Iniciado por
Abuelo Igor
Ya el comienzo, con la frase del maestro “Questo è il Rubicone”, hablando de un riachuelo insignificante, ya me parece mítica, aunque he de decir que, aunque por supuesto disfruto del arte de la caricatura y del humor fellinianos, no tengo una enorme estima hacia los “recuerdos escolares” de “Roma” y “Amarcord”, por razón del mal recuerdo que guardo de años pasados en los que me dediqué a dar clase. Ahí siempre he creído que Federico peca de populista, de dar un poco al público lo que quiere (al fin y al cabo, todo el mundo odiaba ir al colegio, ¿no?), a no ser que en el fondo la película que nos ocupa escenifique primero el desprecio hacia la adquisición del saber, en la escuela, para pasar más adelante, en el cabaret, al desprecio hacia la cultura y los artistas, en el seno de un espectáculo pobre y casposo que hace la sátira más hiriente. A tanto una como otra parte se le podría aplicar la descripción, “es gracioso, pero, si te paras a pensarlo un poco, maldita la gracia que tiene”. Pero la diferencia es que tengo la impresión de que Fellini trata a los maestros y a los artistas con una cierta crueldad que no aplica tanto a los niños ni a los espectadores, que son seres espontáneos llenos de vitalidad y espíritu popular.