"Qué cantidad de estupideces y pedanterías; qué humor tan rancio, tan casposo. La serie constituye un insulto al sexo opuesto del que Ana pretende erigirse ahora como defensora, y acaba resultando una simplificación aberrante de las relaciones de pareja, de argumento zafio, banal, vacío, bananero, improcedente, lamentable, pueril, ingenuo, insultante, pobre, atroz, deleznable... y podría continuar recitando una retahíla de adjetivos displicentes de más de dos folios dispuesto a realizar un escarnio global de semejante bodrio, pero no es mi intención aburrirle a usted, lector atento. "
(sacado de
http://www.elconfidencial.com/ocio/indice.asp?sec=53 )
Dioxx, nunca me había reido tanto con un batacazo semejante. Qué malo soy. Lo que más me gusta es que es verdad que ahora es realmente cuando se nota que es Ana Obregón la que está metida detrás de esta serie.