RIESGO DE COLAPSO DEL SISTEMA BANCARIO MODERNO
La Bolsa cayó drásticamente en la mayoria de plazas los dias 20 y 21 de Diciembre, al conocerse el dato de inflación en EE.UU., que limitará la capacidad de la Reserva Federal (FED) para seguir bajando los tipos de interés. El jueves 20/dic, el Dow Jones Industrials cayó 294 puntos, tras anunciarse el recorte de 1/4 punto en el tipo de los fondos de la FED. El viernes, el Dow bajó otros 178 puntos, cuando, segun datos oficiales, se reveló que los precios del consumo habían subido un 0,8% el mes pasado, tras un +0,3% en octubre. El mercado de valores va dando tumbos cuesta abajo, camino de convertir las bajadas en tendencia definida. Tras el verano, ha habido un continuo deterioro en las ventas minoristas, en el sector comercial inmobiliario y en los transportes (en EEUU y en bastantes paises). El sector financiero pasa por una importante retracción, habiendo perdido más del 25% en capitalización desde julio. El mercado inmobiliario está colapsado. El gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, anunció el mismo viernes 21 que declarará la “emergencia fiscal” en enero y pedirá más poderes para hacer frente al déficit presupuestario de 14 mil millones $ generado por la implosion del préstamo subprime.
Los economistas 'oficialistas' de EEUU están comenzando a reconocer públicamente lo que muchos analistas independientes sospechaban desde hace meses: la economía de la nación ha entrado en barrena picada.
El presidente de Morgen Stanley en Asia, Stephen Roach, comentó lo que sigue en el New York Times del pasado domingo:
“Esta recesión será más profunda que la superficial contracción de comienzos de esta década. El desplome del punto.com derivó del colapso de un capital de negocios, cuyo gasto llegó a representar en el momento culminante, en 2000, sólo el 13% del producto interior bruto. La presente recesión tiene que ver con la capitulación del consumidor americano que se avecina, con un impacto, récord, de un 72% del PIB.”
La mayoría de la gente no tiene la menor idea de la gravedad de la presente situación, ni del desastre al que tendrá que hacer frente el país, cuando empiece a soplar el huracán de los miles de millones de dólares procedentes de bonos y títulos sobreapalancados. Está extendida la creencia de que los pilotos del sistema - Bernanke y Paulson – pueden, de uno u otro modo, maniobrar para sacar a la economía de este “episodio turbulento” y llevarla a aguas tranquilas. Pero dificilmente será así, y el prejuicio revela una incomprensión fundamental del modo de funcionamiento de los mercados. La FED no tiene poderes mágicos, y no se expondrá ella misma a ser atropellada por los mercados quedandose en el camino del alud que supondria un mercado en picado. A medida que aumenten los cierres y las bancarrotas, las acciones se desplomarán, y la FED se mantendrá circunspectamente al margen.
En estas últimas semanas, Bernanke (FED) y Paulson (Secretariod del Tesoro) han ensayado varias estrategias fallidas. Estas fueron:
1º Un plan para ayudar a los grandes bancos inversores a consolidar y re-empaquetar su basura hipotecariamente respaldada, convirtiéndola en un “Super SIV” [SIV: “vehículo de inversión estructurada”, por sus siglas en inglés], a fin de darles otra oportunidad de endosar al público sus malas inversiones. El plan no era otra cosa que una táctica de relaciones públicas que ha sido ya abandonada por el grueso de los participantes clave. Tampoco en Europa ha tenido mucho exito que se diga operaciones similares de 'maquillaje' financiero.
2º Una congelación pactada con los bancos de los tipos durante al menos 5 años, para apoyar el sistema bancario y evitar los impagos generalizados. De esta manera, supuestamente, se debería de ayudar a los 3,5 millones de propietarios de vivienda que se enfrentan a la cruda perspectiva de convertirse en morosos sin solucion, si no reciben asistencia gubernamental. Sin embargo, el ultimo informe de los expertos, advierte que el plan de Paulson solo ayudará a unos 150.000 hipotecados, abandonando en cambio al resto a su suerte. Insuficiente.
El jefe de la FED, Bernanke, no lo ha hecho mucho mejor que Paulson. Su rebaja de 3/4 de punto en los Fondos de la FED no ha hecho bajar las tasas de interés hipotecario, afectadas por los incrementos de diferenciales en las cada vez mas asustadizas entidades bancarias. Tampoco ha generado mayores ventas inmobiliarias, ni ha estabilizado el mercado de valores, ni ha mitigado el masivo endeudamiento de los bancos. Ha sido un pinchazo de principio a fin. Todo lo que ha conseguido, eso si, es debilitar aun mas el dólar y disparar una ola de inflación. De hecho, de acuerdo con las estadísticas que presenta ahora el mismo gobierno, los precios de la energía están subiendo un 18,1% solo en este año. Se diría que Bernanke está siguiendo al pie de la letra el supuesto dicho de Lenin, según el cual “la mejor manera de destruir el sistema capitalista es corromper la moneda”.
Los dias 18 y 19 de diciembre, la FED comenzó un “esfuerzo coordinado” con el Banco de Canadá, el Banco de Inglaterra, el Banco Central Europeo y el Banco Nacional Suizo, a fin de afrontar las
“altas presiones a que está sometido el aprovisionamiento monetario a corto plazo de los mercados”. La FED hizo una declaración, conforme a la cual
“pone a disposición del Banco Central Europeo y del Banco Nacional Suizo 24 mil millones de dólares para incrementar la oferta de dólares en Europa” (Bloomberg). La FED añadirá otros 40 mil millones por vía de subastas, a fin de incrementar la liquidez en EEUU. Bernanke trata de aflojar el nudo con que el Libor (London Interbank Offered Rate) ha ceñido los tipos en Inglaterra al reducir drasticamente el préstamo interbancario. El repentino 'off' financiero ha dejado renqueante el ritmo de crecimiento, y podría meter al mundo (la economia 'real') en una espiral de recesión. El “plan maestro” de Bernanke es poco más inyectar efectivo en bancos a pique de hundirse. Son escasas sus posibilidades de éxito. La FED está ofreciendo 0,85$ por dólar atrapado en los títulos hipotecariamente respaldados (MBS, por sus siglas en inglés) y obligaciones de deuda colateralizada (CDO, por sus siglas en inglés), que se vendían la semana pasada en la E*Trade liquidation al fascinante precio de 0.27 dólares por dólar. Al mismo tiempo, la FED ha prometido mantener secretas las identidades de los bancos que toman prestados esos fondos de emergencia, para evitar nuevos 'Northern Rocks'. Lo mismo podemos decir del BCE que lleva con un secretismo absoluto el listado de bancos en apuros (entre ellos, se dice, se comenta, al menos 3 bancos españoles).
Desgraciadamente, a dia de hoy, la operación de salvamento de la FED no ha conseguido nada. Los tipos Libor –que están ahora en su valor más alto de los últimos siete años— no han bajado en absoluto. Esto causa gran preocupación y, porque no decirlo, sorpresa, entre los dirigentes de los Bancos Centrales de todo el mundo. Pero nada pueden hacer al respecto. Los bancos están haciendo acopio de efectivo para proveer sus necesidades de capital y coeficientes de caja. Tratan, desesperadamente, de contrarrestar la pérdida de valor de sus activos (hipotecariamente respaldados) incrementando sus reservas. Pero, y aqui esta la cuestion clave, al mismo tiempo, el sistema está obturado y devaluado por miles de millones de dinero en malos títulos, lo que ha paralizado el crédito y, sobretodo, la confianza entre entidades. Las gigantescas inyecciones de liquidez realizadas por la FED no han hecho nada por mejorar o rebajar los tipos interbancarios. Ahora parece claro que es el mercado es el que dirige los tipos de interés. Y si la situación persiste, y no hay muchos argumentos para pensar que no sea asi, el mercado de valores corre un riesgo cierto de desplomarse.
Uno de los principales economistas británicos, Peter Spencer, lanzó una advertencia el sábado:
“El gobierno tiene que suspender un conjunto de regulaciones bancarias que están en el núcleo de la presente crisis financiera, o arriesgarse a ver cómo la economía entra en una espiral, cuyo final podría hacer parecer el crack de 1929 como un paseíllo por el parque.”
En efecto, los bancos no tienen el dinero necesario para prestar a las empresas o a los consumidores, porque tratan de hacerse con más efectivo para provisionar sus necesidades de capital en activos que continúan en declive. Y es que la FED puede pagar 0,85 dólares por dólar, pero lo cierto es que los inversores no están dispuestos a pagar nada. Spencer supone fundadamente que la razón de que los bancos hayan paralizado el préstamo no es tan solo porque “desconfíen” de otros bancos, sino, sobre todo, porque están pillados de capital a causa de todas sus engañosas hojas y argucias contables “fuera de balance”. Si no se modifican las regulaciones de Basilea, los mercados monetarios seguirán congelados, el PIB menguará y habrá una oleada de quiebras bancarias, como fichas de dominó.
Spencer dijo:
"...El Banco [de Inglaterra] está mirando al abismo. La Autoridad de Servicios Financieros debería de hacer una auditoría generalizada y comprobar que todos los bancos son solventes, y luego tendría que rebajar el nivel de capital requerido por Basilea, pasando de 8pc a 6pc."
Spencer confirma un hecho conocido en el mundillo bancario y financiero: los bancos están gravemente subcapitalizados y se verán inexorablemente sometidos a una creciente presión, a medida que cientos de miles de millones de dólares de títulos hipotecariamente respaldados (MBS) y de obligaciones de deuda colateralizada (CDO) sigan perdiendo valor y tengan que ser sostenidos con un capital adicional que debe crearse de la nada (sin ningun respaldo). Esta politica, a largo plazo, es como intentar apagar un incendio con gasolina.
Bill Gros, de Princo, lo pone así:
“En substancia, estamos asistiendo al derrumbre de nuestro actual sistema bancario”. Lleva razón Gros, pero con eso cubre sólo una pequeña porción del problema.
El economista Ludwig von Mises fue en su día más lacónico:
“No hay modo de evitar el colapso final de un boom fundado en la expansión crediticia. La cuestión es sólo si la crisis llegará pronto, como resultado de la interrupción voluntaria de una ulterior expansión crediticia, o más tarde, como catástrofe final y total del sistema monetario en cuestión.”
El problema básico tuvo su origen en la FED, cuando el anterior jefe Alan Greenspan, bajó los tipos por debajo de la inflación durante 31 meses seguidos, lo que inyectó billones de dólares de crédito a bajo interés en el sistema financiero y encendió un frenesí especulativo en el sector inmobiliario. Greenspan ha dedicado mucho tiempo últimamente a descargarse de toda culpa por la catástrofe que el mismo engendró. En el Wall Street Journal del pasado 21/dic, Greenspan nos regaló una defensa en 1500 palabras, de sus decisiones como jefe de la FED, señalando con el dedo a todo y a todos, desde el “bajo coste de la fuerza de trabajo” en China a “la caída del muro de Berlín”. El artículo, del que hubo una importante repercusion mediatica, está escrito con la habitual prosa oscura y llena de recovecos de Greenspan. Con su opacidad marca de la casa, Greenspan pasa de puntillas por encima de hechos bien documentados de la época de su jefatura en la FED, para absolverse a sí mismo de cualquier responsabilidad personal por el desastre subsiguiente.
La apología de Greenspan es una obra maestra de lógica viciosamente circular, deliberada evasión y patente negación de la realidad. Dice:
“No dudo de que unos tipos bajos federales en respuesta al desplome del punto.com, y especialmente el tipo del 1% alcanzado a mediados de 2003 para contrarrestar la potencial deflación, bajaron los tipos de interés hipotecario variables y pueden haber contribuido al aumento de precios de la vivienda en EEUU. En mi opinión, sin embargo, el impacto sobre la demanda de vivienda financiada con hipotecas variables no fue grande.”
¿Qué ”no fue grande"? 3,5 millones de embargos potenciales, una acumulacion de oferta no vendida de 11 meses, desplome de los precios inmobiliarios, todo un sector hundido en una angustia terminal y agónica que arrastra a la economía global, ¿eso “no es grande”?
Pero...hay que reconocer que Greenspan está parcialmente en lo cierto. Las cuitas inmobiliarias no pueden atribuirse totalmente a las políticas monetarias de “crédito barato” desarrolladas por la FED. También fueron alimentadas por una doctrina de la desregulación y el 'todo-vale' que ha penetrado, permeable y eficientemente, en los mercados norteamericanos y por ende mundiales, de capitales desde la era Reagan. Las ideas de Greenspan sobre el modo en que los mercados deberían funcionar estaban en buena medida moldeadas por esa ideología no-intervencionista/no-supervisadora que ha creado enormes burbujas en los mercados de valores y, como no podia ser de otra manera, enormes desequilibrios y batacazos. El apoyo dado por Grenspan a las hipotecas de interés variable y al préstamo subprime muestra que el anterior mandamas de la FED se entendía a sí mismo, más bien como un animador de los grandes jugadores del mercado que como un árbitro imparcial, cuya tarea era controlar los comportamientos temerarios o poco éticos.
En su artículo, Greenspan añade también esta reveladora pieza de información:
“...El valor de los títulos comerciados en el mayor Mercado de valores del mundo ha subido hasta alcanzar los 50 billones de dólares, el doble que en 2002. La drástica subida de los precios de la vivienda generó una erupción de grandes burbujas inmobiliarias a escala mundial, siendo Japón y Alemania las únicas excepciones.”("The Roots of the Mortgage Crisis", Alan Greenspan, Wall Street Journal)
Admisión que prueba la culpabilidad de Greenspan. Si sabía que los precios de las acciones habían doblado su valor en apenas 3 años (¡casi nada!), también tenía entonces que saber que los títulos no subían a causa de incrementos de productividad o de demanda (fuerzas del mercado). La única explicación razonable para la espectacular inflación de activos, pues, era la política monetaria. Como dijera famosamente su propio mentor, Milton Friedman:
“La inflación es siempre y donde quiera que sea un fenómeno monetario”. Cualquier economista capaz o responsable, habría sabido que la explosión de los precios de la vivienda y de las acciones era un signo de inflación irregular. Ahora que ha estallado la burbuja, la inflación se propaga en metastasis por toda la economía.
Pero Greenspan es un hombre muy listo. Resulta dificl pensar que no sabía lo que estaba pasando. Es teoría económica elemental. Obviamente si que sabía por qué las acciones y los precios inmobiliarios se disparaban. Fue él quien puso la cadena en marcha con la ayuda de su imprenta mágica de crear billetes.
Pero el crédito a bajo interés de Greenspan, siendo importante, es solo es una parte de la ecuación. La otra parte tiene que ver con el modo en que los mercados han sido alterados por las “finanzas estructuradas”.
Lo que resulta tan destructivo de las finanzas estructuradas es que permiten a los bancos crear crédito “de la nada”, arrebatando a la FED su papel de controladora de la oferta monetaria. David Roche explica cómo funciona eso en extracto de libro New Monetarism aparecido en el Wall Street Journal. Atencion al truco del almendruco:
“La causa del crecimiento exponencial del crédito, pero no de la moneda en general, fue simplemente que los bancos dejaron de registrar sus préstamos en sus libros, y los que figuran en las hojas de saldo del banco, cuentan como dinero. Ahora, tan pronto hacen los bancos un préstamo, lo “securitizan”, y lo sacan de su hoja de saldo."
Y sigue...
“Sólo había dos maneras de hacer eso. Una era vender el préstamo segurizado como bono. La otra era proceder a una segurización “sintética”: por ejemplo, usando derivados para escapar al riesgo de morosidad (con cambios de créditos fallidos) y aferrarse al tipo de interés debido al préstamo (con cambios de tipo de interés). Ambas formas de segurización significan que el banco prestador queda en libertad para realizar nuevos préstamos sin que se vea afectada su capacidad prestamista, una vez los préstamos realizados han sido “segurizados. Así, para redefinir la liquidez bajo lo que yo llamo Nuevo Monetarismo, a la tradicional definición de la moneda en general, hay que añadir todo el crédito creado y movido por las hojas de saldo de los bancos hacia las hojas de saldo de los intermediarios no-financieros. Esa nueva forma de liquidez ha alterado la naturaleza misma de la bestia que es el crédito. Lo que ahora determinaba el crecimiento del crédito era el apetito de riesgo: la disposición de las empresas y de los individuos a llevar sus negocios con mayores niveles de endeudamiento.” (Wall Street Jornal.)
Los bancos han estando creando billones de dólares de crédito (por la vía de originar seguridades respaldadas hipotecariamente, obligaciones de deuda colateralizada, títulos comerciales respaldados por activos y toda una amalgama de productos de dudosa reputacion), sin mantener las reservas de capital proporcionales para respaldar ese crédito. Eso explica por qué los bancos estaban tan prestos a proporcionar crédito hipotecario a millones de solicitantes sin documentación, sin ingresos, sin analisis de riesgos colateral es o, incluso, con una mala historia crediticia. Creían que no había riesgo, porque estaban haciendo enormes beneficios sin comprometer en lo más mínimo el propio capital. Era, literalmente, dinero por nada.
Ahora, desgraciadamente, el mecanismo generador de nuevos préstamos (e ingresos) se ha gripado casi en seco. La fuentes principales de la renta bancaria, o han sido gravemente dañadas o se han secado completamente. Una de esas fuentes de renta, los títulos comerciales respaldados hipotecariamente (ABCP, por sus siglas en inglés), han experimentado un decremento de un tercio (400 mil millones de dólares) en sólo 17 semanas. También la segurización de los seguros hipotecarios respaldadas murió de manera casi fulminante. El mercado para MBSs y CDOs y otros complejos bonos se ha unido a los pterodáctilos en los libros de historia. Lo mismo vale para los “vehículos de inversión estructurada” (SIV, por sus siglas en inglés) y otros timos “fuera de hoja de saldo”, que o se han desplomado por completo o se están ahora marchitando salvajemente en bonos respaldados hipotecariamente. No hay vía de salida. Vendrán bancarrotas y quiebras de bancos. Las “finanzas estructuradas” han usurpado la autoridad de la FED para generar crédito nuevo, poniéndolo en manos de los bancos.
Ahora todo el mundo pagará el pato. Los inversores han perdido su apetito por el riesgo y huyen de todo lo que tiene que ver con propiedad inmobiliaria y bonos hipotecariamente respaldados. Eso significa que unos 3 billones de deuda segurizada (CDOs, MBs y ASCP) se estrellarán en tierra ocasionando una violenta sacudida a la economía. No sólo los bancos sufrirán un revés. Como señala el profesor Nouriel Roubini, los intermediarios financieros, los bancos de inversión, los fondos de mercados monetarios, los fondos de derivados financieros y los prestamistas de hipotecas están igualmente en el punto de mira:
“Las instituciones no bancarias carecen de acceso directo al apoyo en liquidez de la FED y de otros bancos centrales, y corren ahora el riesgo de un colapso de liquidez, en la medida en la que tienen responsabilidades a corto plazo pero su activos son a largo plazo y no líquidos; de modo que el riesgo de algo equivalente a una quiebra bancaria está creciendo en el caso de estas instituciones financieras no bancarias. Y no hay posibilidades de que instituciones de depósitos presten a su vez a esas instituciones no bancarias los fondos que les prestan los bancos centrales, porque ellas mismas tienen problemas liquidez y no acaban de fiarse de las instituciones no bancarias. Así pues, en resolución, la política monetaria es ahora totalmente impotente para enfrentarse a problemas de liquidez y a los riesgos de quiebra ante las responsabilidades líquidas de una buena parte del sistema financiero.” (Nouriel Roubini, Global EconoMonitor)
A medida que se acelera el declive de los CDOs y los MBSs, los inversores emprenderán una febril huida hacia la liquidez, como se acaba de ver con el reciente incremento en la demanda de bonos del Tesoro de EEUU. A eso podría seguir una serie de quiebras bancarias y no bancarias espectaculares. Los billones de dólares de “capital virtual” milagrosamente creados por la segurización cuando el mercado estaba henchido de optimismo se desvanecerán en un instante, como lagrimas en la lluvia, en cuanto el mercado se deje llevar por el miedo. De hecho, la burbuja accionarial ya ha pinchado, y el proceso está en marcha y quema etapas con sobrecogedora precision.