Es lícito pensar de una u otra manera, dependiendo de en qué etapa esté el mayor número de películas favoritas. En mi caso está en los setenta, a pesar de que La marca del hombre lobo, La Residencia y Gritos en la noche estén en mi top-ten del fantaterror. Además, es porque se vivía la eclosión, el interés, el seguimiento, la continuidad, el género... Antes no. Quizá a eso se referiría Aguilar. Supongo. En mi caso, me quedo con ambas décadas, porque yo soy así de exhaustivo y suprayectivo.![]()