Tema: Fritz Lang: revisando sus películas

Ya me he puesto con el comentario de SÓLO SE VIVE UNA VEZ y espero tenerlo listo para el fin de semana.

He optado por seguir el ejemplo de FURIA en el sentido de no hacer un detallado resumen de la trama, que creo innecesario y centrarme en aquellos aspectos que más me han llamado la atención, incluyendo aportes referentes a la preproducción de la película que me parecen capitales no sólo para entender esta sino también otras que vendrán en los años '40 dadas las excelentes relaciones que Lang mantuvo con su productor, Wanger y más adelante con la esposa de este, Joan Bennett...

Después del pequeño desvío que me ha supuesto el breve comentario de la espléndida DUNE de Villeneuve esta noche apretaré el acelerador e intentaré dejar cuasifiniquitada la reseña de la segunda cinta norteamericana de Lang. Y también podré reemprender las colaboraciones en el rincón Renoir puesto que tengo una impecable copia en DVD de TONI de la mano de la añorada Versus si no me falla la memoria.

Pero bien hecho está ese desvío. Retomas fuerzas y vuelves con más ganas.

Hoy sí que estoy reventado así que a ver si mañana estoy mejor y puedo finiquitar de una p... vez el comentario de SÓLO SE VIVE UNA VEZ...

... y bien cierto que es...

Iniciado por Alcaudón

Hoy sí que estoy reventado así que a ver si mañana estoy mejor y puedo finiquitar de una p... vez el comentario de SÓLO SE VIVE UNA VEZ...

... y bien cierto que es...

A no ser que seas James Bond.

O las Azúcar

Me paso un momento a desearos Felices Fiestas pero con mucha precaución, que rima con omicrón.
Vista por fin "M", será muy raro que no acabe en el Top-5 particular del realizador. Un film que hizo que Goebbels sacara unas conclusiones muy cocretas y que lo llevó a contactar con el realizador.
Me extenderé cuando pase Año Nuevo para reseñar ésta y "La mujer en la luna"; a ver si puedo ver "Furia" antes de que 2021 termine.

Que Santa (que supongo que va ya con la triple pauta de Pfizer... por lo menos) o quién sea nos traiga concordia y buenas nuevas.

Y para Tomás, además que sea un Santa musical el que le visite (de "M" langiano a Boney "M"):

20. REVISANDO LA FILMOGRAFÍA DE FRITZ LANG (1890-1976) / PARTE XXI:

YOU ONLY LIVE ONCE (1937, SÓLO SE VIVE UNA VEZ)



Director: Fritz Lang.

Producción: Walter Wanger Productions, Inc.

Distribución: United Artists Corp.

Productor: Walter Wanger.

Guion: Gene Towne y Graham Baker.

Fotografía: Leon Shamroy, en blanco y negro (1.37:1).

Dirección artística: Alexander Toluboff.

Dirección musical: Alfred Newman.

Montaje: Daniel Mandell.

Reparto: Sylvia Sidney (Joan “Jo” Graham/Taylor), Henry Fonda (Eddie Taylor), Barton MacLane (Stephen Whitney), Jean Dixon (Bonnie Graham), William Gargan (Padre Dolan) y Jerome Cowan (Doctor Hill).

Rodaje: 46 días (del 30 de septiembre a mediados de noviembre de 1936).

Duración: 1 h 25 m 56 s. (Copia en BD editada por Divisa en 2020).

Estreno: 29 de enero de 1937.







Lo primero que me ha llamado la atención del visionado de la (magnífica) copia en BD editada por Divisa fue que la misma no fuese la original norteamericana sino la británica.

Rápidamente he de decir, antes de que cunda el pánico, que la única diferencia entre ambas, al menos que yo sepa, es el hecho de que en este caso la preceden las cartelas primero del British Board of Film Censors (organismo del que he hablado largo y tendido en el foro Hammer/Fisher) y después de la compañía que se encargó de su distribución en la Pérfida Albión.

Hacía muchos años que no veía SÓLO SE VIVE UNA VEZ y al contrario que en el caso de FURIA el visionado me ha supuesto una pequeña decepción a pesar de ser, en líneas generales, una excelente película y, en cierta forma, una continuación natural de esta.

A pesar de que la frase que sirve de título a la cinta no se pronuncia ni una sola vez – al menos que yo recuerde – a lo largo de toda la película ello no es obstáculo para que lo considere como uno de los más bellos de toda la filmografía langiana.

- Y, francamente, dudo mucho que los creadores de la franquicia bondiana lo tuviesen en mente cuando a la quinta entrega del personaje la titularon SÓLO SE VIVE... DOS VECES. -



Si en FURIA Lang trabajó en la que por entonces era la más poderosa (o al menos la más rentable) de todas las grandes compañías de Hollywood, en este caso el director fue contratado por el productor independiente Walter Wanger (1894-1968) por petición expresa de la protagonista de aquella cinta, la diminuta (y exquisita) Sylvia Sidney, quien había trabajado muy a gusto con el dictatorial director vienés.



Sidney estaba bajo contrato con Wanger, uno de los independientes más poderosos junto a Samuel Goldwyn (que, pese a su nombre, no intervino en la formación en 1924 de la Metro-Goldwyn-Mayer de la que antes hablaba) y David O. Selznick.

Entre sus primeras producciones me gustaría destacar el primer largometraje en Technicolor rodado en exteriores naturales, THE TRAIL OF THE LONESOME PINE (1936), de Henry Hathaway, con… Sylvia Sidney, Fred MacMurray y… Henry Fonda de protagonistas…



Previamente a este Wanger había producido una cinta que bien podría haber servido de base a la obra hoy comentada, MARY BURNS, FUGITIVE (1935), de William K. Howard, dado que está protagonizada por Sidney y escrita por… Graham Baker y Gene Towne…



… y en la que la actriz encarnaba a una especie de Bonnie Parker muy similar a la “Jo” Graham de SÓLO SE VIVE UNA VEZ.

Igualmente Henry Fonda, el héroe norteamericano por autonomasia del cine clásico (junto a, por supuesto, James Stewart), se encontraba bajo contrato de Wanger y trabajó en tres producciones suyas previas a esta, la mencionada THE TRAIL OF THE LONESOME PINE, THE MOON’S OUR HOME (1936) y SPENDTHRIFT (1936).

Pero al contrario que Sidney Fonda y al igual por cierto que Spencer Tracy, mantuvo una pésima relación con el director durante todo el rodaje.

Ello no impidió que volvieran a coincidir, seguramente a su pesar, en la primera cinta en Technicolor de Lang, el muy reivindicable western LA VENGANZA DE FRANK JAMES (1940), continuación directa de la obra maestra TIERRA DE AUDACES (1939), de Henry King...



... y en la que hizo su debut la celestial Gene Tierney...



Al igual que en FURIA, aunque Sylvia Sidney encabece el reparto, el verdadero protagonismo recae en Henry Fonda, al que el único pero que le podemos poner a su actuación es el hecho de que era demasiado guapo (¿?) para el papel…



… o mejor dicho, demasiado glamuroso (¡!), al contrario de lo que ocurría con el más tosco y terrenal Spencer Tracy.

Tanto FURIA como SÓLO SE VIVE UNA VEZ (e intuyo que YOU AND ME, que todavía no he visto) son cintas que podrían pertenecer por igual al cine negro que al cine social.

Por cierto, durante su visionado me ha venido en numerosas ocasiones a la cabeza el nombre de Nicholas Ray puesto que alguna de sus mejores películas, especialmente su ópera prima, la espléndida THE TWISTED ROAD (1948) (> THEY LIVE BY NIGHT (1949)), parece hija natural suya.



Una pareja de jóvenes enamorados que huye de la (in)justicia y que tendrá un final trágico (aunque poético).

Antes de seguir adelante me gustaría retomar el nombre de Walter Wanger y también el de su esposa, la actriz Joan Bennett (1910-1990).



Y es que en 1945 Wanger, Bennett y Lang formaron la compañía Diana Productions, Inc., bajo el amparo de la Universal y que daría origen a dos obras tan dispares como PERVERSIDAD (1945) y SECRETO TRAS LA PUERTA (1948).

- De PERVERSIDAD ya se ha hablado recientemente en el rincón dedicado a Jean Renoir cuando comentamos LA GOLFA (1931) y volveremos a hacerlo a la inversa cuando le toque su turno. -

Previamente a estas dos obras Lang y Bennett había trabajado juntos en las espléndidas EL HOMBRE ATRAPADO (1941), primera cinta antinazi del director (y que mantiene una conexión, siquiera tenue, como comentaré más adelante, con la obra hoy reseñada) y LA MUJER DEL CUADRO (1944).

Al parecer la relación director/actriz era igual de apasionada fuera que dentro del plató de rodaje…



Wanger, al contrario que Selznick, no se inmiscuía en los rodajes y dejaba notable libertad a los directores con los que trabajaba mientras cumpliesen las fechas estipuladas y no se excediesen del presupuesto.

Buena prueba de ello es que el productor le permitió alterar el final previsto escrito por el tándem Baker/Towne en el cual morían ambos protagonistas a la vez después de darse “el beso de la muerte” (en este caso literalmente) por otro el que primero lo hacía “Jo” y luego Eddie y ese ósculo final sería, por tanto, post mortem.

Como antes decía, SÓLO SE VIVE UNA VEZ me parece, en cierta medida, la continuación natural de FURIA en el sentido de que en ambos casos Lang nos proporciona ya en los primeros instantes de la proyección los elementos clave sobre los que más tarde girará toda la trama.

En esta ocasión la cámara de desplaza al interior de la oficial del Defensor del Pueblo, Stephen Whitney (Barton MacLane, un rostro habitual en el cine negro de la época) y donde trabaja “Jo” Graham (Sylvia Sidney).

La escena en la que el airado vendedor de manzanas se queja a “Jo” de los siseos continuos que sufre a manos de un policía se convertirá más adelante en una metáfora sobre el abuso y la corrupción de las instituciones públicas (uno de los puntos en los que estructuré mi anterior comentario) que afectará de lleno a su vida cuando su novio sea acusado injustamente de un asesinato múltiple… de policías.



Igualmente la mención que hace “Jo” al fiscal del estado y a su jefe acerca del caso de una joven a la que han decidido no procesar porque según ella “ha sido víctima de las circunstancias” será todavía más determinante puesto que es eso mismo lo que le sucederá a ella cuando se una a Eddie, cual la mencionada pareja Bonnie y Clyde, en su huida de la justicia.

También en ambas películas será la protagonista femenina la que se desplace, en FURIA en busca de un trabajo más lucrativo y en SÓLO SE VIVE UNA VEZ porque su prometido ha cumplido la pena de tres años de prisión por haber hecho de chófer de una famosa banda de atracadores.

Contundente la afirmación del alcaide de la prisión cuando le espeta a Eddie que una cuarta condena supondría la pena de muerte. Luego hablaré sobre la afición a los dulces del funcionario de prisiones...



No es de extrañar la actitud arrogante de Eddie cuando se despide de este y de Stephen, quien ha intercedido a su forma y eso a pesar de estar profundamente enamorado de “Jo”.

- Precisamente una de las debilidades de la cinta a las que antes hacía referencia recae en el personaje encarnado por MacLane puesto que su interés amoroso por “Jo” está desarrollado muy epidérmicamente y, por además, seamos sinceros, su apostura como galán está en las antípodas de Fonda. -



Un ejemplo perfecto de esas “víctimas de las circunstancias” a las que hacía antes referencia su prometida.

O en el caso de Lang, dado que es uno de los temas centrales de su filmografía, el destino y la fatalidad, o aunando ambos términos, la fatalidad del destino.

- Recordemos que su primera gran obra, DER MÜDE TOD (1921), se tradujo como LAS TRES LUCES, LA MUERTE CANSADA (mi favorito, sin duda) o… DESTINO… -

Otra de las cosas que me chirrían de la película es la (fastidiosa) presencia del padre Dolan (William Gargan) que vendría a ser un cruce entre el padre Flanagan (curiosamente encarnado por… Spencer Tracy) de FORJA DE HOMBRES (1938) y LA CIUDAD DE LOS MUCHACHOS (1941), ambas de Norman Taurog y el padre O’Malley (Bing Crosby) de SIGUIENDO MI CAMINO (1944) y LAS CAMPANAS DE SANTA MARÍA (1945), igualmente ambas de Leo McCarey, aunque afortunadamente sin el protagonismo de ambos.



Y pese a todo hay que reconocer (incluso un agnóstico como yo) que ojalá existiesen sacerdotes de la estatura moral del padre Dolan, a pesar como decía de que tanto él como Stephen parecen estar siempre mirando por encima del hombro al desafortunado (salvo en el amor) Eddie.

Si entre Tracy y Sidney existía una excelente química, esta es todavía superior en el caso de Fonda y Sidney.



Y mientras Fonda estaba dando sus primeros pasos hacia el estrellato Sylvia Sidney (que, incomprensiblemente, jamás obtuvo una mísera nominación a los Oscar a la mejor actriz) venía de trabajar con Alfred Hitchcock en la muy reivindicable SABOTAGE (1936), ya sabéis, aquella en la que el maestro cometió el mayor error de su carrera…



Si en FURIA la pareja protagonista se pasaba el tiempo mirando los escaparates con vistas a su futuros esponsales, en SÓLO SE VIVE UNA VEZ estos tendrán lugar nada más Eddie salga de la cárcel.

La secuencia de la luna de miel es un tanto extraña puesto que a la vez es otro de esos ejemplos que solía usar el director para decantar la mirada del espectador hacia el final trágico que se intuye desde el principio y también notablemente naíf desde el punto de vista estético.



De todas formas no olvidemos que el romanticismo, siquiera el germánico, preside muchas de las mejores obras del director vienés.

- Por cierto, Fonda se quejó con razón del enorme número de tomas que el director dedicó a las ranas del pequeño estanque.

Las declaraciones de los anfibios no trascendieron a la prensa… -

Como decía Eddie nos da la clave del final de la historia cuando le comenta a “Jo” que cuando una rana muere la otra lo hace a continuación al no poder soportar su pérdida.



El salto de la rana destruyendo el reflejo perfecto en el agua de los enamorados es, como en el caso de las gallinas de FURIA, una metáfora del trágico destino que les espera.





Las primeras grietas en la historia de amor recién consagrada vendrán de la mano de la pareja de propietarios del hotel en el que se alojan.

Por cierto, terroríficas las revistas que lee el dueño donde hasta el delincuente más minúsculo aparece reseñado como una grave amenaza para la comunidad.



A partir de ahora el desfile de “modélicos” ciudadanos (como los de la apacible localidad de Strand donde transcurría la acción en FURIA) vuelve a mostrarnos lo peor del ser humano y es otro de los motivos por los que la película, como indicaba al principio, tiene tanto de cine negro como de cine social. E incluso de terror, la verdad sea dicha, viendo como se las gastan algunos ciudadanos…

Por lo que podemos observar las lecturas “políticas” tanto de FURIA como de SÓLO SE VIVE UNA VEZ parecen proceder más de Lang que de los guiones o incluso de las compañías que las producían.

De nuevo el nombre de Sir Alfred a colación, dada la sinergia que existía (y admiración, al menos por parte del británico) entre ambos directores.

Un objeto, en este caso el sombrero con las iniciales de Eddie (aunque las iniciales E.T. (no ese E.T.) no deberían ser prueba concluyente como para mandar a un hombre a la silla eléctrica), que se convertirá en el principio del fin del joven ex-convicto.



Aquí Lang (como Hitchcock) juega al despiste puesto que la imagen del sombrero, de Eddie y de su antiguo compañero de celda en la misma habitación parece dar por sentado la participación del primero en el robo (con muertes de por medio) que pondrá a toda la policía del estado tras su pista.



Como decía, Lang no deja en buen lugar a esa sociedad que desprecia a un individuo por su pasado aunque este se haya regenerado y, ciertamente, el personaje del señor Williams (William Pawley), el empleador de Eddie es el ejemplo perfecto.



El director crea un suspense perfecto puesto que al puñetazo que deja KO a Williams le sigue, sin solución de continuidad, el mencionado asalto al “Fifth National Bank” (tengo curiosidad por saber cuáles son los otros cuatro…), de forma que parece más que evidente la participación de “Eddie” en el robo, una duda que sólo se aclarará al final de la proyección.



La secuencia del robo, por cierto, está espléndidamente ejecutada por Lang, algo a lo que ya nos tenía acostumbrados el maestro desde los tiempos de EL DOCTOR MABUSE o incluso antes…

Y esa toma vertical con los paraguas de los paseantes durante la entrega del dinero bien podría ser un antecedente de aquella otra magistral de ENVIADO ESPECIAL (1940), de ya sabéis quién…



Lo que es un tanto inverosímil es que un sólo hombre sea capaz de hacer todo el trabajo (conducir, lanzar las granadas de gas lacrimógeno y llevarse toda la pasta) sin ayuda de ningún compinche. Quizás es una forma por la que Lang pretende convencernos, por si no bastase la presencia del sombrero con las iniciales del protagonista, de que ha sido Eddie su artífice.



Como decía, el hecho de que el sombrero de Eddie aparezca en el lugar de los hechos no es suficiente prueba como para incriminarle.

Lo cierto es que el final de la película hubiese sido mucho más contundente, aunque no tan romántico, si en verdad Eddie hubiese cometido el robo y matado, aunque fuese de forma involuntaria, a los seis policías de cuya muerte también se le acusa.

Vamos, algo que haría mucho más adelante Sir Alfred en la irregular aunque atractiva EL PROCESO PARADINE (1947).

Y dado que hablamos del maestro del suspense, SÓLO SE VIVE UNA VEZ es el ejemplo perfecto del inocente injustamente acusado, un tema capital en la filmografía del británico.

Otra espléndida escena (y que hemos vista repetida en muchas otras películas) es aquella que acontece en el periódico y donde vemos expuestas en las paredes de la oficina las tres posibles portadas en función de la decisión del jurado.



De esta forma, por cierto, Lang se ahorra la secuencia del juicio, casi como si quisiera rectificar los errores cometidos en FURIA, donde el mismo quizás ocupaba demasiado metraje.

A la salida del mismo tenemos las mismas masas vociferantes que provocaron el linchamiento y posterior muerte (aparentemente) de Joe en FURIA.



Como decía, Lang prolonga el discurso sobre las masas que ya había iniciado (y de forma contundente) en su etapa alemana y a la que la llegada del nazismo no haría más que exacerbar.

Eddie, que aceptó entregarse a las autoridades a petición de su esposa, no hará más que confirmar sus sospechas de que su juicio ya estaba visto para sentencia antes de que este se celebrara dados sus antecedentes.

Lang deja claro que la sociedad, aunque sea la de la (muy) democrática EUA de los años ‘30, es incapaz de olvidar y de perdonar y lanza un aldabonazo en toda la línea de flotación del sistema jurídico del país y que llevará a su máxima expresión en su obra postrera dentro de su etapa norteamericana, MÁS ALLÁ DE LA DUDA (1956).

Aunque antes Walter Abel en FURIA y ahora Barton MacLane representan la cara más amable de la justicia, en ambos personajes carecen del espesor suficiente como para poner en tela de juicio lo injusto de la situación de Eddie, acusado, por una vez, de un delito que no ha cometido.



Repito que me extraña la presencia continua del padre Dolan, algo seguramente metido con calzador por mor del Código de Producción imperante, pero que no se daba en el seno de la MGM, la más conservadora de todas las compañías del Hollywood clásico.

Espléndida esa imagen de Eddie tras los barrotes, un ejemplo pluscuamperfecto del uso del blanco y negro (y toda la gama de grises de por medio) de quien se convertiría en uno de los maestros en el uso del Technicolor, el gran Leon Shamroy (1901-1974).

Y una imagen que parece que calcó Jonathan Demme en EL SILENCIO DE LOS CORDEROS (1991)...



Por cierto, tanto Shamroy como Alfred Newman (1900-1970) se convertirían en figuras clave de la 20th Century-Fox, aunque aquí el segundo sólo aparece acreditado como director musical.

Prosigamos.

No deja de tener su lógica, dado el gusto por las simetrías que siempre ha manifestado su director, el hecho de que si es uno de sus ex-compañeros de celda, Monk (Walter De Palma) quien haga recaer todas las culpas sobre Eddie sea otro, el simpático aunque un tanto desnortado Buggsy (Warren Hymer), el que le proporcione los medios para su evasión.





De nuevo Lang resuelve toda la secuencia de la celda donde Eddie espera la cuenta final de una forma magistral, creando una tensión que se masca con los dientes.

Y Fonda se quejaría seguramente con razón por la forma tan metódica y minuciosa de rodar del vienés pero lo cierto es que la cámara de Shamroy le mima de una forma exquisita, mucho más incluso que a su compañera de reparto.



Por cierto, es encomiable la preocupación de los guardianes de la prisión porque Eddie no se les muera antes de su cita con la silla eléctrica.

De nuevo vemos como Lang pone el dedo en la llaga al usar al médico de la prisión, el doctor Hill (Jerome Cowan), como ejemplo de lo que NO debería ser un discípulo de Hipócrates.



Y no digamos nada de la actitud del alcaide, al que su afición por los dulces (como le vimos cuando se despidió de Eddie al principio de la película) parece embrutecer todavía más.

O sea que, de todos los servidores públicos que desfilan por delante de la pantalla, únicamente se salva Stephen, aunque bien podría pensar este que una vez eliminado Eddie podría tener el camino expedito para conseguir el amor de Jo.

Tampoco el personaje de la hermana de Jo, Bonnie (Jean Dixon), está especialmente trabajado pero al menos tiene algo más de espesor que el de Stephen.



Y nuevamente tenemos un formidable duelo de miradas entre el guardián y Eddie.





Lang opone la limpieza de la mirada de Eddie con la frialdad más absoluta de los que dicen representar la justicia.

Con toda seguridad este tramo que acontece en la prisión es el más logrado de toda la película.

Modélico el uso de la niebla cuando Eddie intenta huir habiendo tomado como rehén al doctor.



Si en una conversación previa se mencionaba a la Muerte (con Mayúsculas, como le gustaba a Lang) aquí Eddie pasea literalmente por “el valle de las sombras” bíblico.

Y de nuevo brutal la petición del alcaide de que disparen a matar a Eddie a pesar de tener a su lado al doctor. Vamos, lo que serían “daños colaterales”…

Y verdaderamente que es un tanto traído por los pelos la conmutación de la pena de muerte justo en el momento en el que Eddie se está fugando.



Lo que ciertamente no era gusto del Código era primero que Eddie disparase contra el sacerdote, provocando su muerte y segundo el intento de suicidio de Jo, algo que Lang ya había sugerido de manera implícita en la secuencia del estanque con la pareja de ranas.

Lógicamente semejante afrenta sólo podía significar un final en el que los dos protagonistas murieran.

El bíblico ojo por ojo…

De nuevo Lang fuerza la credibilidad del relato al salvar in extremis a Jo cuando está a punto de beber el vaso de agua con el veneno diluido en él.



A partir de este momento será cuando definitivamente el relato se asemeje al de la huida de la famosa pareja de delincuentes Bonnie y Clyde, aunque Jo y Eddie poco se les parezcan.

Tanto en FURIA como en SÓLO SE VIVE UNA VEZ el director se posiciona claramente de parte de los protagonistas, personas a las que la fortuna no ha sonreído y cuyo destino parece determinado desde su mismo nacimiento.

Lang arremete contra la sociedad, como ya había dejado meridiánamente claro en los títulos postreros de su etapa alemana, algo que se vería acentuado todavía más en la norteamericana.

Curiosamente en los dos títulos antes mencionados los protagonistas (masculinos) sufren itinerarios opuestos (o simétricos, algo que es habitual en el cine langiano).

Y es que si Joe Wilson (Spencer Tracy) se transforma de Jekyll en Hyde, a Eddie le sucederá todo lo contrario.

Sin embargo, en Lang el bien no es algo que se vea recompensado sino más bien todo lo contrario.

Joe está a punto de morir calcinado en una cárcel por un crimen que no ha cometido y Eddie en la silla eléctrica a pesar de lo endeble de las pruebas presentadas en su contra.

Ya lo comenté en FURIA. Para Lang el hombre es un lobo para el hombre.

Si antes Lang ha usado la niebla para acentuar el pathos de la huida a ninguna parte de Eddie, el reencuentro con Jo se verá punteado por el vapor que expele el tren en el que el primero se ha refugiado temporalmente.



Será en este tramo final cuando el personaje de Jo alcance verdadero protagonismo. Tengamos en cuenta además que como en FURIA el nombre de Sylvia Sidney precede en los títulos de crédito al de Henry Fonda. Y pese a ello su papel es más breve y de menos enjundia que en la cinta precedente.

Otro magnífico ejemplo de cómo Lang distingue a los “buenos” (que en realidad para él son los “malos”) de los “malos” (que en realidad son los “buenos”) es el del atraco en la gasolinera donde la pareja únicamente se limita a llenar el depósito de su coche sin pagar pero que es magnificado por los empleados añadiendo que también se llevaron el dinero de la caja registradora, algo que es absolutamente falso.

Y de nuevo ese uso de las sombras que Shamroy ya había usado magníficamente en la escena de la celda en la que Eddie pasaba sus últimos momentos.



Y como hizo en FURIA Lang contrapone los comentarios que hacen los “honrados” ciudadanos acerca del supuesto elevado tren de vida que lleva la pareja gracias a sus (esporádicos aunque magnificados) golpes con la cruda realidad.



El director utiliza además el decorado de una forma muy inteligente puesto que a medida que la persecución sobre la pareja se va estrechando el mismo parece cada vez más irreal, algo acentuado sin duda por el rodaje en interiores.

De esta forma Lang y Shamroy elaboran encuadres de una gran belleza plástica que nos recuerda al de alguno de sus mejores títulos mudos en la Alemania de entreguerras.



Uno lapso de tiempo donde la pareja recuperará ese romanticismo exacerbado de la secuencia del hotel en el que pasaron la luna de miel y en el que, cual Adán y Eva, fueron expulsados del Paraíso por la crueldad de una sociedad ciega, sorda y muda.

En una escena asombrosamente audaz para la época Lang parece asimilar la figura de una Jo que acaba de dar la luz en un… pesebre con la de la mismísima Virgen María.



Otro de esos “huevos de Pascua” que Lang introduce en la historia y que si uno no se fija ni se da cuenta es el hecho de que tanto el propietario del hotel como el del camping sean lectores convulsivos de revistas de detectives…



Al principio de la reseña comentaba que entre esta película y EL HOMBRE ATRAPADO existía una tenue conexión, aunque a fuer de ser sincero yo diría que en realidad es más bien notable.

Primero por esa policía vestida y armada de forma muy similar a la de los nazis que perseguían al protagonista encarnado por el gran Walter Pidgeon.



Segundo por la huida por el bosque.



Y finalmente y todavía más claramente porque hay un momento en el que la mira telescópica del rifle de un agente de la ley se detiene en la pareja al igual que más adelante hará Roger Thorndike (Pidgeon) cuando se ponga a tiro de su arma el mismísimo Adolf Hitler…



Lang, como Hitchcock, dilata el tiempo a su antojo de forma que el anunciado disparo del policía permita la despedida de la pareja, algo que como decía no estaba en el guion original pero que sirve para acentuar todavía más la tragedia de la joven pareja de fugitivos a su pesar.

De esta forma Jo, que había sido acribillada previamente por la policía, morirá en brazos de Eddie y a continuación este, como quedaba perfectamente explicitado en la parábola de las ranas, lo hará por mor de ese fatídico tirador pero no antes de besar dulcemente a su esposa y de oír la voz del padre Dolan diciéndole que, por fin, es libre.



Y aunque parezca un final algo edulcorado lo cierto es que es muy superior al impostado de FURIA.

El amor acabará triunfado sobre todo y sobre todos aunque sea en el momento de la muerte.



Buenas noches y, buena suerte.

MUy buena review, Alcaudón. Aunque he tenido que leerla en diagonal porque hace ya mucho que no la veo y me apetece catarla uno de estos días lluviosos que nos acompañan ahora por aquí No estamos hecho para la jumedad Las ranas, aún no han hecho declaraciones? Qué bueno..

Aprovecho el momento (¿no os quejaréis del regalo de Navidad que os acabo de hacer? ) para desearos a todos...

¡Feliz Navidad y próspero Año Nuevo!

o en el idioma de mis ancestros...

Zorionak eta Urte Berri on!

Mensajes navideños patrocinados por la variante ómicron del virus de la Covid-19 (pero, ¿no estamos ya a las puertas de 2022? ).



P.D. Lo siento. Siempre he tenido un sentido del humor un tanto caústico...

Felices fiestas a ti también y a todos los amigos de Fritz Lang, y a los primos de Austria también
No pierdas nunca el sentido del humor. El día que lo pierda yo, me pego un ...

No, por favor, no perdamos el sentido del humor; junto con la esperanza es lo último que hay que perder. Que paséis una buena Nochebuena y día de Navidad.

Os dejo unos apuntes resumidos con consecuencias sobre el trabajo de Sylvia Sidney con Lang en "Fury" y con Hitchcock en "Sabotage". Los quitaré dentro de unos días, pasado Año Nuevo.

"FURY"

Spoiler:

Cabe decir que Spencer Tracy era enemigo acérrimo de los ensayos. Los consideraba un verdadero aburrimiento para su forma tan particular y única de crear a sus personajes. Y con la edad y la salud en declive, esta idea alcanzó su cénit. En más de una ocasión a partir de los años 50' estuvo a punto de abandonar en mitad de un rodaje. Y algo parecido le sucedió a James Cagney, hasta que se topó con Wilder y de tanto apretarlo sopesó definitivamente la retirada (casi) definitiva.


"SABOTAGE" (sus más y sus menos con Alfred, y consigo misma)

Spoiler:

La intérprete tenía una personalidad de lo más poliédrica que escondía un talentazo innato; su familia escapó (no toda) de una matanza acontecida en Polonia a comienzos del siglo XX cuando élla aún no había nacido por parte de una facción rusa. Así fue como Sofia Kosow, su verdadero nombre, nació en 1910 en Estados Unidos y se mantuvo insólitamente aislada durante la infancia. Sin amigos, poco habladora; extranjera, en una palabra, hasta que como otras actrices de su generación encontró en la interpretación una forma de expresarse dejando de ser élla misma por unos momentos.

Su padre la abandonó a élla y a su madre para luego reaparecer en su vida a mediados de los años 30' ya famosa con propósitos bien feos. El teatro fue realmente su hogar, donde cosechó grandes éxitos y críticas (dicen que su creación de "Auntie Mame" - que luego fue llevada al cine con Rosalind Russell a finales de los 50' - resulta la más completa y esplendorosa de ese personaje). Fue a partir de su matrimonio con Luther Adler, su maternidad y la toma de conciencia del mal clima de trabajo que había en la gran compañía teatral en la que recaló a finales de los años 30' cuando Sylvia superó del todo su timidez y comenzó a adquirir un perfil definitivamente más sarcástico y endurecido más propio de una Bette Davis.

En los años 40' participó en 4-5 películas; en 2 en los años 50' (Richard Fleisher fue seducido por el ingenio y la perspicacia de la mujer), y ninguna en los 60'. Durante ese tiempo su infatigable capacidad de trabajo en el teatro la hizo ganar grandes amigos y acumular personas que no sintonizaron con élla en absoluto. Tenía un instinto de autoprotección o de búsqueda de anonimato que podía caer de un lado o de otro de la moneda para el que la conociera, pero, por ejemplo, adoró a Tim Burton, a Joanne Woodward y a Paul Newman, a Martin Balsam, y sintió un gran cariño y atracción por Marcello Mastroianni, con el que coincidió en compañía de Jessica Tandy y Shirley MacLaine en un film en la primera mitad de los 90'. Sidney Lumet o Elia Kazan, que como actores compartieron escenario con la más veterana, sin embargo no guardaron buenos recuerdos de la experiencia o directamente la detestaron.

La película favorita de todas las que hizo fue la recién nombrada "Mary Burns, fugitiva" (1935); un film valiente por lo visto por el retrato cínico que hace de organizaciones de seguridad gubernamentales como el FBI, cuando solía ser beatificado en otras propuestas incluso décadas después. Sí que fue nominada a un Oscar, yo tampoco lo sabía, en 1973, a actriz secundaria, como madre de Joanne Woodward en "Summer wishes, winter dreams". Debió ganar, algo a lo que las también nominadas en esa categoría Madeline Kahn (que ya había trabajado con Sylvia en teatro) y Tatum O'Neal, a la postre ganadora, reconocieron. Sylvia con buen tino sugirió que no lo ganaría, pero le supuso su vuelta a la pantalla grande con asiduidad con las consiguientes recompensas económicas que la sirvieron para costear el largo y muy costosos tratamiento de la enfermedad degenerativa que sufrió su único hijo.

Y una cosa más, su hobby era hacer punto durante las pausas del rodaje esperando a que le llegara su turno para rodar nuevas escenas. Desarrolló una habilidad extrema, hasta el punto de crear tapices, cojines y otros artículos que fueron objeto de adquisición entre gente VIP y de exposición. Medio en broma, medio en serio, no me atrevo a decir en qué pocentaje cada cuál , la avispada ya veterana actriz en su día comentaría que lo hacía para mantener las manos ocupadas y no echarlas al cuello del Hitchcock o Wyler de turno. En realidad, asumo que era una forma de aliviar el estrés y la espera en jornadas de muchas horas diarias de rodaje.







La historia de Joan Bennett con Walter Wanger junto a Lang va a ser más volátil, mezcla de triunfos y satisfacciones absolutas y pozos sin fondo a punto del descalabro más absoluto. Eso sí, en el libro que leí sobre la familia Bennett al completo no se reseña que la relación entre élla y el realizador fuera más allá de la admiración y de una amistad arraigada. Lo que le faltaba a Joan y a su familia para todos los trajines que acumularon en vida, de forma inconsciente o no.

Excelente aporte, amigo Otto+ (¿Preminger? ).

En cuanto al tema de los Oscar me refería a que nunca estuvo nominada en la categoría de actriz principal

Una cosa es que nunca te concedan una estatuilla pero, ¿ni una mísera nominación?

¡Feliz navidad a todos los compis del foro y en especial a los forofos de Fritz Lang!...

Un breve off-topic cinéfilo, entre las felicitaciones navideñas.
Hablando de Deseos de verano, sueños de invierno, y concretamente de su director, no muy conocido, Gilbert Cates (casi todo lo que hizo fue televisión). Hace ya años vi una película preciosa suya anterior a esta. Me gustó tanto que la grabé en el aparato del plus. Todavía la tengo guardada y eso que hará como 10 o más años de esto.

Total. Que recomiendo muchísimo Nunca canté para mi padre. Hay un duelo actoral entre padre e hijo, interpretados por Melvyn Douglas y Gene Hackman como pocas veces he visto en el cine. Dos generaciones totalmente distintas y sin embargo, qué resultado tan bueno. Ambos estuvieron nominados al Oscar, y Hackman lo consiguió al año siguiente por French connection.

Iniciado por Alcaudón

Excelente aporte, amigo Otto+ (¿Preminger? ).

En cuanto al tema de los Oscar me refería a que nunca estuvo nominada en la categoría de actriz principal

Una cosa es que nunca te concedan una estatuilla pero, ¿ni una mísera nominación?

Preminger era otro de los que levantaba mucho la voz (aunque ahora mismo mi cabello luce casi tan cortito por el suyo). Ná, me parezco en condiciones habituales más a este otto.



Y para todos:



La Sidney es que era demasiado liberal (izquierdista) en su época más activa en el cine, en los años 30', como para ser tenida en cuenta para nominarla a Mejor actriz. Tampoco la importaba demasiado; prefirió el teatro al cine.

A pesar de lo malo que ha sido este año para mí, quiero desearos una



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Solo se vive una vez (1937).



Rodada a continuación de "Furia", y para el productor independiente Walter Wanger, una película bastante destacable aunque para mí, se posiciona un par de peldaños por debajo de "Furia".

Nuevamente la fatalidad, el destino, la mala suerte se ceban con nuestro protagonista, o mas bien con la pareja protagonista, porque creo que ambos la padecen y la sufren por igual.

Desde luego estoy de acuerdo en todo lo que ha escrito nuestro insigne compañero Alcaudón, muy bien explicado, como siempre; para mi también es parte de cine social y parte de cine negro, además hacía muchísimos años que no la visionaba, y ahora de la mano de divisa en Bluray da gusto como "resucitan" estas copias con una imagen bastante buena.

El argumento lo ha desgranado muy bien nuestro compi Alcaudón, así que solo comentar el gran choque que se nos muestra entre el protagonista "Malo" y la ciudadanía "Buena", lo pongo entre comillas porque vaya tela la cantidad de gentuza que retrata Lang en esta historia, desde luego un pesimismo y pasotismo total, no dan ganas de vivir en USA ni por asomo...

A mi el personaje de Fonda no me parece un delincuente tal y como está retratado, solo por la parte final y por las circunstancia se le ve desatado, pero es que cae una y otra vez en lo peor de la sociedad, siempre señalado por los demás, mala suerte en el trabajo, le roban el sombrero, lo acusan de un crimen y robo sin pruebas y por todo ello lo condenan a muerte. Como para no perder la cabeza en la huida de prisión... Excelente por cierto, un muy joven Henry Fonda, aunque como casi siempre en este actor. Su compañera (otra vez) Sylvia Sidney peca un poco de ingenua, aunque me gusta más su rol aquí que en "Furia", al menos tiene mas escenas de lucimiento, sobre todo al principio y al final... aunque desde luego siempre va la primera en el reparto, pero secundando demasiado al protagonista masculino, lástima por ella...

A mi el personaje del cura no me pareció mal, ni irritante, supongo que en la época tendría mucho peso, el pobre hace lo que puede, pero con esa policía tan inepta poco puede hacer.

Que fuerte el comportamiento tan barrio bajuno de los chicos de la gasolinera, cuando roban el dinero de la caja y le dicen a la policía que han sido la pareja protagonista... ¡que asco me dan esos comportamientos, pero así es la vida!.

Parece una película muy antigua, pero tiene esos detalles tan actuales, que la hacen vigente aún hoy día...

El final me pareció muy poético, además estéticamente muy bonito con todos esos árboles de estudio, eso sí, me sorprendió ese uniforme de la policía tan raro, como militar casi...

Otra cosa, la pareja protagonista tiene bastante química en sus escenas, además no se hace empalagosa para nada, un acierto de actores:



Yo como soy un romántico, me hubiera gustado que ambos cruzaran la frontera, pero supongo que la censura sería tajante con ellos, a pesar de no ser responsables de lo ocurrido, no obstante tiene un final mucho más impactante y acorde que en "Furia", y un buen final hace mucho en la valoración final de una película.

Ya veremos como es la siguiente de la filmografía de Fritz Lang: "You and me" que jamás he visto, lo bueno es que tripite Sylvia Sidney como protagonista femenina, espero que aquí se explaya aún mas.

Yo tampoco he visto nunca YOU AND ME, inédita en salas comerciales en nuestro país y que si se hubiese traducido como TÚ Y YO habría originado una confusión con la magistral cinta de Leo McCarey.

You and me es una película curiosa, que tiene algo de musical, estilo Brecht/Weil. Film quizá fallido, pero original .
Respecto a You Only Live Once, la prefiero a Fury, a pesar de que la interpretación de Sylvia Sidney me parece de lo más cargante.

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Iniciado por Alcaudón

Hacía muchos años que no veía SÓLO SE VIVE UNA VEZ y al contrario que en el caso de FURIA el visionado me ha supuesto una pequeña decepción a pesar de ser, en líneas generales, una excelente película y, en cierta forma, una continuación natural de esta.

A mí me ha pasado justo lo contrario. A ver si me recupero de la desmesurada ingestión de turrones, y quizá mañana lo razono un poco más.

Iniciado por Alcaudón

Al igual que en FURIA, aunque Sylvia Sidney encabece el reparto, el verdadero protagonismo recae en Henry Fonda, al que el único pero que le podemos poner a su actuación es el hecho de que era demasiado guapo (¿?) para el papel…

¿Eso es un pero? Los guapos también lloran... y delinquen. Yo, a Fonda, no le pongo ni un pero.

Iniciado por Alcaudón

Contundente la afirmación del alcaide de la prisión cuando le espeta a Eddie que una cuarta condena supondría la pena de muerte. Luego hablaré sobre la afición a los dulces del funcionario de prisiones...

Creo que aquí hay un error de traducción (que se da en los subtítulos). Lo que le dice el alcaide es que le supondrá una "life sentence", que no quiere decir una pena de muerte, sino cadena perpetua, o sea, prisión de por vida. El sistema penitenciario norteamericano podía (o puede) ser muy bestia, pero no tanto.

Iniciado por Alcaudón

Lo que es un tanto inverosímil es que un sólo hombre sea capaz de hacer todo el trabajo (conducir, lanzar las granadas de gas lacrimógeno y llevarse toda la pasta) sin ayuda de ningún compinche. Quizás es una forma por la que Lang pretende convencernos, por si no bastase la presencia del sombrero con las iniciales del protagonista, de que ha sido Eddie su artífice.

Me temo que no se trate simplemente de gas lacrimógeno (aunque se ve una cápsula que dice "tear gas"), sino de uno con efectos mucho más letales. El gas lacrimógeno, si no me equivoco, hace llorar, como su nombre indica, pero no es mortal, y se habla de varios muertos, cuando no vemos que el ladrón dispare ni un solo tiro. Como mucho se sugiere que pasa con el coche por encima del cuerpo de uno de los policías. Algo no acaba de encajar. Creo que la secuencia tuvo muchos problemas con la censura y, probablemente, sufrió más de un corte.

Intentaré buscarla esta noche para ponerla en casa. Por cierto, mucho interés en ver, aunque sea de pasada a un no acreditado Jack Carson en su primera incursión (brevísima) en el cine. Más tarde lo veríamos en plenitud en Alma en suplicio o La gata sobre el tejado de zinc.

Iniciado por tomaszapa

Intentaré buscarla esta noche para ponerla en casa. Por cierto, mucho interés en ver, aunque sea de pasada a un no acreditado Jack Carson en su primera incursión (brevísima) en el cine. Más tarde lo veríamos en plenitud en Alma en suplicio o La gata sobre el tejado de zinc.

Ah, pues no lo ví, ¿en que escena aparece?...
Al que si conocí fue a un joven Ward Bond, creo que era un policía...

Iniciado por cinefilototal

Ah, pues no lo ví, ¿en que escena aparece?...
Al que si conocí fue a un joven Ward Bond, creo que era un policía...

Es uno de los listillos de la gasolinera.