Tema: Fritz Lang: revisando sus películas

Iniciado por cinefilototal

Eso es lo mejor de los mejor.

Nosotros también tenemos algunos problemas de ruidos con los vecinos de arriba, pero toca aguantarse, no nos queda mas remedio...

Que me lo digan a mi. Yo llevo viviendo con ruido de vecinos desde que nací. Unas temporadas con más ruido que otras, pero siempre ha habido algo. Lo peor fue cuando vino alquilada una ucraniana desequilibrada, que nos metió en mil líos. Menos mal que, después de una larga batalla (que daría para tres o cuatro películas) la internaron.

Iniciado por jmac1972

Jolin…. Yo cuando vivía en el piso también tenía problemas de ruidos…
Por suerte hace años que vivimos en casa aislada.

La forma que tengo yo de aislarme es la de ponerme tapones y a veces, para dormir siesta, un antifaz (que conservo de aquel glorioso y añorado viaje a NY.). Ya hace muchos años que desistí (por no servir de nada) de llamarle la atención a quien hacía ruido.

Respecto a Mientras NY duerme y Más allá de la duda, recuerdo más la primera. Hace tiempo que no las veo, pero me agradó mucho cómo se desarrollaba la historia (me encanta, como he dicho, los reportajes y documentales sobre crímenes) y lo del padre de la Barrymore me llamó mucho la atención.
Estaría bien volverlas a ver. Tengo por ahí las dos en las ediciones que salieron aquí.

Aviso para navegantes.

Hoy han empezado las obras en el piso que está justo encima del mío. Al parecer aparte de hacer un nuevo baño y una nueva cocina van a levantar todo el suelo del mismo. He hablado con los trabajadores que están en este momento pero no han sabido decirme cúanto les va a llevar. Y en cuanto al horario me han dicho que trabajan, más o menos, de 8 de la mañana a 6 de la tarde y sólo entre semana, lo cual es un alivio. Dado que ahora mismo y hasta el 7 de noviembre estoy de vacaciones y no puedo huir del ruido aprovechando las horas que estoy en el trabajo (en mi caso, de 13 a 20) he decidido que pasaré la tarde/noche en el piso y luego me iré al de mi ama que está todavía sin vender hasta media tarde. Para ello mañana mismo me haré un par de maletas con las cosas que necesite aunque no creo que me lleve el portátil porque en el piso quitamos la línea telefónica. Por lo tanto, no sé cómo me las apañaré con las revisiones. Lo más probable es que tenga que paralizarlas todas, las propias y las ajenas, aunque ya se verá. Por lo pronto ayer (último día de paz...) me vi EL TIGRE DE ESNAPUR y ya adelanto que no me gustó demasiado. La verdad es que últimamente estoy pasando una racha de mal suerte que no se la desearía ni a mi peor enemigo.

En fin. Os iré informando sobre la marcha.

Vista esta noche la segunda parte del díptico hindú y ya adelanto que me ha gustado más que la primera aunque también es cierto que está muy por debajo del nivel de MOONFLEET. Si como parece el miércoles los trabajadores del piso de arriba descansan intentaré aprovechar para comentar ambas en un programa doble en formato más breve de lo habitual.

Mientras dure la obra tendré que adecuar mi horario vital al de los trabajadores y por ello intentaré desaparecer del piso de 8 a 18 que es cuando se supone que operan salvo durante la hora de la comida.

Quién sabe tal vez esta molestísima alteración de mi habitual nirvana me haga empezar a ir a la piscina siquiera para escapar un par de horas al atronador ruido.

El que no se consuela...

El agua te vendría muy bien, tanto para las dolencias físicas como para aliviar o mejorar el estado psíquico. Prueba y verás.

Ahora estoy en casa de mi ama disfrutando de la paz que me falta en mi piso a donde volveré a media tarde.

Iniciado por tomaszapa

El agua te vendría muy bien, tanto para las dolencias físicas como para aliviar o mejorar el estado psíquico. Prueba y verás.

Que agua ni agua... Media botella de vino y se te olvida todo...

Iniciado por jmac1972

Que agua ni agua... Media botella de vino y se te olvida todo...

Eso es un remedio momentáneo. Después de la resaca, ahí seguirá la molestia o el dolor

Aunque no os lo creáis jamás he probado el alcohol ni fumado un cigarrillo.

O tomado una Coca Cola.

La verdad es que soy un poco rarito.

Iniciado por Alcaudón

Aunque no os lo creáis jamás he probado el alcohol ni fumado un cigarrillo.

O tomado una Coca Cola.

La verdad es que soy un poco rarito.

A ver si efectivamente los obreros no trabajan mañana y así me puedo poner con la crónica del díptico langiano.

While the City Sleeps (1956)



Beyond a Reasonable Doubt (1956)



Lang cerró su larga y fructífera etapa en Hollywood con dos películas estrenadas con pocos meses de diferencia en 1956, conformando un díptico temático y estético sumamente coherente. Son, incluso, una buena muestra del tipo de producciones que Lang frecuentó en sus 20 años de cine norteamericano: dos films producidos por el independiente Bert E. Friedlob, distribuidos por la RKO (una de las antiguas majors, que desaparecería poco tiempo después). Friedlob, que estuvo casado con Eleanor Parker, moría el mismo año del estreno de estos films, pero aún tuvo tiempo, según Lang, de protagonizar agrías disputas con el director sobre el montaje final de los films, llevando al vienés al límite de su paciencia, decidiendo poner fin a su etapa en el cine estadounidense, de modo que todo en este programa doble adquiere un cierto aire mortuorio, de punto final.

Incluso desde un punto de vista estético ambas películas comparten, a pesar del recurso al scope en su proyección (en los tráilers se anuncian como RKO-Scope, aunque, al parecer, fueron rodadas ambas en formato estándar), un mismo tono: un blanco y negro un tanto grisáceo (fotografía de Ernest Laszlo en la primera; de William Snyder en la segunda), unos decorados sencillos, funcionales, y una planificación que, en cierto modo, prefigura el mundo de la televisión (presente argumentalmente en las dos películas de forma significativa, sobre todo en la primera), con profusión de planos medios o americanos y diálogos con la cámara colocada frente a los actores (en especial en Beyond a Reasonable Doubt). De seguir en Hollywood, ¿hubiera acabado Lang filmando su Psycho particular?





El tono mortuorio tiene también su plasmación en los argumentos de los films, marcados por el fatalismo tan caro al vienés. Ambas películas comportan una visión desengañada, oscurísima, de dos pilares de la sociedad norteamericana: la justicia y el cuarto poder, la prensa.

Si en While the City Sleeps las andanzas de un psicópata asesino de mujeres, bautizado por la prensa como el lipstick killer (un viscoso John Barrymore Jr.),



sirven a Lang (con guion de Casey Robinson a partir de “The Bloody Spur”, novela de Charles Einstein) para destripar los entresijos del poder en los medios de comunicación, mostrándonos un grupo de chacales que, como reza el cartel que enlazo, “they’d sell out their own mother” para conseguir realizar sus ambiciones, en Beyond a Reasonable Doubt (con guion original de Douglas Morrow, que desarrolló su carrera en el medio televisivo) será también la prensa la que se ponga en el punto de mira, falseando pruebas aunque sea con el loable objetivo de denunciar la pena de muerte, administrada con escalofriante ligereza por la justicia, manipulada por ambiciosos fiscales como Roy Thompson (excelente Philip Bourneuf).

Las películas tienen tantos puntos en común que es casi inevitable compararlas y acabar eligiendo una por encima de otra según las preferencias personales. En mi caso, aun considerando que ambas son dos grandes películas, prefiero While the City Sleeps. Como creo que son films muy vistos, y ya han sido comentados por Alcaudón y cinefilototal, me concentraré en decir el porqué prefiero una a la otra.

Por un lado, el elenco. While the City Sleeps se publicitaba como un film con un reparto coral, nada menos que diez actores puestos al mismo nivel:



Y lo cierto es que todos están fantásticos, adecuadísimos a su papel, aunque me quedo con los siempre excelentes Thomas Mitchell, Vincent Price y, sobre todo, una Ida Lupino que se come todas las escenas donde aparece. Además, añadiría algunos actores más en papeles secundarios, pero importantes, como Robert Warwick como el magnate de los media, Amos Kyne (cuya muerte precipita la descarnada competición entre rivales) o el veterano Vladimir Sokoloff en el papel de Pop.

Por otra parte, la película fluye con ligereza encajando todas las piezas, introduciendo un personaje, el lipstick killer, que hubiera hecho las delicias de Hitchcock por su enfermiza dependencia de su madre (madrastra, en realidad), una también excelente Mae Marsh, veteranísima actriz que actuó en las dos obras cumbres de Griffith.



Hay un uso notable de la banda sonora, no solo de la vibrante música (que firma Herschel Burke Gilbert), sino también de los sonidos, como ese grito escalofriante de la primera víctima que da paso a los títulos de crédito.



Además, Lang introduce unos apuntes de lo más ácidos en las relaciones sexuales de sus personajes. Desde el uso de sus encantos por parte de Mildred (Ida Lupino), incitada por el cínico Mark Loving (George Sanders; también tiene narices el apellido del personaje) para que se entrega a Edward Mobley (Dana Andrews), la estrella algo antipática y dada a la bebida del imperio Kyne, a cambio de información,



pasando por la relación adúltera que Harry (James Craig) mantiene con la voluptuosa Dorothy (Ronda Fleming), siempre en busca del beneficio propio.



Por no citar la utilización descarada que Mobley, con la connivencia de su amigo policía, el teniente Kaufman (Howard Duff), hace de su novia, la encantadora Nancy (Sally Forrest), que no solo ha de luchar para evitar los sobados de su jefe, Loving, sino que también ha de poner a raya a un dipsomaníaco impenitente como es Edward (algo que compartían personaje e intérprete).

En cambio, el argumento de Beyond a Reasonable Doubt resiste mal las revisiones. Superado el factor sorpresa del primer visionado, uno no puede dejar de pensar que la historia no se sostiene, que hay que conceder una suspensión de la incredulidad excesiva para tragarse una segunda vez (ya no digamos una enésima vez, como en mi caso), esa alambicada estratagema que montan el propietario de un periódico, Austin Spencer (Sidney Blackmer, el inolvidable Roman Castevet de la polanskiana Rosemary’s Baby), y el llamado a ser su futuro yerno, el brillante escritor Tom Garrett (de nuevo Dana Andrews, aunque aquí con un aspecto mucho más envejecido, castigado, a pesar de solo mediar unos meses entre un film y otro).

Cuestionada la brillantez del giro argumental (¡pero si es Spencer quien le propone a Garrett que se haga pasar por el asesino de una bailarina… cuando realmente lo es, y ha cometido el crimen pensando que se podrá escapar montando la farsa con su futuro suegro!), lo que nos queda es una película que enfatiza demasiado el mensaje contra la pena de muerte: hay demasiados diálogos “didácticos” entre editor y escritor, con el añadido del fiscal.



Creo que la primera escena, cuando la cámara nos muestra la ejecución en la silla eléctrica (con efectos musicales añadidos) de un condenado a muerte ya es suficientemente ilustrativa de la brutalidad de la pena como para necesitar tanta explicación adicional. Probablemente, la película se hubiera cerrado más coherentemente con la ejecución final de Garrett en la silla eléctrica, pero esta secuencia no forma parte del montaje final (de hecho, no sé si se llegó a filmar).

Con todo, el film tiene momentos excelentes, como todo el proceso de falseamiento de las pruebas, o los interrogatorios de las amigas de la bailarina asesinada, en especial los momentos con la magnífica Barbara Nichols como Dolly Moore. En cambio, la presencia de Joan Fontaine como Susan Spencer, a pesar de su elegancia y estilo,



me parece algo desaprovechado, además de que resulta poco creíble que padre y prometido se alíen para una aventura que la deja como un trapo sucio ante la opinión pública, es pedirle mucho aguante a una mujer enamorada.

En la entrevista de Lang con Bogdanovich, este le plantea si la “traición” de Susan no es más reprobable que todo lo que había hecho Garrett (recordemos: asesinar a una mujer, engañar Susan y a su padre, y burlarse de la justicia para librarse de la condena), lo cual me parece una memez. Eso sí, la película apela al espectador contrario a la pena de muerte en el sentido de que, si Susan comunica al gobernador lo que Tom le ha confesado, su ejecución será inevitable. ¿Salvamos a un asesino, que se irá de rositas, para evitarle la muerte? Interesante dilema, aunque planteado de una forma precipitada, por medio de una manipulación del espectador que me parece un tanto torpe. Eso sí, no hay que olvidar que la pobre Susan ya tiene un recambio a mano, su antiguo amor, el ayudante del fiscal Bob Hale (Arthur Franz).

En definitiva, me encanta While the City Sleeps, película que no me canso de ver, pero en cambio Beyond a Raisonable Doubt, a pesar de sus méritos, que son muchos, me parece un film que pide demasiado del espectador.

De vuelta a Alemania, Lang cerrará su carrera regresando al pasado con una nueva versión del díptico indio que filmó en su día Joe May y el retorno al Dr. Mabuse. Y así habremos llegado al final de este largo y tortuoso camino a través de la filmografía de Fritz Lang.

Veo que también te has dado cuenta del cambio físico de Dana Andrews entre una y otra película...y eso que son del mismo año...

No sé que es lo que pasaría al actor, en la vida real, pero se le ve muy demacrado en la segunda.

Sé que tuvo problemas de alcoholismo pero...

"Lang never commented on Dana's own drinking, but he took advantage of it by having a drunk play a drunk. Gene Fowler Jr. credited with editing the picture, described Dana as reporting to the set with hangovers so terrible that shooting began at about 11 a.m. after innumerable cups of coffee. Producer Bert Friedlob became so worried he had an assistant follow Dana around."

El actor llevaba desde su dura travesía personal en la década de los 30' cada vez más dependiente del alcohol y ni siquera en sus años de mayor éxito logró esquivarlo. Elia Kazan durante el rodaje de "El justiciero" una década antes puso a prueba su profesionalidad y su fiabilidad alterando páginas de diálogos premeditadamente de la noche a la mañana para darle una lección al intérprete, a lo que Dana aún con la resaca encima dijo "Dame 20 minutos", y cumplió intachablemente , pero el actor por la época en la que trabajó con Lang e intervino en "La noche del demonio" ya estaba en decadencia profesional y física tras tantos años intoxicándose, anímicamente lo pasaba mal cuando tenía que alejarse de su mujer Mary y sus hijos - era una persona buena, familiar y hogareña ante todo, pero muy existencialista y vulnerable, y no le gustaba nada el sistema hollywoodiense y su gente, incluido Preminger - así que todo eso se sumó para condenarle a una espiral de desencanto. Recuperó durante unos años la sobriedad a comienzos de la siguiente década gracias a ser distinguido con la presidencia del Sindicato de Actores, la SAG, y sentirse vivo y útil de nuevo para mejorar la vida de sus colegas de profesión, pero recayó con más fuerza en su vieja adición tras terminar su mandato, en concreto tras el funeral de su hijo mayor de 30 años con su primera esposa y con el cuál siempre había mantenido una relación de distancia que rememoraba a la complicada que tuvo el propio intérprete con su padre pastor de iglesia. Tras varios fracasos de rehabilitación en clínicas, con la voz ajada y la vida cada vez más pendiente de un hilo, hasta que su mujer Mary Todd no le dio un ultimátum de divorcio, y ambos se adoraban, el intérprete no pudo dominar su bestia negra. Fue el primer intérprete de relumbrón al menos que hizo pública su condición de alcohólico a comienzos de los '70.
Pero, en definitiva, sí, el alcohol terminó pasándole factura y fue la causa principal de que su carrera se viniera abajo. De hecho, una de sus hijas menciona que de no ser por su conocido alcoholismo directores como William Wyler podrían haber contado con él en más ocasiones.

Añadiré brevemente que el broche final, al menos los 3 últimos títulos de Lang en los Estados Unidos, siempre me han gustado si bien de "Más allá de la duda" no tengo recuerdos tan próximos y, leyendo que tanto Lang como Andrews pensaban que se acumulaban demasiadas vueltas de tuerca al guión, quizá en una futura revisión tenga mucho peso esta afirmación como para rebajarla de categoría.
Y evidentemente, en "Mientras Nueva York duerme", lo de menos es la trama porque el singular plantel de personajes y cómo manejan cada uno a su manera sus cotas de poder e influencia en el baile de puestos o sillas plausible, ese panorama tan cínicamente desvergonzado, es lo que ensalza el film. Aparte de que el film capta muy bien el sentido nocturno de la aventura y por ello las citas con el alcohol también son partípe de ello (ese Mobley borrachín con el flequillo convertido en un caracolillo retorcido que nada tiene que ver con su imagen pública y seria...), me parece un film atemporal y posiblemente de los más políticos de su carrera. La química entre Andrews y Lupino (otra sufridora en vida nata como su partenaire) es de las que dejan huella, y es que ambos compartían características comunes.

Intentaré ponerme mañana con el comentario del díptico hindú pero estoy demasiado condicionado por el horario de los currantes del piso superior y porque además últimamente me cuesta mucho concentrarme hasta el punto que películas como MOONFLEET o la recién reseñada PRINCIPIOS DE VERANO las he tenido que ver dos veces porque me descentro a las primeras de cambio.

Desde luego el ruido es mi auténtico talón de Aquiles.

La historia del auténtico "asesino del pintalabios", William Heirens, que aporta aún más luz sobre el personaje real. Se libró de la pena de muerte (por su confesión) pero no de prisión, donde estuvo la friolera de 65 años hasta su muerte en 2012.
Aunque mantuvo que se le sacó la confesión por métodos ilegales (uso de la fuerza...), se le denegó en varias ocasiones la condicional. Desde los 18 hasta los 83 años. Toda una vida entre rejas.

https://www.lavanguardia.com/sucesos...s-del-mal.html

Últimamente tengo un serio problema de concentración debido a una serie de circunstancias que sería largo de detallar y por eso me veo obligado en ocasiones a ver la misma película dos veces seguidas, como me ha pasado por ejemplo con LOS CONTRABANDISTAS DE MOONFLEET (aunque aquí podría alegar que entre ambos visionados me leí la excelente novela de Falkner que le sirvió de base) o PRINCIPIOS DE VERANO, de Ozu (una película que vale su peso en Mithril) y que tal vez, con la venia del querido (y sufrido, y ya sabe él bien por qué lo digo...) el díptico formado por EL TIGRE DE ESNAPUR/LA TUMBA INDIA.

Una cinta de aventuras mucho menos interesante que la mencionada MOONFLEET y en la que destaca mucho más la forma que el contenido.

Por cierto, en los títulos de crédito aparece el nombre de Thea von Harbou y el de Richard Eichberg que coescribió y dirigió la versión de 1938, pero no así el de Fritz Lang, que coescribió (valga la redundancia) la versión (valga de nuevo la redundancia) de 1921.

¿Has visto esa versión de 1938?

Pese a lo que te comenté por privado - la carne es débil y el cerebro todavía más, vamos como el de un (sufrido) zombi romeriano - tal vez me vea el díptico no sólo de nuevo sino seguido aunque luego el comentario SÓLO EL DIOS LO SABE, MR. ALCAUDÓN...

Iniciado por Alcaudón

Por cierto, en los títulos de crédito aparece el nombre de Thea von Harbou y el de Richard Eichberg que coescribió y dirigió la versión de 1938, pero no así el de Fritz Lang, que coescribió (valga la redundancia) la versión (valga de nuevo la redundancia) de 1921.

¿Has visto esa versión de 1938?

No, no la he visto. Sobre tu mensaje privado, lo acabo de ver ahora. Te contesto a través del mismo canal.

Al final creo que no voy a volver a verme el díptico EL TIGRE DE ESNAPUR/LA TUMBA INDIA porque por un lado son más de tres horas y por otro lado porque tampoco me ha entusiasmado. Intentaré ponerme en los próximos días con el comentario, que será notablemente más breve y de esta forma dar casi por finalizado el hilo dedicado al director vienés... a falta de una última entrega del ínclito Dr. Mabuse... y un bonus track cortesía de mad dog earle obra del recientemente fallecido Jean-Luc Godard.

La verdad que esta nueva versión de la novela de Thea von Harbou tiene sus mejores bazas desde el punto de vista estético (fotografía, diseño de producción y vestuario) que desde el argumental, demasiado endeble para haber sido rodada en 1958 y más después de una obra maestra como es LOS CONTRABANDISTAS DE MOONFLEET.

Alcaudón, no seas masoquista. Esas tres horas las puedes emplear viendo otra cosa. Y más si no te ha entusiasmado ese díptico.

A ver cómo me las arreglo porque entre las visitas a la mañana al hospital donde está ingresada mi ama y las obras en el piso de arriba tengo poco tiempo para dedicar no sólo a los comentarios sino a los propios visionados.

Espero que después de 20 meses del primer comentario (y cuarenta y pico entregas) por fin dé por finiquitado el hilo antes de que acabe el año porque hasta yo estoy al límite de mis fuerzas y además apenas dispongo de tiempo estos días para ver y comentar las películas a mi manera.

Al menos a mi ama ya le han dado el alta en el hospital y está de camino a la residencia en compañía de mi hermano mayor.

Ya me he puesto con el comentario de EL TIGRE DE ESNAPUR/LA TUMBA INDIA y me está dando casi más trabajo la ficha técnica del díptico que el propio comentario.

A ver si entre hoy y mañana... o pasado... me lo ventilo aunque me gustaría poner algunas bonitas capturas de pantalla porque aunque desde el punto de vista argumental la película es un tanto endeble por el contrario visualmente es muy bella y el color luce espectacular... al menos en la copia en HD que me ha servido de base al comentario... aunque haya tenido que verla con subtítulos en inglés porque los que estaban en castellano estaban d-e-s-c-o-m-p-e-n-s-a-d-o-s...