Es de las que o bien entras en su juego o no hay más. Y la verdad es que, como he comentado, me ha atrapado desde el principio. Los hermanos Nolan han escrito, han creado un libreto espléndido. Bueno, y muy bien llevado en imágenes. El reparto ha hecho el resto, en el que mencionaría al gran McConaughey y Anne Hathaway (son dignos de una estatuilla dorada, siempre en mi opinión), Michael Caine, y la que, creía que no haría acto de presencia, pero que lo hace mucho más adelante, la pelirroja Jessica Chastain. También la que hace de hija del personaje de McConaughey, cuando es jovencita, Mackenzie Foy me ha parecido una muy actriz, lo poco que aparece se come la pantalla. Bueno, y no me esperaba la presencia de Matt Damon, con un personaje al que terminas odiando y no echas de menos tras su repentina partida, ni la de Casey Affleck (hermano en la vida real de Ben Affleck). Me ha fascinado como la película es un gran puzzle que se va juntando a medida que va avanzando el metraje, y ves que hay cosas que no teníamos ni idea al principio, y a las que más adelante descubrimos su respuesta en un momento determinado. Como el fantasma que cree que tiene la niña en su cuarto. Olé. Los efectos especiales, otro apartado a destacar. Un muy buen trabajo el de la compañías encargadas a traer a la vida lo que acabamos viendo en pantalla. Unas secuencias que consiguen que te quedes embobado, con la boca bien abierta observándolas. Los momentos en la granja y en el maizal me han recordado a secuencias vistas en El Hombre de Acero, otra gran película, enorme, diría yo. La banda sonora está a cargo de Hans Zimmer, la cual me ha parecido muy acertada. Y creo que aquí lo dejo. Después de visionarla me han entrado ganas de volver a verla. Eso lo resume todo. Señoras y señores, nos hemos topado con una obra maestra. Mi nota final, pues, es de 10/10.