Ya me perdonaréis los que os apuntáis a un final de reconciliación, perdón y buen rollo, pero yo no veo ese enternecimiento por ningún lado, ni la dirección de Kazan me lo sugiere. En todo caso, si se produjera y fuera por "necesidad", yo no hablaría de "enternecimiento", sino de conveniencia, que no es lo mismo ni mucho menos: Adam parece que será un inválido hasta el momento de su muerte (quizá no muy lejano). Sería un poco como esos moribundos que se arrepienten de sus pecados cuando el capellán de turno les come la oreja con la monserga de los castigos eternos en el infierno.