En la película no hay ningún hijo pródigo dado que ninguno de los dos hermanos abandona el hogar salvo Aron al final y este muere (o más bien morirá) en los campos de guerra del Viejo Continente.
La historia que se nos narra primero en la novela y luego en la película es una versión distorsionada o más bien el reflejo inverso de la de Caín y Abel.
Tanto AL ESTE DEL EDÉN como RÍO SALVAJE podrían intercambiar perfectamente sus lugares, pero siguirían siendo, en mi modesta opinión, las mejores películas de su director.
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