Bofetada de los suplentes a Mou
Josep Maria Serra 10/04/2011
Al Real Madrid se le apareció la Virgen en La Catedral. Tras el varapalo recibido ante el Sporting en el Bernabéu, José Mourinho admitó que "ganar el título está casi imposible". Dio a entender que, estando a ocho puntos del Barça, tiraba ya la Liga para centrarse en la Champions League y en la final de la Copa del Rey. La mayoría no le creyeron y pensaron que se trataba de otra 'estrategia' suya para provocar la relajación de los azulgrana.
Pero esta vez había hablado en serio. Lo demostró en la rueda de prensa previa al partido de San Mamés, en la que traspasó sus bartulos a Karanka para que lidiara con los periodistas. Y lo confirmó cuando facilitó la alineación plagada de suplentes.
Pero el tiro le salió por la culata. No contaba que los suplentes, con los apenas ha contado durante la temporada, le enrojecieran, sobre todo Kaká. El brasileño sacó todo su orgullo, espoleado seguramente tras saber que el club le está buscando equipo para la próxima temporada, y gracias a sus dos goles el Real Madrid pudo encarrilar la victoria.
Mou no se quejó
Dos goles que llegaron desde el punto fatídico y que desmontaron un poco más los argumentos de Mourinho cuando asegura que los árbitros ayudan al Barça. Con los de ayer, al Real Madrid le han pitado un total de 10 penaltis a favor, por los 3 que sólo le han señalado al equipo de Guardiola. Quizás por ello el técnico luso decidió delegar otra vez en su ayudante, Aitor Karanka, para ofrecer la rueda de prensa postpartido y pasarle así la 'patata caliente' (los penaltis y la actuación arbitral).
Y es que Clos Gómez sacó de quicio al bando rojiblanco. Sus errores pasarán inadvertidos en todos los resúmenes, ya que no sucedieron en las jugadas clave. Lo suyo fueron los pequeños detalles. La condescendencia en las protestas de algunos y la amonestación en la de otros. La tendencia a señalar hacia el mismo sitio cada vez que el balón salía del campo. Algunas de sus equivocaciones en los saques fueron tan clamorosas que fue rectificado por el juez de línea. Pequeños detalles que unidos son capaces de descentrar a cualquiera. La grada de San Mamés así se lo transmitió con sonoras pitadas y abucheos al colegiado, cuya decisión en el segundo penalti acogió con aplausos teñidos de ironía. "¡Así, así, así gana el Madrid!", se pudo escuchar.
Y es que el trencilla dio pie a algunos gestos de provocación de los blancos. Un buen ejemplo de ello fue el momento en el que, con Pepe en el suelo, Mou hizo salir a su médico sin autorización del colegiado. No tuvo ninguna consecuencia.