Sinopsis: Haru, de 17 años, emprende un largo viaje a través de Japón para buscar respuestas en una ciudad donde, en 2011, el devastador tsunami se llevó a su hermano y sus padres. Este viaje lleva a la joven, todavía atormentada por la pérdida, desde Hiroshima a Tokio, Fukushima y Ōtsuchi, donde una vez estuvo su hogar. En el camino se encuentra con otras personas y las historias de sus pérdidas.

Estreno: 24 de junio de 2021.

El teléfono del viento ha tenido por su estreno en salas el pasado viernes, aunque ya se pudo ver en España a través de filmin gracias al DA festival que se organizó, debido a la pandemia, de manera online. Nobuhiro Suwa es un director que gusta últimamente mucho entre la cinefilia por su sensibilidad de encarar temas como el amor, la infancia o la familia.

Probablemente El teléfono del viento es una de las películas más desoladoras que se puede encontrar uno en el cine. Fui a verla ayer al Matadero y el silencio que imperaba al principio fue ya revelador, como si estuviera hecho aposta para contagiarnos del clima deprimente. Y no fue para menos, después de sus más de dos horas abandonamos la sala sin decir nadie ni una palabra y con algunas gotas haciendo acto de presencia entre las pestañas.

La historia se centra en la joven Haru, quien perdió a toda su familia a causa del Tsunami en 2011. Guardando cierta similitud con Nomadland, nos encontramos ante la historia de una huida como símbolo de renacer. ¿Cómo salir hacia adelante cuando lo has perdido todo? Pero no ya solo en un caso particular, sino Japón como sociedad. Suwa debe estar preocupado por ese ambiente lleno de tristeza que impera en su país natal y no duda de impregnar a la película de esa melancolía que no deja paso a la felicidad. Ahí queda la secuencia desgarradora con su familia en el jardín de una casa. Lo que parece un flashback lleno de ternura se convierte en una pesadilla. De manera en cierto sentido forzoso, Haru se va encontrando con personas con los mismos o peores dramas. Ella, que piensa que es la chica con peor suerte del mundo, empezará a entender que hay muchos más en una situación igual. Pero detrás de ellos no hay nada, ni un resquicio de querer salir adelante. Japón se ha convertido en meros muertos vivientes que solo sobreviven porque comen (como bien dice uno de los personajes que se encuentra la joven?

¿Por qué todo el mundo actúa como si no hubiera pasado nada?, dice en un momento dado Haru. Esa es la pregunta que se lanza Suwa y que le ha llevado a hacer esta conmovedora obra. Que nadie se la pierda.