Yo tengo una salud de hierro...
... oxidado...
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Yo tengo una salud de hierro...
... oxidado...
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Ah, y ya tengo cuasifiniquitada la reseña de EL MINISTERIO DEL MIEDO pero el programa doble del rincón Bogart me ha acabado por pasar factura, así que dejaré para mañana los toques finales de la misma.
Creo...![]()
Lo de tengo "una mala salud de hierro" al primero que se lo oí decir fue a Joaquín Sabina. Aunque mi hermano me ha contado que en las últimas imágenes que vio de él durante el sepelio de Almudena Grandes se le veía bien....
Por lo menos ten el desfibrilador a mano ya que trabajas en el ramo de la salud. Este Alcaudón es definitivamente un cachondo
; le dices que baje un poco el pistón y casi te hace creer lo contrario... y eso, currando en salud.
Aunque bueno, después de saber que el cardiólogo de mi padre fuma puros.... pues eso....
Buena peli "El ministerio del miedo", muy entretendia y con mucho material ya utilizado por Lang anteriormente (el ciego que no es ciego bajo el disfraz, el sanatorio, el rostro y el físico de Dan Duryea, la sesión de ocultismo, ....) Puede que no esté entre la creme de la creme, pero entretiene y mucho.
Estoy releyendo la novela de Greene, aunque lamentablemente la traducción deja mucho que desear.![]()
Os veo de lejos, cuando menos os penséis os pasaré por la derecha. Acabo de ver Venganza de Frank James, una edición muy justita, por ser bueno, de Impulso, esos si con los extras del inicio de dvd, con filmografías y galería de fotos. No he acabado muy satisfecho del film, a pesar que sigo con el babeo post Anne Baxter en Swamp Water, ahora con la Tierney, se podría decir que también está desaprovechada no?. No voy a hablar mucho del fllm, no me apetece, sólo destacar una curiosidad que me hace gracia, cuando se oye disparos, uno tendería a esconderse a resguardarse por si siguen con ellos, pero aquí no, cuando oyen los tiros, salen todos como una horda a ver que ha pasado, la curiosidad antes que la seguridad
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Entrega n.º 30:
26. MINISTRY OF FEAR (1945, EL MINISTERIO DEL MIEDO)
Director: Fritz Lang.
Producción y distribución: Paramount Pictures, Inc.
Productor adjunto: Seton I. Miller.
Guion: Seton I. Miller, basado en la novela “The Ministry of Fear” de Graham Greene (Londres y Nueva York, 1943).
Fotografía: Henry Sharp, en blanco y negro (1.37:1).
Dirección artística: Hans Dreier y Hal Pereira.
Música: Victor Young.
Montaje: Archie Marshek.
Reparto: Ray Milland (Stephen Neale), Marjorie Reynolds (Carla Hilfe), Carl Esmond (Willi Hilfe), Hillary Brooke (Señora Bellane n.º 2), Percy Waram (Inspector Prentice), Dan Duryea (Señor Cost/Travers, el sastre), Alan Napier (Dr. Forrester) y Erskine Sanford (Rennit, detective privado).
Presupuesto: 720.606 dólares.
Rodaje: 46 días // del 7 de julio al 21 de agosto de 1943.
Duración: 1 h 26 m 57 s. (Copia en BD editada por Universal en 2020).
Estreno: 7 de febrero de 1945, con preestreno el 16 de octubre de 1944.
Aunque fuese de forma (parcialmente) accidental 1945 fue un año decisivo en la carrera norteamericana de Fritz Lang puesto que en el mismo se estrenaron tres de sus películas más atractivas.
- Y digo lo de parcialmente puesto que en dicho año vio la luz la compañía creada por el propio director, el productor Walter Wanger y su esposa, la actriz Joan Bennett, Diana Productions, Inc. y con la que elaboraría dos obras tan opuestas (al menos en resultados) como PERVERSIDAD y SECRETO TRAS LA PUERTA. -
Por este orden, LA MUJER DEL CUADRO (el 25 de enero), EL MINISTERIO DEL MIEDO (el 7 de febrero) y PERVERSIDAD (el 28 de diciembre).
Y es que EL MINISTERIO DEL MIEDO, la cinta hoy comentada, se rodó mucho antes, en concreto entre el 7 de julio y el 21 de agosto de 1943, pero por decisión de la productora (la todopoderosa Paramount) se prefirió retrasar su estreno para no coincidir con el de más prestigiosa PERDICIÓN (1944), de Billy Wilder, protagonizada por un trío irrepetible, Fred MacMurray, Barbara Stanwyck y Edward G. Robinson…
… actor este último capital en la filmografía langiana de esos años puesto que protagonizaría LA MUJER DEL CUADRO y PERVERSIDAD…
Dado que en la presente revisión se sigue el orden cronológico de los trabajos según la fecha de rodaje y no la de estreno es por ello que EL MINISTERIO DEL MIEDO se comenta antes que LA MUJER DEL CUADRO.
Ello me permite, además, corregir un fallo – o al menos yo así lo entiendo - extendido (incluso en las (casi) siempre fiables bases de datos de la IMDb o del AFI) que no sólo las indexan en orden inverso sino que incluso indican la fecha de 1944, que es la de los preestrenos (el 16 de octubre y el 11 de octubre, respectivamente) y no la de 1945, que es la de los estrenos (el 7 de febrero y el 25 de enero).
El dúo de directores artísticos Hans Dreier (1885-1966) y Hal Pereira (1905-1983) (este último decisivo en varios de los títulos capitales del maestro del suspense, desde LA VENTANA INDISCRETA (1954) hasta DE ENTRE LOS MUERTOS (1958)) venían de firmar el clásico EL CUERVO (1942), de Frank Tuttle, segundo de los trabajos conjuntos de la (luego muy popular) pareja Veronica Lake/Alan Ladd... e igualmente basado en una novela del prestigioso escritor británico Graham Greene (1904-1991).
Al parecer el citado Ladd fue el actor designado en un primer momento para protagonizar la cinta hoy comentada pero su incorporación a filas obligó a la Paramount a contratar los servicios de Ray Milland (1907-1986) lo que, en mi modesta opinión, fue un gran (y decisivo) acierto.
- Los amigos del foro Hitchock recordarán a este gran actor, que se desenvolvía igual de bien en la comedia (UNA CHICA AFORTUNADA (1937), de Mitchell Leisen) que en el drama (DÍAS SIN HUELLA (1945), de Billy Wilder, Oscar incluido), por su papel en la deliciosa CRIMEN PERFECTO (1954), donde encarna a uno de los villanos más seductores de toda la filmografía hitchcockiana. -
“El ministerio del miedo” sería, por tanto, la segunda novela de Greene que viese su traslación a la gran pantalla tras “Una pistola en venta”, base de la mencionada EL CUERVO.
Greene, que también ejercía de crítico de cine, era un gran admirador de Lang y al parecer el sentimiento era mutuo.
La primera adaptación de la novela que el director leyó en Nueva York le gustó muchísimo y Lang aceptó encantado el encargo de llevarla a la pantalla.
Sin embargo, pronto tendría ocasión de arrepentirse puesto que el guion de rodaje difería notablemente del que él había leído previamente, al parecer por la intervención de Seton I. Miller (1902-1974) que ejercía no sólo de libretista sino también de producto de facto y que tenía un elevado prestigio en la industria.
Lang se sintió atado de pies y mano antes, durante y después del rodaje y por ello su recuerdo de la película siempre fue bastante negativo.
El propio Graham Greene se sintió ultrajado por los resultados e hizo una crítica francamente hostil de la película cuando esta fue estrenada.
Y, sin embargo, se mueve…
Y es que lo cierto es que EL MINISTERIO DEL MIEDO es una de las películas más deliciosas, quizás por atípica, de la filmografía langiana.
A pesar de formar parte del ciclo de obras “antinazis” de su autor, junto a EL HOMBRE ATRAPADO, HANGMEN ALSO DIE! y CLOAK AND DAGGER, esta última rodada ya después de la finalización de la Segunda Guerra Mundial, EL MINISTERIO DEL MIEDO es una película que bien podría haber sido firmada por el mismísimo Alfred Hitchcock.
De hecho, desafío a cualquiera que la vea sin prestar atención a los títulos de crédito iniciales y me diga si la misma no podría haber sido rodada perfectamente por el mago del suspense.
Y es que a lo largo de esta revisión he mencionado en reiteradas ocasiones la conexión entre Lang y Hitchcock.
Si el director británico comentaba en el libro de entrevistas de Truffaut su admiración por alguno de los (grandes) títulos mudos del vienés, Lang se vería igualmente influenciado por el primero cuando llegó a suelo norteamericano.
De hecho y como he recalcado hasta la saciedad, Lang y Hitchcock (o Hitchcock y Lang, tanto monta, monta tanto), comparten en buena medida tanto la forma como el fondo de sus películas.
A pesar como ya he indicado del estrecho margen de maniobra con el que contó Lang EL MINISTERIO DEL MIEDO, con su apariencia de (mero) cine de espías, oculta (o podría ocultar) en su interior una pequeña (o no tanto) sorpresa.
Y es algo de lo que no me había percatado hasta que la volví a ver (de hecho, es una de las películas de Lang que más veces he visionado) el pasado jueves (…).
Cuando hablemos de la magistral LA MUJER DEL CUADRO la cosa quedará más clara pero ya adelanto que ambas obras tienen (o podrían tener) un elemento clave en común: la posibilidad (o tal vez la certeza) de que todo lo que le ocurre al protagonista (aquí Stephen Neale (Ray Milland), allí Richard Wanley (Edward G. Robinson)) no sea más que una ensoñación…
En uno de esos inicios magistrales a los que nos tienen (mal) acostumbrados el cineasta vienés asistimos a los últimos instantes de cautiverio del citado Stephen y que Lang parece equiparar a los que aguardan los condenados antes de entrar en el corredor de la muerte.
Si Stephen parece pegado a la silla en la que mira sin pestañear el reloj de la pared que desgrana cadenciosamente los minutos...
... Richard se despertará de su cómodo sillón en el club del que es socio y comprobará que todo lo que le ha sucedido… no ha sido más que un sueño…
- Un recurso, por cierto, que también usaría el gran Robert Siodmak (al que la revista “Dirigido por…” le ha dedicado recientemente (n.º 524, enero de 2022) un excelente dossier) en la coetánea (e injustamente menospreciada y, por supuesto, olvidada) PESADILLA (1945), traducción exacta del original...
De hecho, será cuando el reloj marque las 18:00 horas en el primer caso y las 22:30 en el segundo cuando las historias se inicien o finalicen.
Ya digo que esta reflexión acerca de una posible explicación onírica al frenético y ciertamente rocambolesco devenir del protagonista no debería descartarse dado que como bien sabemos fue Lang quien introdujo una explicación no racional en la gran obra maestra del cine mudo (alemán) EL GABINETE DEL DR. CALIGARI (1920) de la que sería apartado de la dirección debido al enorme éxito que supuso la primera de las cuatro entregas previstas de LAS ARAÑAS (1919).
Lang, quien pese a lo que ponía en boca del pérfido doctor Mabuse, no sólo no abjuró de su herencia expresionista sino que la puesta en escena de muchas de sus películas norteamericanas se vieron “contaminadas” por ella.
EL MINISTERIO DEL MIEDO es un ejemplo perfecto de semejante aseveración.
Para ello devino capital la presencia tras las cámaras del excelente operador Henry Sharp (1892-1966) para acentuar las luces y las sombras tan características del movimiento y que tuvieron en el cine negro norteamericano su mejor exponente.
Desconozco la novela de Greene que sirve de base a la película...
- Cubierta de la primera edición británica de la novela -
- Cubierta de la primera edición norteamericana, simultánea a la anterior -
... por lo que no puedo aseverar que ese toque juguetón que impregna toda la historia provenga de la misma o sea obra del guionista (y productor) Miller.
Independientemente de si la explicación onírica es o no la más ajustada a la realidad lo cierto es que las peripecias que le acontecen al protagonista, Stephen Neale (un espléndido – como siempre – Ray Milland), le convierten en el héroe hitchcockiano por autonomasia o sea, un inocente acusado de un crimen (o más bien crímenes, como pronto podremos comprobar) que no ha cometido, aparte de la existencia de todo un MacGuffin como es la tarta que contiene el microfilme con los planos para la invasión del continente por los aliados y que nuestro amigo inocentemente ha ganado en una rifa organizada por una asociación denominada “Madres de las Naciones Libres” (¿?) y que en realidad no es sólo un nido de quintacolumnistas y/o espías alemanes (¿y británicos?) sino que su influencia se extiende a buena parte de la flor y nata de la sociedad de la Pérfida Albión, lo cual no deja de tener no sólo su gracia sino también bastante mala leche…
De hecho, con el paso de los títulos antinazis del director vemos como la esfera de influencia de las potencias del Eje no hace más que crecer y crecer…
Todo el tramo inicial de la película, el que acontece en la feria que hay junto a la estación de tren de la pequeña localidad (intuyo que imaginaria) de Lembridge, donde nuestro protagonista ha pasado los dos últimos años de su vida encerrado en el manicomio acusado (injustamente) de haber ayudado a morir (dignamente) a su esposa enferma de cáncer, con la determinante visita a la caseta de la pitonisa, la señor Bellane (n.º 1) (Aminta Dyne) donde por puro azar (uno de los puntales en mi defensa del carácter onírico de la película) acierta con la frase secreta (“Olvide el pasado. Hábleme sólo del futuro”)...
... que le permite adquirir la mencionada tarta...
... como vórtice alrededor del que girará toda la trama, así como la visita a la mansión de la (auténtica) señora Bellane (por tanto, la n.º 2) (la bella y elegante (y estilizada) Hillary Brooke)...
... es una auténtica delicia y por ello la elección final de Ray Milland en lugar de Alan Ladd deviene capital puesto que el primero no sólo era un actor muy superior al segundo sino que tenía una (imbatible) vis cómica que le equipara al mejor Cary Grant hitchcockiano.
A partir de entonces aunque la trama no sea quizás tan subyugante y algunos de los personajes estén un tanto desdibujados podemos deleitarnos en escenas tan deliciosas como el intento de seducción de la 2ª señora Bellane y donde también se manejan pistolas... de menor calibre que las que se comentan en otro rincón...
... el descubrimiento de los restos de la tarta que contienen el secreto (y por tanto el MacGuffin) de la historia y que las bombas de los aviones alemanas han hecho estallar en pedazos...
... o la figura del inquietante inspector Prentice (un socarrón Percy Waram, que más parece un acólito del doctor Mabuse berlinés)...
... hacen que el resto de la proyección se pase en un suspiro.
Ah, y me olvidaba de la figura netamente langiana del (falso) ciego que se introduce en el vagón que lleva a Stephen desde Lembridge hasta Londres y cuya misión es hacerse con la tarta de marras.
Todo un guiño cargado de ironía a una de las figuras clave en la obra maestra de la etapa alemana del director, la magistral M, EL VAMPIRO DE DÜSSELDORF (1931), con un Peter Lorre que ya apuntaba maneras…
O la perturbadora escena de la muerte del traidor Willi (Carl Esmond), a manos de su propia hermana, Carla (Marjorie Reynold, intuyo que otra “protegida” del director…), al que mata disparándole a través de la puerta y que tal vez nos recuerde a un título de cuyo nombre no quiero acordarme del maestro del suspense…
… habrá un no premio para el acertante…
Y un final prebladerunneriano...
... rubricará uno de los títulos más simpáticos de la carrera del gran director vienés y que difiere por completo del resto de propuestas antinazis que realizó a lo largo de su carrera.
Tal vez una anomalía.
Yo más bien diría que una pequeña joya escondida que todo cinéfilo que se precie debería conocer.
Y dado que la siguiente entrega será la mítica LA MUJER DEL CUADRO, sin duda uno de los títulos más valorados de su director, qué mejor preámbulo que EL MINISTERIO DEL MIEDO que, después de todo, bien podría ser un borrador todo lo abstruso que se quiera de la misma.
Espero vuestros comentarios.
Buenas noches y, buena suerte.
¿Creíais que me había olvidado del sastre encarnado por Dan Duryea y que coprotagonizará los siguientes títulos de la revisión? Pues no es así...
Agur.
Última edición por Alcaudón; 08/03/2022 a las 00:54
Llevo con El ministerio del miedo en la colección desde que se editó o al poco tiempo, pero aún no la he catado. La que sí probé y me encantó fue La mujer del cuadro, en una de esas copias salchicheras de periódico (por eso, a veces, rompo una lanza por estas, a veces, doble edicioines, que nos hacen valorar un cine fantástico).
Mi blog: www.criticodecine.es
Tercera, si no me equivoco. Hubo, anteriormente, una adaptación de "Stamboul Train" (1932), dirigida por Paul Martin: Orient Express (1934), una producción para la Fox,
La estoy releyendo para poder compararla con la versión cinematográfica. La había leído hace muchos años, pero no la recordaba. También la película hace años que no la veo. De entrada, hay que decir que me parece una novela difícil de llevar a la pantalla, porque en buena medida transcurre en la mente de un hombre con problemas mentales, aquejado de amnesia y con la sombra de un pasado traumático.