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Tema: Humphrey Bogart: revisando sus películas (1941-1956)

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  1. #1
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    Predeterminado Re: Humphrey Bogart: revisando sus películas (1941-1956)

    ¡Fuego el dos!

    DARK PASSAGE (1947, LA SENDA TENEBROSA)



    Director: Delmer Daves.

    Producción y distribución: Warner Bros. Pictures, Inc.

    Productor: Jerry Wald.

    Guion: Delmer Daves, basado en la novela homónima de David Goodis (Nueva York, 1946) [Serializada previamente en la revista “The Saturday Evening Post” del 20 de julio al 7 de septiembre de 1946].

    Fotografía: Sid Hickox, en blanco y negro (1.37:1).

    Dirección artística: Charles H. Clarke.

    Decorados: William Kuehl.

    Música: Franz Waxman.

    Montaje: David Weisbart.

    Reparto: Humphrey Bogart (Vincent Parry/Allan Linnell), Lauren Bacall (Irene Jansen) + Bruce Bennett (Bob), Agnes Moorehead (Madge Rapf), Tom D’Andrea (Taxista (Sam)), Clifton Young (Baker), Douglas Kennedy (Detective), Rory Mallinson (George Fellsinger) y Houseley Stevenson (Dr. Walter Coley).

    Rodaje: de finales de octubre de 1946 a finales de enero de 1947.

    Duración: 1 h 41 m 50 s. (Copia en DVD editada por Warner en 2003).

    Estreno: 27 de septiembre de 1947.

    Recaudación: 3.000.000 de dólares (Variety, 7 de enero de 1948).







    San Francisco



    Antes de iniciar el segundo comentario me gustaría indicar que el visionado de la cinta en formato DVD se ha debido a que no me acordaba que la tenía igualmente en BD

    … uno de esos despistes que parecen salpicar últimamente mi día a día…

    … y eso que en su momento comenté en este o en otro rincón que de las cuatro películas en las que trabajaron justos la pareja Bacall / Bogart sólo quedó inédita en BD en nuestro país la que yo considero la mejor de todas ellas…. TENER Y NO TENER…

    También fue una pena que la obra de David (Loeb) Goodis (1917-1967) - uno de los grandes de la novela negra norteamericana - no se llegase a publicar en la colección “Black” de Plaza & Janés dirigida por el estudioso Javier Coma y que constó de 23 volúmenes, dos de ellos de su puño y letra (“Fuego en la carne” (1957), n.º 2 y “La calle de los perdidos” (1952), n.º 12).



    - Cubierta original de la primera edición, Julian Messner, Inc., Nueva York, 1946. -

    Además en este caso la memoria (¡ay!) ha vuelto a traicionarme puesto que el visionado el pasado jueves me ha supuesto una tal vez no notable pero sí sensible decepción.

    Aunque al primero guionista y luego director (como Mankiewicz, Sturges o Wilder) Delmer Daves (1904-1977) se le recuerda especialmente por los excelentes westerns que rodó en los años ‘50 (especialmente FLECHA ROTA (1950), JUBAL (1956), LA LEY DEL TALIÓN (1956), EL TREN DE LAS 3,10 (1957) y EL ÁRBOL DEL AHORCADO (1959)) lo cierto es que ya antes de que esta película llegara a las carteleras había dirigido títulos tan notables como DESTINO TOKIO (1943) – seguramente la mejor película de submarinos para el que esto subscribe – o PRIDE OF THE MARINES (1945), que se adelantó a la mucho más popular (y espléndida, que nadie lo dude) LOS MEJORES AÑOS DE NUESTRA VIDA (1946), de William Wyler, en mostrar los estragos que la guerra había ocasionado en los que habían combatido en ella.

    Y también me contradigo a mi mismo y al querido compañero mad dog earle puesto que el uso que se hace de la cámara subjetiva me parece menos creativo (o arriesgado) que en la coetánea LA DAMA DEL LAGO dirigida por el también actor Robert Montgomery.

    Y digo esto porque en esta última (que llegué a comentar en “el otro rincón” tiempo ha…) la subjetividad se mantiene a lo largo de toda la película salvo cuando el protagonista se refleja en un espejo.



    Sin embargo, en LA SENDA TENEBROSA se da en dos ocasiones, la primera de las cuales me parece lógica, cuando Vincent (Bogart) escapa de la prisión de San Quintín (por cierto, Bogie (co)protagonizó en 1937 la película homónima dirigida por Lloyd Bacon…



    ... parece que no aprendió de sus errores…), pero no así la segunda cuando sale del edificio en el que se ha refugiado – el apartamento de Irene (Bacall) – y sube al taxi en el que conocerá al simpático y parlanchín Sam (un igualmente excelente Tom D’Andrea).





    Curiosamente Vincent (luego Allan) primero es ayudado por una mujer (Irene) que le cree inocente del asesinato de su esposa y después por un hombre (Sam) que piensa justo todo lo contrario pero que le apoya de igual forma como se demuestra en una charla entre ambos que hoy sería todo menos políticamente correcta…

    Como decía antes, me gustaría haber leído la novela de Goodis para comprobar si un argumento tan rocambolesco procede de la misma o fue cosa del propio Daves, aunque me inclino por la primera opción dado el caché que como guionista se había labrado.

    De hecho, el haber confeccionado un (obligado) programa doble con LAS DOS SEÑORAS CARROLL no parece tan descabellado dadas las premisas argumentales de ambas películas, a cual más disparatada.

    El único que participa en ambos títulos, por cierto, es el compositor Franz Waxman, aunque los registros musicales son ciertamente dispares.

    Eso sí, ambas están supervisadas por dos de los mejores productores de la Warner y ambos prematuramente desaparecidos, Mark Hellinger (1903-1947) – y cuya compañía Mark Hellinger Productions se convertiría a la muerte de este en la Santa Pictures del propio Bogart – y Jerry Wald (1911-1962) – quien ya como independiente produjo la última cinta del actor, MÁS GRANDE SERÁ LA CAÍDA (1956) o el mítico melodrama TÚ Y YO (1957), de Leo McCarey. -

    Antes he usado los adjetivos rocambolesco y disparatado y es que el argumento firmado por Goodis y/o Daves roza en algunos momentos lo increíble.

    Un conductor que recoge al citado preso y que más tarde sabremos que es un gánster de poca monta que quiere hacer su agosto a costa de la relación que Vincent mantiene con la (al parecer) acaudalada Irene.



    Una mujer que ayuda a un fugado de la justicia acusado de la muerte de su esposa porque su padre fue injustamente encarcelado por el mismo motivo.



    - Por cierto, si en LAS DOS SEÑORAS CARROLL Bogie encarnaba a un pintor, aquí Bacall hará lo propio, aunque en este caso nunca llegaremos a ver en pantalla ninguna de sus obras. -

    Un taxista que conoce a un cirujano plástico que sería la envidia del gremio y eso a pesar de haber sido expulsado del mismo por su mala praxis.



    Un metomentodo detective, (in)digno de una cinta de Sir Alfred, que por pura casualidad (¿?) se encuentra en el “Harry’s Wagon” regentado por el simpático (lógicamente) Harry (Tom Fadden, al que ya vimos como uno de los dos matones (¡!) de Eddie Mars (John Ridgely) en EL SUEÑO ETERNO) y que le hace un interrogatorio digno de figurar en el examen de fin de carrera del policía modelo.



    Una mujer despechada, Madge (la siempre excelente Agnes Moorehead, la madre de Charles Foster Kane…), quien con tal de ganarse los favores (se entiende que sexuales) de Vincent, es capaz primero de matar a la esposa de este y después a su mejor amigo, el trompetista George (Rory Mallinson).



    - Tampoco es que el Vincent original fuese un Adonis...



    Por cierto, por si alguien está interesado la secuencia de personajes con los que interacciona Vincent en su devenir es la siguiente:

    Baker > Irene > Sam > George > Sam > Dr. Coley > Detective > Baker > Madge > Irene

    En el haber de Daves dichas interacciones permiten que todos y cada uno de los personajes estén perfectamente definidos, aunque bien es cierto que a veces los diálogos son un tanto prolijos y más teniendo en cuenta que no existe una base argumental como la que sustentaba (cuasi)obras maestras como EL HALCÓN MALTÉS o EL SUEÑO ETERNO.

    Además, pese a que la subjetividad sólo se mantiene en el primer tramo, Daves mantiene la uniformidad en la puesta en escena al usar predominantemente el plano medio o el primer plano.







    Ciertamente fue arriesgada la decisión de que el rostro de Bogie no se muestre hasta que no ha pasado la hora de proyección…



    … pero como decía, se hace difícilmente creíble la habilidad con el bisturí del (clandestino) Dr. Coley…

    También debemos dejarnos llevar por la magia del cine para que en los pocos días en los que conviven Vincent e Irene surja entre ellos la llama de un amor digno de una película de Douglas Sirk…

    O de que, como antes decía, una mujer como Madge, sea capaz de matar a dos personas, como quien no quiere la cosa, sólo por agenciarse al marido de su (supuesta) mejor amiga.





    O de esas otras dos muertes que parecen salir de la obra maestra de Sir Alfred (¿hace falta decir cuál?), seguramente una solución buscada por el director para salvar el Código de Producción.





    La película además se beneficia del rodaje en exteriores lo que aporta un mayor realismo a la historia.



    Pese a todo y que eso no lo dude nadie, LA SENDA TENEBROSA es una cinta muy superior a LAS DOS SEÑORAS CARROLL pero para mí es la más floja (y con diferencia) de las cuatro colaboraciones entre la pareja Bacall / Bogart.

    Ah, y casi se me olvidaba.

    Como bien decía mad dog earle, si en la película de Geoffrey el personaje encarnado por Bogie parecía un sosias del mismísimo Conde Drácula (o cualquiera de sus émulos), aquí el actor bien podría ser un cruce entre la Momia (Karloff vs. Lee) y el Hombre Invisible (Rains).



    Afortunadamente, la expresividad de un rostro recae fundamentalmente en la mirada... alguno que hemos podido comprobar a nuestro pesar durante la pandemia...





    Buenas días y, buena suerte.



    Y a descansar (bueno, en mi caso, a coger mi Winchester ‘73) que hoy me he dado un buen tute… y eso que todavía no he montado los muebles de IKEA…









    Última edición por Alcaudón; 05/06/2022 a las 13:30

  2. #2
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    Predeterminado Re: Humphrey Bogart: revisando sus películas (1941-1956)

    17. El tesoro de Sierra Madre (The Treasure of the Sierra Madre, 1948), de John Huston



    Como en el caso de The Maltese Falcon, Huston asume el reto, como director y como guionista, de llevar a la pantalla una novela destacada. Estos días he estado releyendo la obra del misterioso B. Traven, publicada en 1927, y he confirmado lo que recordaba de una anterior lectura: que se trata de un texto espléndido de un escritor con estilo y sin pelos en la lengua, que lanza unas cargas de profundidad demoledoras contra la sociedad capitalista. Por cierto, la traducción de Esperanza López Mateos otorga al relato un sabor mexicano de lo más oportuno, con un castellano repleto de mexicanismos (la novela está escrita originalmente en alemán).



    Se trata de un proyecto de la Warner que se tuvo que aplazar debido a que Huston se incorporó a filas en 1942. Recuperado Huston una vez licenciado, Bogie ya disponía de la libertad para rechazar guiones y elegir directores, mostrándose interesado en el papel de Dobbs, aunque con él se alejaba de sus personajes habituales (probablemente, por eso mismo le atraía, además de por trabajar de nuevo con su amigo Huston).

    Las condiciones de la preparación del guion y del rodaje, en especial la relación de Huston con el enigmático Hal Croves, enviado del inaccesible Traven, y que, en realidad, era según parece el propio escritor, son dignas por sí mismas de una película de intriga. Pero, más allá de la leyenda, y del gusto de Huston por fabular sus aventuras cinematográficas, la película queda como un ejemplo de adaptación literaria. Huston se ciñe rigurosamente al texto, aunque, lógicamente, elimina algunas partes y simplifica otras, pero en esencia estamos ante el mismo relato de Traven. Quizá las diferencias más notables son: el personaje de Lacaud (Cody en la película) no muere, sino que se queda en la zona de la mina, convencido de que hay una veta importante de oro; los bandidos que matan a Dobbs no son Gold Hat y sus compinches, sino otros distintos; además, en la novela queda algo de oro en las alforjas, aunque poco comparado con el que se pierde, mezclado con la tierra y esparcido por el viento.

    Por lo demás, la película es fiel a la trama del texto (aunque obvia las diatribas contra la Iglesia y la visión tan descarnada del funcionamiento de la sociedad capitalista), en especial en todo lo relacionado con las aventuras de los tres desafortunados mineros, sus cuitas, sus discusiones, sus miedos y ambiciones. El trío protagonista es excelente: Dobbs (con el que empieza el film y la novela), un Bogie superlativo, en una de sus mejores interpretaciones (a la altura de la del Charlie Allnutt de The African Queen), llena de matices y que, a diferencia de otras ocasiones en que lo he criticado, aquí sabe perfectamente medir sus excesos enloquecidos; Howard, el viejo encarnado prodigiosamente por Walter Huston, un tipo astuto, vigoroso a pesar de su edad, y que actúa en todo momento como la voz de la experiencia (y en cierto modo de la conciencia); y el más joven e inocente Curtin, magnífico también Tim Holt.



    Junto a ellos, Cody/Lacaud (Bruce Bennett, que había sido atleta olímpico en 1928, lanzador de peso) es una presencia no deseada y que, en el film, aporta una posible opción de futuro para Curtin, en forma de carta de su esposa,



    y el peligroso Gold Hat (Alfonso Bedoya), un bandido cruel y malcarado (en la novela, autor de una auténtica masacre en un tren, nada que ver con el breve tiroteo que sufren nuestros protagonistas cuando van camino de Sierra Madre).



    El otro personaje, como el San Francisco de Dark Passage, es el paisaje de la Sierra Madre, esas montañas áridas y desiertas que atesoran en sus entrañas el codiciado oro, pero donde el sol, el calor, la sed o las alimañas (como el lagarto amenazador que encuentran bajo una roca, y que es un añadido de Huston) penden sobre sus cabezas con un hálito de muerte.

    La película tiene una atractiva primera parte en la ciudad portuaria de Tampico (en la novela no se identifica), en la que Huston se reserva una divertida aparición como el generoso hombre de blanco que da algunas monedas al insistente Dobbs.



    En la novela se describe un mundo dominado por las prospecciones petrolíferas, donde el dinero es el patrón de todas las cosas, una visión tremendamente crítica de Traven que, además, sitúa la Iglesia católica como fuente de muchos de los males de los nativos, ya desde los tiempos de la conquista española. En ese contexto, la película mantiene el personaje del contratista aprovechado, Pat McCormick (Barton MacLane, al que ya hemos visto numerosas veces compartiendo escena con Bogart en esta revisión).

    Howard será el alma del viaje a Sierra Madre, él es el que conoce el mundo de los buscadores de oro, el que sabrá reconocerlo, dando rienda suelta a su alegría en forma de improvisados pasos de baile.



    Él será también el cemento que los mantendrá unidos cuando comiencen a surgir las disputas, provocadas sobre todo por un Dobbs cada vez más obsesionado y desconfiado. La desaparición de escena de Howard, cuando unos indios reclaman su ayuda, será el motivo de la desintegración del grupo, y la caída de Dobbs en la vesania, llegando a intentar matar a Curtin.

    El reencuentro de Dobbs con Gold Hat y la pérdida del oro (por la estupidez de los bandidos, incapaces de reconocerlo) ponen punto final a la aventura, conclusión celebrada con una risa (que el texto califica de homérica) de Howard, que resuena en nuestros oídos una vez finalizado el film.



    Un final tragicómico a la desmesura de la ambición que nos recuerda otro de los mejores films de losers de Huston: The Man Who Would Be King (basado en un relato de Rudyard Kipling).

    En mi opinión, estamos ante una obra maestra, un film perfectamente equilibrado, en el que cabe destacar junto al guion, la dirección y la interpretación, la fotografía de Ted D. McCord y la música de Max Steiner. La Academia la premió con tres estatuillas, quedándose todas en familia: dos para el hijo (dirección y guion), y una para el padre, la de mejor actor de reparto para el veterano Walter Huston (que se cuenta que rodó sin su dentadura postiza, por petición expresa del director e hijo).



    Como curiosidad, aparece brevemente, como el muchacho que vende lotería, Robert Blake, que a pesar de su aspecto infantil ya llevaba una década haciendo cine.



    En la próxima entrega, de nuevo con dirección de Huston, volvemos a emparejar a Bogie con Lauren Bacall, en la que sería su última colaboración: Key Largo. Y asoma el gran Edward G. Robinson, en su única aparición en este ciclo.

  3. #3
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    Predeterminado Re: Humphrey Bogart: revisando sus películas (1941-1956)

    Cita Iniciado por Alcaudón Ver mensaje
    Y también me contradigo a mi mismo y al querido compañero mad dog earle puesto que el uso que se hace de la cámara subjetiva me parece menos creativo (o arriesgado) que en la coetánea LA DAMA DEL LAGO dirigida por el también actor Robert Montgomery.

    Y digo esto porque en esta última (que llegué a comentar en “el otro rincón” tiempo ha…) la subjetividad se mantiene a lo largo de toda la película salvo cuando el protagonista se refleja en un espejo.
    Que es menos arriesgado que en Lady in the Lake es obvio (pocas propuestas más arriesgadas en el uso de la cámara subjetiva que la película de Montgomery), pero ser más arriesgado no quiere decir, necesariamente, ser más creativo, acaso sí más original, pero la originalidad no es sinómino de calidad o de resultado logrado. Y en este sentido considero mucho más logrado el uso de la cámara subjetiva en Dark Passage que en la citada Lady in the Lake, en la que la pirueta formal de Montgomery acaba lastrando el resultado final, cansando al espectador sin que haya ninguna necesidad narrativa para utilizarla. En cambio, Daves sí tiene un motivo narrativo para usarla, y lo hace, a mi modo de ver, notablemente, aunque se deja llevar en algún momento, como cuando coloca la cámara dentro del bidón que cae rodando dando tumbos, uno de esos planos innecesarios que a veces se introducen en las películas como para hacer notar la presencia del director tras la cámara.

    Respecto a las incongruencias de lo narrado (que ignoro si proceden de Goodis), ciertamente son de alivio, pero insisto en que, al menos en mi opinión, son casi una mera excusa para sacar la cámara a la calle y filmar en exteriores en la maravillosa San Francisco (de la que, por cierto, he vuelto a gozar ayer revisando Bullitt ).
    Última edición por mad dog earle; 05/06/2022 a las 21:43 Razón: Corrigiendo un error. Cosas de escribir con el móvil.

  4. #4
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    Predeterminado Re: Humphrey Bogart: revisando sus películas (1941-1956)

    18. Cayo Largo (Key Largo, 1948), de John Huston



    Después de un peliculón como The Treasure of the Sierra Madre qué mejor que embarcarse (nunca mejor dicho) en otro film dirigido por John Huston, con un reparto de campanillas, y con la participación en el guion de otro amigo de Bogie, Richard Brooks.

    La película adapta una obra teatral del dramaturgo Maxwell Anderson, estrenada en 1939, aunque al parecer bastante modificada. Se comenta que la película fue impuesta a John Huston por el productor de la Warner, Jerry Wald, y que el director no quería enfrentarse a la obra de un autor al que consideraba un reaccionario. Sea como sea, sin conocer el original, Huston y Brooks le dieron la vuelta al texto, porque la película resulta más bien todo lo contrario, una crítica amarga de la sociedad norteamericana de la postguerra, en la que los valores por los que tantos soldados (el propio Huston) lucharon, muchos a costa de su vida, estaban en peligro. De alguna manera, el gánster Johnny Rocco (dibujado con trazos de Al Capone y Lucky Luciano) simboliza el regreso al pasado, a la época de la corrupción, de la violencia, del dominio de las bandas mafiosas, previas al New Deal de Roosevelt. El guion refuerza la paradoja remarcando que Rocco es un inmigrante italiano al que el gobierno quiere mantener fuera del país (como Capone), cuando precisamente el hijo del propietario del Largo Hotel donde transcurre la acción, James Temple (Lionel Barrymore), ha muerto en combate en Italia, junto a Frank McCloud, el exoficial que interpreta Bogie.

    La película mantiene una estructura claramente teatral, con una escapada final en barco que parece ser que es un añadido (desconozco cómo acaba la obra, en la que, por lo que he leído, los gánsters son unos bandidos mexicanos). Teatralidad que se ve reforzada al estar rodada casi íntegramente en estudio (Huston ya había consumido todo el margen posible de localizaciones fuera de Hollywood con su reciente aventura mexicana). Para que funcione esa teatralidad se ha de sustentar en un buen reparto, y a fe que Key Largo lo tiene. Curiosamente, casi podríamos decir que las dos grandes estrellas, probablemente el motivo principal de hacer el film, Bogart y Bacall, se ven oscurecidos por los otros actores principales. Empezando por un magistral Edward G. Robinson en uno de sus mejores papeles, como el odioso, cruel y libidinoso Rocco (su aparición en la bañera casi a la media hora de película es inolvidable).



    El repertorio de gestos, miradas, cambios de humor, del actor es sensacional. Sus insinuantes susurros a la oreja de Nora (Bacall), viscosos. Junto a él, dos “secundarios” de peso: el gran Lionel Barrymore, como el entrañable Temple, confinado en una silla de ruedas (que el actor necesitaba realmente, por graves problemas de artritis),



    y la deslumbrante Claire Trevor, la gran perla oculta del film, como Gaye Dawn (el nombre es toda una ironía), la amante dipsomaníaca (una “lush”) de Rocco,



    que se come la pantalla en cada una de sus apariciones, muy en especial cuando canta, patéticamente, “Moanin’ Low”.



    Trevor ganó un Oscar merecidísimo (si es que esto de los premios competitivos entre actores tiene sentido), compartiendo ese año, casualmente, el podio de mejores actores “de reparto” con Walter Huston, por el film comentado la semana pasada (lo que marca sin duda un punto culminante en la filmografía de Huston).

    Tan bien están Robinson, Barrymore y Trevor, que Bogart y sobre todo Bacall quedan un poco en segundo plano (en muchos momentos, literalmente). En especial, la actriz da para poco más que algunas de sus miradas matadoras e irresistibles, especialmente las de menosprecio y asco, que dedica a Rocco, y las de fascinación creciente que dedica a Frank.



    Este, en manos de Bogart, es un personaje un tanto gris que se magnifica por la categoría del actor (que, además, luce un poco habitual atisbo de “pecho lobo”).



    En la obra de Anderson se trataba de un exbrigadista de la Guerra Civil española, pero, acertadamente, Brooks y Huston lo reconvirtieron en un soldado de la II Guerra Mundial, asqueado de lo que ha encontrado a su vuelta a Estados Unidos.

    El resto de actores secundarios acabada de proporcionar densidad al film, muy en especial un siempre ajustado Thomas Gomez como Curly,



    junto a los Dan Seymour (el “camarero”, Angel), Harry Lewis (el risueño Toots), William Haade (el malcarado Ralph) o Marc Lawrence (el gánster rival, Ziggy, nombre de resonancias bowiescas). Y los indios seminola, sobre todo la desarmante presencia de la vieja Felipa Gómez.



    Y el personaje invisible: el huracán que sopla insistentemente sobre el Largo Hotel, poniendo de los nervios a Rocco y sus compinches, que se mueven frenéticos como ratas atrapadas.

    Con un reparto bien engrasado, unos diálogos chispeantes, arropados por la fotografía de Karl Freund y la música de Max Steiner, Key Largo es una película que va más allá de lo que argumentalmente se podría esperar, una especie de reciclaje de The Petrified Forest.

    Esa teatralidad tiene una escapada final a bordo del Santana, el barco de los Temple, nombre que sería también el del yate del propio Bogart y el de su productora, Santana Productions. La conclusión en el Santana remite, sin acreditar, al final de la novela de Hemingway “To Have and Have Not”, en la que, a diferencia de la película de Hawks, el protagonista, Harry Morgan, entablaba un tiroteo con sus pasajeros, unos revolucionarios cubanos. Aquí, Frank acaba con los gánsters,



    dando paso a un final esperanzador que Huston simboliza con Nora abriendo una ventana y dejando que penetre la luz, después de la tormenta.



    Aunque esa luz duró poco tiempo… McCarthy estaba al acecho, entrando en Hollywood con la fuerza de un huracán.

    Algunas curiosidades: esta fue la cuarta y última película de la pareja Bogart-Bacall. Poco antes de morir Bogie estaban preparando un quinto film, pero no hubo tiempo para más. Para mí no es la mejor si nos fijamos solo en ellos, pero, en su conjunto, está a un nivel similar a The Big Sleep, por encima (ya lo siento Alcaudón) de To Have and Have Not y Dark Passage. También fue la última en que compartieron pantalla Bogart y Edward G. Robinson (figurando en esta ocasión en igualdad de condiciones en los créditos del film, aunque Robinson aparece en el centro, flanqueado por Bogie y Bacall). Se cuenta que Bogie trató durante todo el rodaje con gran respeto al veterano actor, de forma muy amistosa. Esta vez, aunque fue Bogie quien mata a Robinson en la pantalla, creo que el pequeño actor de origen rumano se llevó la película de calle.

    En la próxima entrega subiremos a bordo del Santana bogartiano, para la primera producción de su compañía. Será Knock on Any Door, dirigida por Nicholas Ray. Como es un film que Alcaudón y yo comentamos ampliamente en la revisión que dedicamos a Ray, me permitiréis que, en lugar de repetirme, dedique el comentario a aquellos aspectos que en el nuevo visionado me hayan parecido reseñables. Pero eso será la semana que viene.

  5. #5
    gurú Avatar de Alex Fletcher
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    Predeterminado Re: Humphrey Bogart: revisando sus películas (1941-1956)

    Ya está Cayo Largo!!!! Así son las semanas de 5 días de Mad

  6. #6
    Senior Member Avatar de tomaszapa
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    Predeterminado Re: Humphrey Bogart: revisando sus películas (1941-1956)

    Yo lo entiendo perfectamente. Cuando se vienen peliculones tan seguidos, es más fácil aumentar el ritmo. Por cierto, no veas la chupá que le metía la Felipa al cigarrillo que le enciende Bogart. Natural de Puerto Rico, vivió hasta los 96 tacos.

  7. #7
    Senior Member Avatar de mad dog earle
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    Predeterminado Re: Humphrey Bogart: revisando sus películas (1941-1956)

    Cita Iniciado por Alex Fletcher Ver mensaje
    Ya está Cayo Largo!!!! Así son las semanas de 5 días de Mad
    Y esperaos a cuando me jubile.

  8. #8
    Senior Member Avatar de cinefilototal
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    Predeterminado Re: Humphrey Bogart: revisando sus películas (1941-1956)

    Excelente review de "Cayo Largo" querido compañero mad, yo suscribo 100% todo lo que has puesto.

    Siendo mi peli favorita de Bogart & Bacall, también es verdad que hay otra excelente pareja que casi los eclipsa en cada escena que aparecen y que no son otros que los veteranos Robinson & Trevor, se podría decir que es un filme con dos grandes parejas protagonistas... pero además la película tiene una trama excelente, buenos diálogos, ese hotel, esas palmeras al viento, esos gánsters, esos indios,... excelente todo en cualquier caso, uno de mis blurays favoritos.

    Por cierto, ¿cual hubiera sido la próxima película de Bogart & Bacall?, ¿se llegó a realizar con otros actores?...

  9. #9
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    Predeterminado Re: Humphrey Bogart: revisando sus películas (1941-1956)

    Cita Iniciado por cinefilototal Ver mensaje
    Por cierto, ¿cual hubiera sido la próxima película de Bogart & Bacall?, ¿se llegó a realizar con otros actores?...
    Uno de mis primeros aportes en este hilo fue el momento en el que a Bogart le diagnosticaron su enfermedad. Un artículo sobre ello. De no haber caído enfermo (y recaído en cuestión de meses, ya fatalmente) su siguiente film hubiese sido de nuevo a priori con Lauren/Betty pues ya se habían hecho la pruebas de vestuario. Creo recordar que élla iba a interpretar a una política y él a un militar.

  10. #10
    gurú Avatar de Otto+
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    Predeterminado Re: Humphrey Bogart: revisando sus películas (1941-1956)

    Cita Iniciado por Alex Fletcher Ver mensaje
    Ya está Cayo Largo!!!! Así son las semanas de 5 días de Mad
    Sí que va echando leches, sí Cómo se nota que los sesenta de ahora no son los sesenta de hace 40 años ..... Cayo Largo y La Reina de África quiero volver a verlas, menos mal que llegan las vacas gordas (la vacaciones) y espero que aflojéis un poquito....

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