Tema: Frases de Antonio Gasset (que crack!)

“Para ir al cine con esta cartelera hay que tener coeficiente intelectual negativo.”

Mayúscula frase si no fuera porque el coeficiente intelectual no existe.. se llama 'cociente' intelectual...

Salu2!

Iniciado por Ferenczyg

Mayúscula frase si no fuera porque el coeficiente intelectual no existe.. se llama 'cociente' intelectual...

Ahí has actuado, precisamente, de Antonio Gasset: tikismikis por definición, siempre con el punto de ironía...

Tiene clase el tío hasta en los errores!

Iniciado por Ferenczyg

Mayúscula frase si no fuera porque el coeficiente intelectual no existe.. se llama 'cociente' intelectual...

Salu2!

Valen las dos formas..

Coño pues Amando de Miguel y yo siempre habíamos creído que era debido a una apresurada (mala) traducción del inglés.. en fin, habrá que informar a la wikipedia..

Salu2!

Iniciado por Ferenczyg

Mayúscula frase si no fuera porque el coeficiente intelectual no existe.. se llama 'cociente' intelectual...

Iniciado por Ferenczyg

Salu2!

A mi hay veces que suelta unas paridas que parece que esta tan convencido que no lo ve nadie que las deja caer cada vez más gorda para confirmarse que realmente no lo ve nadie.
Como aquel que hace un examen de historia sin tener ni puta idea y escibe su vida sexual convencido de que los correctores pasan de leerse los examenes y esa es su forma de demostrarlo.

"Mi vocación era ser 'playboy' internacional"

Una discreta, a la par que morbosa, sección de la audiencia agarra con fruición el mando a distancia las noches que toca Días de cine (La 2), en espera de escuchar los comentarios chuscos e inopinados que Antonio Gasset (Madrid, 1946) suelta al saludar o dar paso a la publicidad. Tanta socarronería no son habituales en el entorno de este electrodoméstico, la ocasión merece la espera. Firma frases, pose y actitud vital, un tipo de trato amable y conversación ingeniosa, que dice abrazar el humor como antídoto de la melancolía. ¿Le creemos, o seguirá de coña?

--Hay quien dedica las vacaciones a planificar el invierno. ¿Es su caso?
--Entre los numerosos defectos que me adornan, destacan la abulia, el pesimismo, la melancolía y la pereza. He tenido posibilidades de escribir, dirigir, hacer mil cosas, pero la abulia siempre me derrota en el último momento. Con esto le respondo.

--¿Dónde y cómo le encontraremos estas semanas?
--Estaré unos días en Berlín, donde vive mi maravillosa hija Cósima, de 14 años, y luego me iré a Ibiza y Formentera, como todos los veranos. Allí me dedicaré a mi afición favorita: leer. No soy un cinéfilo de esos que se vuelven locos, pero sí un lector compulsivo. Leo todo tipo de libros y mucha prensa. En todas las playas se ve a uno que va corriendo tras las hojas del periódico que vuelan. Puedo ser yo perfectamente.

--¿Le agota su trabajo? A priori suena bien: le pagan por ver películas y opinar sobre ellas.
--Que yo sepa, me pagan por opinar sobre ellas, no sabía que también era por verlas.

--¿Qué es lo más duro de su oficio?
--Soy un poco quisquilloso y alguna vez he tenido problemas personales con compañeros. Luego me he arrepentido. Me gustaría haber evitado ciertos malentendidos.

--¿Qué motiva malentendidos entre usted y el resto de la humanidad?
--Que soy un hombre profundamente paranoico. Un paranoico es aquel que piensa que le persiguen. El siguiente nivel es pensar: '¿y si realmente te persiguen?' Yo estoy en ese punto. A veces sueño que me hacen una entrevista en la que descubro alguna virtud mía, para hablar de ella.

--No sea así. Seguro que tiene algún valor interior. Examínese.
--Quizá sí: no soy nada ególatra, detesto la popularidad. Una de las cosas que me gustan de Berlín es que no me conoce nadie. Aunque soy muy futbolero, durante el Mundial deseaba que España cayera en semifinales, elegantemente, eso sí. La idea de encontrarme con Manolo el del Bombo por una calle me horrorizaba. Me lo imaginaba gritando: 'El del cine, el del cine, a por él...'

--Si Carmen Caffarel le extendiera un cheque en blanco para que pida un destino laboral, ¿qué pondría?
--El mayor ofrecimiento que me podrían hacer es que me tocara la primitiva, en cuyo caso la abulia se convertiría en una suite de cinco estrellas en hotelazos de medio mundo. Además, yo detesto mandar, prefiero que me manden. Así me puedo dedicar a una de mis ocupaciones preferidas: desobedecer. Siempre he sido muy díscolo, desde que iba a la escuela.

--Si tuviera que presentar Los hábitos del incendiario, el corto que dirigió en 1970, ¿qué diría?
--Diría algo así: 'A continuación un corto que tiene uno de los títulos más bonitos de la historia del cine español. Sobre su contenido, juzguen ustedes mismos'. La verdad es que no lo enseñaría jamás. Era una paja mental absoluta, pedante, muy de aquella época. Hablaba del regreso a España de un anarquista y su relación con una mujer, todo en plan muy onírico.

--¿Qué pretendía en 1970?
--Dirigir cine. Durante mucho tiempo fue mi gran proyecto. Hasta que vi que para dirigir una película se necesita una estabilidad mental de tres o cuatro meses seguidos que yo no tengo. Yo, perfectamente, un día en mitad del rodaje, me podría haber quedado debajo de la cama aterrorizado. Por cosas de menos importancia me he metido debajo de la cama y no he salido.

--Y en vistas de eso, decidió meterse a criticar películas en televisión.
--Trabajaba de ayudante de dirección cuando empezó Informe semanal, donde entré de realizador. Este acontecimiento cambió mi vida. Yo soy periodista por azar. Llegué a ser subdirector de Informe semanal, hasta que tuve una crisis con María Antonia Iglesias, nos peleamos, y como no sabían qué hacer conmigo, me ofrecieron dirigir Días de cine.

--¿Es un director frustrado?
--No. Tengo claro que si hubiese nacido 30 años más tarde no me habría interesado el cine para nada. Yo me hice cinéfilo en unos años en los que pensábamos que a través del cine la humanidad podía mejorar. Creíamos en el neorrealismo italiano, en Roberto Rossellini, en la nueva ola francesa. Si me hubiera empeñado en hacer cine, estoy seguro de que habría terminado buscando otro trabajo, aunque con un par de películas que habrían visto doscientas personas como mucho.

--Entonces, ¿su vocación cuál era?
--Nunca he tenido una vocación clara. Bueno, sí, ser playboy internacional, pero tampoco tengo cualidades. Lo que sí he sido siempre es muy perseverante en el amor, muy enamoradizo, muy coñazo. Me interesaba eso más que el trabajo o la vocación. Si hubiera sido director de cine, habría estado todo el tiempo intentando ligarme a las actrices, sin importarme lo más mínimo el resultado de la película.

--¿Cómo surgió la idea de soltar esas frases en el programa?
--Fue totalmente espontáneo. A lo largo de mi vida he tenido varias adicciones, y una de las principales ha sido al humor. Me ha salvado de grandes catástrofes. Esto, unido a una cierta socarronería y mala uva propias de mí, me movieron a hacer esos comentarios en el programa. Hasta que vi que le hacían gracia a la gente, y pensé: pues voy a decir una chorrada siempre que pueda. Pero siempre son espontáneas. En 12 años que llevo haciendo entradillas, nunca he dedicado más de cinco minutos a pensar qué voy a decir. La prueba es que algunas son una sandez enorme.

--¿El humor le ha salvado la vida?
--Totalmente. Y ha sido mi gran arma de seducción. Si eres Brad Pitt, quizá puedas utilizar otras, pero en mi caso tuve que agarrarme al humor. Y la verdad es que con buenos resultados. La gente piensa que el sexo es solo el acto sexual, pero también está el antes y el después, y sin humor es un coñazo. He de reconocer que en ocasiones me pasé con mis bromas. Hay un rosario de personas a quien debería pedir perdón porque el humor y una copa me llevaron a pasarme de la raya con ellos.

--En una de sus entradillas recientes en el programa espetó: "No tengo ni idea de dónde refugiarme políticamente". ¿Era humor o iba usted en serio?
--Quizá exageraba. Soy un hombre más vinculado a la izquierda que a la derecha. Por tradición, herencia y planteamiento. Pero soy más de izquierdas que progre. Y un poco decepcionado sí que estoy. Ahora suena a insulto, pero yo pertenezco a la generación del 68, que creyó en un cambio que no llegó a funcionar. En ese sentido, sí que me siento excéptico. Políticamente pertenezco a una generación fracasada.

--Otra constante en sus comentarios en el programa es su reivindicación de los hijos y la familia.
--A veces pienso si es más terapia que realidad, porque en el tema de la familia también he fracasado. Siempre he hecho todo lo posible para que me pusieran las maletas en la puerta. De hecho, me separé siempre que estuve casado. Lo que sí tengo claro es lo de los hijos: son lo mejor que hay. En este momento de mi vida la soledad me da mucho miedo. Los hijos crecen, se independizan, los ves cada vez menos... La soledad me da más miedo que la enfermedad, incluso que la muerte. Pero asumo que un enamoradizo como yo está condenado a estar solo.

--Siempre le quedará el Barça. Tras la victoria en la Champion, presentó el programa desde Cannes vestido de blaugrana. ¿Cómo se le ocurrió?
--Me la pensaba poner tanto si ganábamos como si no. Soy muy culé, y ya tengo dicho a mi gente que cuando muera quiero que la mitad de mis cenizas las arrojen al césped del Camp Nou y la otra mitad a un lago que hay en Berlín. Creo que parte de esta melancolía que me persigue tiene que ver con el hecho de ser del Barça. Quizá si hubiese sido del Madrid sí habría llegado a dirigir cine, no sé. Parte de mi carácter está configurado por ser culé, que es algo bastante dramático, pero trato de llevarlo con elegancia y nobleza.


www.elperiodico.com

y punto.

Iniciado por 60x60

...Parte de mi carácter está configurado por ser culé, que es algo bastante dramático, pero trato de llevarlo con elegancia y nobleza.

Este tio es la polla...jajaja

--¿Le agota su trabajo? A priori suena bien: le pagan por ver películas y opinar sobre ellas.
--Que yo sepa, me pagan por opinar sobre ellas, no sabía que también era por verlas.

Un saludo

--Quizá sí: no soy nada ególatra, detesto la popularidad. Una de las cosas que me gustan de Berlín es que no me conoce nadie. Aunque soy muy futbolero, durante el Mundial deseaba que España cayera en semifinales, elegantemente, eso sí. La idea de encontrarme con Manolo el del Bombo por una calle me horrorizaba. Me lo imaginaba gritando: 'El del cine, el del cine, a por él...'

Entre eso y lo de Schumacher...PUTO AMO.

"--¿Le agota su trabajo? A priori suena bien: le pagan por ver películas y opinar sobre ellas.
--Que yo sepa, me pagan por opinar sobre ellas, no sabía que también era por verlas. "

Acojonante

Salu2!

No había visto esa entrevista, este hilo se perdió en los inframundos del off-topic, y ahora la he podido leer y no puedo más que reafirmarme en mi opinión de que este tío es un crack; de hecho es la definición de crack en sí mismo.

Mi sueño sería conocerlo en persona, de verdad; poder charlar con este hombre deber ser genial, aunque sólo sea para quedarse contigo.