Dentro de 30 años muchos dirán "¿Cuántos Tarantinos, Finchers, Lynchs, Villeneuves, Scorseses, Edgar Wrights o Widing Refns hay ahora?" Es la misma historia de siempre

En cada década hay un sector del público al que el exceso de nostalgia le ha hecho quedarse anclado y pensar que lo de antes era mejor. Ocurre ahora, ocurría en los 90, en los 80, en los 70 y seguirá ocurriendo en el futuro.
Una vez pasado el filtro del tiempo es muy fácil alabar el pasado y desprestigiar el presente, ya que ese filtro hace que la mediocridad de antes caiga en el olvido y sólo prevalezca la calidad, dando la impresión (un espejismo) de que todo lo rodado hace décadas era bueno. Dentro de 20 ò 30 años, una vez pasado el filtro del tiempo que criba el grano de la paja, veremos la época actual con otros ojos. Mientras eso ocurre, prefiero disfrutar de la nostalgia sin quitar los pies del presente, valorando el cine y a los actores actuales tanto como a los clásicos.
Hoy en día no falta talento ni calidad, pero no podemos pretender que cada fin de semana se estrene una obra maestra; y esa necesidad de comparar todo lo que se hace ahora con lo que se hacía antes tampoco hace ningún bien. Lo de ahora es lo de ahora y lo de antes es lo de antes, y, al menos yo, prefiero valorarlo por separado y de forma individual. Tanto lo actual como lo clásico tienen sus pros y sus contras.
Y no penséis que no me gusta el cine clásico, porque no es así. Me gusta
tanto como el actual, porque para mí el cine es cine, ya está, paso de etiquetas ni predilecciones nostálgicas gratuitas.