Sin ánimo de molestar, creo que visionar por primera vez esta película en una maratón de algo más de cuatro horas le hace un flaco favor. Por mucho que la primera sea mejor, cosa que no cuestiono, la experiencia puede resultar tremendamente exhausta, y más por la carga épica de la segunda, un tren de la bruja en muchas ocasiones descontrolado (esto, ni mucho menos, es una crítica). A mí, en más de una ocasión, me ha pasado factura ver dos películas de un tirón en el cine.