Cita Iniciado por mad dog earle Ver mensaje
En mi infancia no solo volaba el borrador, también un enorme manojo de llaves, de esas grandes y pesadas de antaño. Alguna vez una mano justiciera lo acabó lanzando a la calle (el colegio estaba en un primer piso). Los castigos corporales de todo tipo estaban al orden del día, desde el palmetazo en la mano a la zurra en el trasero con los pantalones bajados (o, incluso, también con los calzoncillos abajo, en un gesto que al daño físico añadía la humillación).
Sí, he oído historias de gente más mayor que yo y era penoso el sistema educativo en este país, que durante décadas se dejó en manos de la Iglesia. Los curas y monjas zurraban también. La de reglas (o regletas) que se partieron en manos aún jóvenes e inocentes.
Mi padre me contaba que en el colegio de monjas al que iba (en los años 40), como hablaba mucho, le ponían a él y a otros que hicieran lo mismo, una lengua colgada del cuello, en esa linea de humillación y penitencia que tanto gustaba al clero.