Ang Lee saca al western del armario
Claudio Onorati
El taiwanés presenta en Venecia Brokeback Mountain, una película que cuenta la pasión entre dos cowboys gais.
Agencias
La película del taiwanés Ang Lee -Brokeback Mountain- que cuenta la pasión de dos cowboys homosexuales no produjo el escándalo anunciado por la maquinaria de propaganda de la Mostra porque toda la historia está tratada con delicadeza, sensibilidad y melancolía.
El filme fue recibido con aplausos por la crítica especializada, que valoró especialmente el trabajo de uno de los protagonistas -el australiano Heath Ledger- y un guión que elude en todo momento los estereotipos gays.
La otra cinta que compitió hoy por el León de Oro, máxima recompensa del Festival de Venecia, fue una «película sorpresa» -no estaba anunciada y no había información sobre ella- que resultó ser «Takeshi's», de Takeshi Kitano.
Se trata de un ejercicio de egolatría disimulada por el humor en el que el director japonés se desdobla en varios personajes en un ambiente que, por momentos, roza el surrealismo.
La obra de Ang Lee, que dura más de dos horas, tiene varias contradicciones formales que llaman la atención del espectador. Por un lado, la fotografía: la cámara del mexicano Rodrigo Prieto alterna escenas comerciales o turísticas de paisajes maravillosos, con otras, desoladas, que parecen surgidas de la paleta de Edward Hooper.
En cuanto a la presentación y apariencia de los protagonistas -un extraordinario Heath Ledger y un sorprendente Jake Gyllenhall-, en ningún momento el director cae en el recurso fácil de mostrarlos afeminados. Sin embargo, siempre aparecen impolutos, como recién bañados, lo que no es verosímil en dos pastores de ovejas que permanecen aislados durante meses entre valles y montañas.
La historia comienza en Wyoming, donde dos trabajadores rurales son contratados para cuidar un enorme rebaño de ovejas al pie de la majestuosa montaña Brokeback. La soledad, el creciente frío y una intimidad que nace lentamente, los empuja uno contra otro en un torbellino de pasión del que no pueden huir.
Cuando termina el trabajo cada uno de ellos retoma su vida, se casan y tienen hijos. Pero no pueden olvidarse y frecuentemente se encuentran clandestinamente para dar rienda suelta a su amor.
La imposibilidad de dar a conocer públicamente la relación y la doble vida que llevarán por el resto de sus días tiñe toda la historia de tristeza y frustración.
Ang Lee, que nació en Taiwán y se trasladó luego a Estados Unidos, dijo tras el pase de su película que «todos tenemos dentro del corazón una montaña Brokeback. Es ese lugar secreto al que siempre uno quiere volver o el sitio que siempre se busca y nunca se encuentra. Es la última ilusión, pero también la última razón para vivir: el sueño de una total y honesta conexión con otra persona».
A su juicio, la película es «una gran historia de amor estadounidense».
«Brokeback Mountain» retoma, desde otra perspectiva y con mayor profundidad, el tema de la homosexualidad que el realizador tratara en un filme anterior, «El banquete de boda» (1993)