los que experimentan y se arriesgan. Valoro mucho su trabajo, pero para mí tienen la misma importancia que el tipo que inventó la tinta y ya no hubo necesidad de picar piedras para escribir: ese tipo abrió nuevos caminos para la literatura, pero no deja de ser un nuevo escalón, y los escalones están para pisarlos y subir. Los innovadores me parecen necesarios, pero no unos artistas.
A mí lo que me gusta es que me cuenten una historia (a ser posible, que no haya escuchado antes), y que además de contármela bien, me la cuenten bonita. Y lo dice un fan de Tarkovski, ojo.