Yo la volví a ver ayer en el proyector, previamente la vi dos veces en el cine, y pensé que como buen fan de Nolan o de la ciencia ficción mejoraría como el vino y yo mismo acabaría dejando a un lado los suspuestos defectos arpeciados meses atrás.
Pues nada, si bien la subiría la nota a un 6´5, nuevamente volvieron a rechinar las cosas que no me gustaron en el primer visionado.
Creo que lo que más me saca del film en determinados momentos son varios diálogos de ciertos personajes, sobre todo los lanzamos por Anne Hathaway o Matt Damon. Creo que el personaje de Hathaway y sus líneas de diálogo son, sin duda alguna, lo peor de este último trabajo de Nolan. Es como si estuviera soltando un sermón para el público de una obra de teatro. Parece tan forzado y fuera de lugar que es imposible no echarse las manos a la cabeza.
Por otro lado tenemos secundarios de chiste (Michael Caine y su muerte) o poco desarrollados (el "moreno pasmao", el repeinado que la palma de forma estúpida con la ola, Casey Affleck o ese doctor/noviete de la Chastain (Thoper Grace)).
Luego está el tema del polvo, el mensaje de Stay que nadie investiga, el irse al espacio casi al día siguiente de descubrir las coordenadas, con ese despacho de la N.A.S.A pegado a donde está el cohete (con puerta corrediza a lo Batcueva en "TDKR"). Que, por cierto, es curioso como descubren lo del
; pues resulta que el protagonista llega con el coche a la casa, ve lo del problema con las cosechadoras y rápidamente se mete en la casa como si supiera que de ahí vienen los problemas de todo...... dando a los pocos minutos con las
líneas de polvo y con las susodichas coordenadas.
También resulta un poco curioso que el protagonista saque lo de las coordenadas pero prefiera irse al espacio en vez de seguir investigando lo de la librería... y más cuando la hija le dice lo de
. Una hija o una Nasa que no vuelve a querer investigar lo del mueble hasta que ella se hace mayor y el mundo está al límite.
Por otro lado me pareció muy desaprovechado el tema de los planetas, a penas vemos casi nada de los mismos, y la cinta sólo remonta el vuelo gracias a el climax final con la música de Zimmer. Una banda sonora, por cierto, que se disfruta mil veces más fuera de la película que dentro de ella.
Todo esto no quita para que me guste la fotografía, los efectos prácticos muy bien mezclados con la infografía o la interpretación de Matthew de mitad en adelante.