Vista esta tarde, y en general me ha gustado bastante, con un par o tres de secuencias donde el cagómetro se ha disparado hasta el infinito y más allá, aunque con un final quizás descafeinado si lo comparamos con los primeros 75 minutos de película.
Si algo hay que destacar de la cinta es la fuerza visual de la misma, gracias a la puesta en escena de Wan, con tiros de cámara que generan tensión por "raros", colocados por encima de la altura de los ojos, o ciertos movimientos de cámara, y un uso del formato panorámico excepcional, aprovechando hasta el último centímetro del encuadre (felicidades al DP, John R. Leonetti).
La verdad es que se nota que, en cierto modo, a Wan se la suda un poco el género, y sus intenciones van por otro lado: en el fondo, es la historia de dos mujeres: Lorraine Warren y Carolyn Perron, y sus miedos. La historia de la casa y tal pues, en mi opinión, es el fondo de lo que realmente Wan se propone, aunque es un fondo muy bien edificado.
Además, el guión está bastante trabajado para lo que suele estar en una película de estas características: se preocupa por lo personajes y las interacciones entre ellos, y encima consigue, con un giro de guión muy efectivo pero lógico, que el espectador se implique con los Warren y éstos pasen a compartir la angustia de los Perron.
Como digo, lo que menos me ha gustado ha sido el climax final, no por malo, sino por fácil: creo que cae en demasiados tópicos que, hasta ese momento, apenas había utilizado, y quizás sigue un camino pelín trillado de efectos más o menos fáciles. Te mantiene en tensión y te acojona, pero está un peldaño por debajo respecto al resto del film.
En resumidas cuentas: un 8.
Muy recomendable.