Tras varios fracasos comerciales y artísticos consecutivos Blumhouse vuelve a la carga con un film eficaz y feminista. Y es que se nota la huella del movimiento #MeToo en el personaje de Elisabeth Moss, que lleva toda la película con su sobrecogedora interpretación. El resto lo ponen un director artesano de la casa y una gran partitura de Benjamin Wallfisch. Muy apañada. Veremos si con "Drácula" están a la altura...