'Jackie' es todo lo que un biopic no debería ser. O todo a lo que un biopic no nos tiene acostumbrados. En cualquier caso, es un biopic extraño como pocos con un Pablo Larraín detrás de las cámaras que lo borda, creando una atmósfera gélida y deprimente que no invita al optimismo en ningún momento. Al final, toda la película gira alrededor de una muerte, y el tono es perfecto. Cierto es que esto le impide conectar con el espectador, pues es imposible sentir algo por Jackie. No hay emoción, pero si muchísima empatia, y uno acaba sintiendo lo mismo que la protagonista. Nunca se podrá culpar a Natalie Portman de esto porque está inmensa, uno de sus mejores papeles hasta la fecha (y ya van unos cuantos). Si no ha ganado el Óscar este año ha sido porque se ha cruzado con ese huracán que es Emma Stone en 'La La Land'. Pero claramente lo podría haber ganado con esta interpretación, desgarradora y terrorificamente natural. Las escenas más difíciles son las que mejor interpreta. Un papel que invita a la reflexión y que, más que ensalzar al personaje, lo muestra tal y como era: humano y humilde. Demasiado humilde para el lugar en el que estaba. Aunque ella sea la gran protagonista, también hay sitio para mencionar al otro gran papel de la cinta, el de un contenido Peter Sarsgaard como Bobby Kennedy que ha pasado sorprendentemente desapercibido en las nominaciones a los globos de oro y demás.
Su puesta en escena es impepinable, y su atípica banda sonora la pone más cerca del género del terror psicólogico que del biopic. Seguramente, este sea el motivo por el que no ha estado entre las nominadas a mejor película en los Óscars de este año. Es un biopic con una historia muy conocida desde un punto de vista no tan conocido pero si muy interesante. Lo que le hace estar por encima de otros biopics, que simplemente cuentan con lo interesante de la historia, sus interpretaciones y poco más ('La chica danesa', por ejemplo).
Buena. Un 7.