Humphrey DeForest Bogart (para los amigos, “Bogie”, que también era el apodo del padre, o “Bogey”) nace el día de Navidad de 1899 (el mismo año que Alfred Hitchcock) en Nueva York, hijo de un médico adicto a la morfina, Belmart DeForest Bogart, y de una ilustradora de éxito y sufragista, Maud Humphrey. Aunque parezca increíble, la madre utilizó en alguna ocasión a su lindo bebé como modelo para sus ilustraciones. Los biógrafos de Bogart destacan que su infancia fue un período “sin besos ni abrazos”, con unos padres, y en particular una madre, poco dados a la efusividad o a la ternura.

Mal estudiante, problemático y revoltoso, ingresó en la Marina en 1918, aunque no participó en acciones de guerra. Parece ser que de aquella época le quedó como recuerdo una cicatriz en el labio superior (aunque sobre este aspecto hay versiones para todos los gustos). Ya licenciado, empieza a trabajar en pequeñas ocupaciones en el mundo del cine y del teatro en Nueva York, llegando a ser director de escena y, a partir de 1921, actor. En 1926 se casa con la actriz de teatro Helen Menken (1901-1966), matrimonio de corta duración,



puesto que en 1928 vuelve a casarse, y de nuevo con una actriz (como lo serán también las dos siguientes): Mary Philips (1901-1975), que además de en los escenarios también desarrollaría una carrera cinematográfica, aunque no muy extensa (la podemos ver en films como A Farewell to Arms, de Borzage, Leave Her to Heaven, de Stahl, o como reina de Thule en Prince Valiant, de Hathaway).



Con la aparición del sonoro, Bogart se desplaza a Hollywood como profesor de dicción. Al cabo de un tiempo, y después de aparecer en un par de cortos, inicia su carrera cinematográfica como actor de largometrajes en A Devil with Women (1930), de Irving Cummings, aunque se estrenó antes su segundo film, Up the River, de John Ford, única película donde coincidieron en el reparto Bogart y Spencer Tracy, a pesar de que fueron buenos amigos durante toda su vida (también fue la única aparición de Bogie en un film de Ford). En esta primera etapa, lo podemos encontrar compartiendo cartel con Bette Davis, en el film de debut de la actriz: Bad Sister. Ya en fecha tan temprana como en 1932 encarna su primer papel de gángster en Three on a Match, de Mervyn LeRoy, también con Davis en el reparto.

Pero pronto regresará a Broadway, donde triunfará como el forajido Duke Mantee en la obra de Robert E. Sherwood “The Petrified Forest”. Será precisamente el protagonista de la obra sobre el escenario, Leslie Howard, quien presionará para que sea Bogart el Mantee cinematográfico, en la película dirigida por Archie Mayo, a pesar de que la Warner apostaba por Edward G. Robinson. Sea como sea, Bogart obtuvo un gran éxito en este papel, secundario si lo medimos por los minutos que está en pantalla, pero inolvidable. Como resultado, Howard y Bogart mantuvieron una estrecha amistad hasta el momento de la trágica muerte del británico, hasta el punto de que Bogart y Bacall le pusieron Leslie Howard de nombre a su hija.

Bogart, atado a la Warner por uno de esos contratos draconianos que solían firmarse entonces, tuvo que tragar muchos papeles de segunda fila en películas de serie B o poco menos, sufriendo un encasillamiento en personajes de gángsters. A ello, hay que añadir otro matrimonio, en 1938, extremadamente tempestuoso, con Mayo Methot (1904-1951), actriz de cine y de teatro con graves problemas de alcoholismo.



Aunque en esa etapa que va de 1930 a 1940 hay algunos buenos films, como Bullets or Ballots, de LeRoy; Black Legion, de Mayo; The Roaring Twenties o They Drive by Night, de Walsh, films en que los roles principales son para Robinson, James Cagney o George Raft, quizá su papel más exitoso fue el de “Baby Face” en Dead End, de William Wyler, con Sylvia Sidney y Joel McCrea, para el que fue cedido por la Warner a Samuel Goldwyn Productions. Pero también tuvo que participar en films tan marcianos, en el contexto de su obra, como The Oklahoma Kid, un western de Lloyd Bacon con Cagney, o The Return of Doctor X, de Michael Curtiz, en la que encarna el que creo que es, sin duda, su personaje más bizarro.





Será poco después de tocar fondo, cuando conseguirá el papel que supondrá un giro radical en su carrera, el de Roy “Mad Dog” Earle en la excepcional High Sierra, de Raoul Walsh, con guion de John Huston que adapta una novela de W. R. Burnett.

Y aquí es cuando da inicio la revisión que os propongo, aunque Bogart todavía tendría que lidiar con algunos films de medio pelo. El programa es el siguiente:

01. El último refugio (High Sierra, 1941), de Raoul Walsh
02. El circo sangriento (The Wagons Roll at Night, 1941), de Ray Enright
03. El halcón maltés (The Maltese Falcon, 1941), de John Huston
04. A través de la noche (All Through the Night, 1942), de Vincent Sherman
05. Un gángster sin destino (The Big Shot, 1942), de Lewis Seiler
06. A través del Pacífico (Across the Pacific, 1942), de John Huston
07. Casablanca (Casablanca, 1942), de Michael Curtiz
08. Acción en el Atlántico Norte (Action in the North Atlantic, 1943), de Lloyd Bacon
09. Sahara (Sahara, 1943), de Zoltan Korda
10. Pasaje para Marsella (Passage to Marseille, 1944), de Michael Curtiz
11. Tener y no tener (To Have and Have Not, 1944), de Howard Hawks
12. Retorno al abismo (Conflict, 1945), de Curtis Bernhardt
13. El sueño eterno (The Big Sleep, 1946), de Howard Hawks
14. Callejón sin salida (Dead Reckoning, 1947), de John Cromwell
15. Las dos señoras Carroll (The Two Mrs. Carrolls, 1947), de Peter Godfrey
16. La senda tenebrosa (Dark Passage, 1947), de Delmer Daves
17. El tesoro de Sierra Madre (The Treasure of the Sierra Madre, 1948), de John Huston
18. Cayo Largo (Key Largo, 1948), de John Huston
19. Llamad a cualquier puerta (Knock on Any Door, 1949), de Nicholas Ray
20. Secuestro (Tokyo Joe, 1949), de Stuart Heisler
21. Una llama en el espacio (Chain Lightning, 1950), de Stuart Heisler
22. En un lugar solitario (In a Lonely Place, 1950), de Nicholas Ray
23. Sin conciencia (The Enforcer, 1951), de Bretaigne Windust (y Raoul Walsh)
24. Siroco (Sirocco, 1951), de Curtis Bernhardt
25. La reina de África (The African Queen, 1951), de Johm Hustom
26. El cuarto poder (Deadline - U.S.A., 1952), de Richard Brooks
27. Campo de batalla (Battle Circus, 1953), de Richard Brooks
28. La burla del diablo (Beat the Devil, 1953), de John Huston
29. El motín del Caine (The Caine Mutiny, 1954), de Edward Dmytryk
30. Sabrina (Sabrina, 1954), de Billy Wilder
31. La condesa descalza (The Barefoot Contessa, 1954), de Joseph L. Mankiewicz
32. No somos ángeles (We're No Angels, 1955), de Michael Curtiz
33. La mano izquierda de Dios (The Left Hand of God, 1955), de Edward Dmytryk
34. Horas desesperadas (The Desperate Hours, 1955), de William Wyler
35. Más dura será la caída (The Harder They Fall, 1956), de Mark Robson

Dejo fuera algunas fugaces apariciones o cameos en films como Thank Your Lucky Stars (1943) (protagonizada por Eddie Cantor) y Two Guys from Milwaukee (1946), ambas dirigidas por David Butler, o Always Together (1947), de Frederick De Cordova, además de esa presencia en un film de la Ealing, que nos dio a conocer Alcaudón: The Love Lottery (1954), de Charles Crichton.

Quedan para otra ocasión los casi cuarenta films rodados entre 1930 y 1940. A la dudosa calidad de algunos de los títulos, se añade las dificultades para poderlos visionar en condiciones óptimas (o incluso en malas condiciones). La revisión se centra, pues, en lo que podemos llamar la “edad dorada” de Bogart, que viene a coincidir, en cierto modo, con la del cine de Hollywood, dentro del cual Bogart sería una de sus grandes estrellas (y una de las mejor pagadas, en especial durante los años 40), por muy alejada que estuviera su imagen del glamur de otros actores.

¿Por qué una revisión de Bogart? En los últimos años he impulsado o participado en numerosas revisiones de las filmografías de directores muy diversos, pero me apetecía dedicar una a un actor (a la manera como la compañera hannaben ha hecho recientemente con Bette Davis). A la hora de elegir a qué actor dedicársela, no he tenido dudas. Mal sería que, llevando el apodo de “mad dog earle” y luciendo un avatar del personaje de Bogart en High Sierra, lo hubiera traicionado con otra elección, aunque la lista de actores que se merecerían un ciclo es larga. Dedicársela a un actor implica que podemos pasar por films de estilos, géneros y calidades muy diversos, aunque, tratándose del Bogart de su edad dorada, el conjunto tiene algunas características comunes: el del tipo duro pero romántico, alejado ya (aunque recaería en alguna ocasión) del cliché del gánster, del “bad boy”, papeles por los que rivalizaría, a pesar suyo, durante años con los Cagney, Robinson o Raft.

Durante los 26 años que vamos a revisar, Bogart protagonizó 35 largometrajes, la mayoría producidos por la Warner (18), pero también por casi todas las otras majors (solo encontramos a faltar la RKO): Columbia (3), Fox (2), Paramount (3), MGM (1) y algunos en producciones independientes (de Sam Spiegel o Stanley Kramer). Además, Bogart creó su propia productora, Santana Pictures, con la que rodó dos films que comentamos en el ciclo dedicado a Nicholas Ray: Knock on Any Door e In a Lonely Place (ambas distribuidas por Columbia).

Tiempo habrá de ir detallando los comentarios para cada uno de los films, pero dejadme que cuente una experiencia personal. Cuando me iniciaba como cinéfilo (aunque mi pasión por el cine viene de las muchísimas tardes pasadas durante mi infancia en los cines de barrio, todos ellos desaparecidos desde hace lustros), en la segunda mitad de los 70, una época dorada de las salas de cine, no solo por lo repletas que estaban, sino también porque vivieron la recuperación de decenas de films prohibidos durante la larga noche franquista, hubo un ciclo que se mantuvo durante meses y meses (diría que, intermitentemente, durante años), en diferentes salas (de esas que se llamaban “de arte y ensayo”). Era uno dedicado a Humphrey Bogart, puesto de moda a principios de los 70 en buena medida a causa del éxito del film Play It Again, Sam, de Herbert Ross, película protagonizada por Woody Allen y basada en la obra teatral del mismo título del propio actor. El ciclo constaba de 7 películas, todas ellas de la Warner y en blanco y negro, en versión original subtituladas. Lo de la versión original tenía su especial interés, porque para muchísimos espectadores fue la forma de descubrir esa voz tan característica de Bogie, no especialmente harmónica, algo ceceante. Los títulos era una muestra espléndida de su carrera: The Petrified Forest, High Sierra, The Maltese Falcon, Casablanca, To Have and Have Not, The Big Sleep y Key Largo. Sin duda son todas las que están, aunque no están todas las que son. Destaca la presencia de John Huston como director de dos de los films, apuntando una relación profesional (y de amistad) que se alargará durante años y se concretará en 6 largometrajes.



No me extiendo más, para el primer post de la revisión creo que ya hay suficiente. Apunto un par de biografías que han pasado por mis manos estos días, aunque la lista es muy extensa, incluidas las memorias de Lauren Bacall (su cuarta y última esposa, también actriz, como no podía ser de otro modo) o de su hijo Stephen Bogart.




Son “Bogart”, de Ann M. Sperber y Eric Lax (editorial Tusquets),



y “Bogart”, de Stefan Kanfer (editorial Lumen).





Y finalizo con una curiosidad. Como otros nombres ilustres en el mundo del cine (Fellini, Bergman, Berlanga, Buñuel …), Bogart ha entrado también en los diccionarios. Así, nos encontramos con el verbo “to bogart” que, según el Merriam-Webster, tiene el significado de “to use or consume without sharing”, especialmente en referencia a… los porros. Las explicaciones del Merriam-Webster no tienen desperdicio:

The legendary film actor Humphrey Bogart was known for playing a range of tough characters in a series of films throughout the 1940s and 1950s, including The Maltese Falcon, Casablanca, and The African Queen. The men he portrayed often possessed a cool, hardened exterior that occasionally let forth a suggestion of romantic or idealistic sentimentality. Bogart also had a unique method of smoking cigarettes in these pictures—letting the butt dangle from his mouth without removing it until it was almost entirely consumed. It is believed that this habit inspired the current meaning of bogart, which was once limited to the phrase "Don't bogart that joint [=marijuana cigarette]," as popularized by a song on the soundtrack to the film Easy Rider. Today, bogart can be applied to hogging almost anything.”

Y para ilustrarlo, qué mejor que la canción citada, incluida en la banda sonora de la película Easy Rider: “Don’t Bogart Me”, interpretada por el grupo Fraternity of Man:



Y la semana que viene, empezamos con High Sierra. Intentaré mantener la tradicional frecuencia semanal, pero no me comprometo a hacerlo: hay demasiadas películas para ver y comentar... y además hay vida lejos del cine... ¿o no?