Nos estamos saliendo un poco del tema pero todo está relacionado. Sospecho que primar el espectáculo frente al realismo se remonta a los tiempos de las cavernas, cuando los cazadores exageraban el relato de su dia de caza cuando lo contaban al resto de la tribu en torno al fuego. El tópico persiste hoy en dia entre los pescadores, por ejemplo, respecto al tamaño de la pieza y la dificultad en la captura.

Hay un concepto fundamental para disfrutar la mayoría de películas, en especial de ciertos géneros como la acción, la fantasía o la ciencia ficción, se llama suspensión de la incredulidad. Exige pasar por alto ciertos aspectos poco creibles de una historia para que ésta progrese. Recuerdo la discusión con un amigo respecto a la película Tigre y Dragón. Él era incapaz de disfrutarla porque no podía aceptar el hecho de que "los chinos volaran", sin embargo no le suponia ningún esfuerzo aceptar la historia de Superman. Si fueramos 100% racionales, nos resultaría imposible aceptar cualquier argumento o truco que desafiase nuestro sentido común. La credulidad es innata y esencial para que los niños se ilusionen con los cuentos de Santa Claus, el ratoncito Pérez...