Buen capítulo el del "Demonio serpiente" (2x05), que aunque su lugar en la temporada sea el de una simple transición, un "freak of the week", deja un buen retrato psicológico de esa adolescente que, a pesar de cargar con una gran responsabilidad, no deja de ser una chica de 16 años que quiere divertirse y se puede prendar de un chico fácilmente. Esa trampa para chicas de instituto a través de una fiesta en una fraternidad con universitarios de buen ver tiene unas connotaciones de sexo=peligro mortal muy de slasher de los 80/90. De hecho, el monstruo del episodio es un demonio-serpiente de lo más fálico, conociendo a Whedon dudo que sea casual. Y ya se vio algo parecido en la tercera entrega de Pesadilla en Elm Street, saga a la que ya se rindió homenaje en la primera temporada (Freddy se convertía en una serpiente gigante y engullía a una adolescente reprimida).
Las tensiones con Xander y Rupert están bien llevadas, y un episodio destinado a ser un trámite acaba teniendo más poso de lo que podría esperarse. Me gusta cuando la serie sorprende así.