Creo que con la muerte de Forrest también muere el mayor conocedor del cine clásico del género fantaterrorífico, su mejor divulgador y un ser entrañable por las impresiones de aquéllos/as que le conocieron y disfrutaron de su envidiable colección de curiosidades y rarezas en la Ackermansión. Con él se diluyen en parte recuerdos de primera mano de iconos que ya no están entre nosotros, como Karloff, Lugosi, Price o Cushing, y convierte a Forry en una leyenda equiparable a estos grandes nombres.