Sunshine:
Spoiler:
Hay un momento en que el marido de la mujer, hablando con Darín, le dice que no quiere ver a su asesino muerto. Que lo que quiere es que sufra, que viva toda su vida sabiendo que no tiene libertad ni opción de hacer nada.
Por eso a Darín no le cuadra que el marido simplemente cogiera al asesino y lo matara, porque no era así como pretendía hacerle pagar por lo que le hizo a su mujer.
Al entrar en el cobertizo y ver que el marido tiene al asesino encerrado ahí, los tres se quedan en silencio y es la frase que dice el asesino la que le da sentido a TODA la escena y a TODO el final:
"Dígale al menos que me hable".
Ese hombre lleva 25 años encerrado en una celda, solo, sin nadie que le hable, sin nadie que se preocupe por su salud mental. El marido simplemente le da comida y agua.
No es que sea creíble que lo vea cada día, es que el marido no habla con él, no tiene ninguna relación con él. Es un castigo peor que la muerte y, sin duda, mucho peor que meterlo en una cárcel de la que, en realidad, ya salió (por la situación política del momento).
Es, de hecho, el castigo más cruel que se le puede infligir a un ser humano y precisamente lo hace la persona que más derecho tiene a hacerlo.
Y la historia de amor entre ellos dos es más que preciosa. Está llevada con una elegancia inusual y con un sentido del humor que sólo los argentinos son capaces de impregnarle.