Gracias, B/D.
Otro problema que no comentaba antes -y gordo- es que La bella y la bestia es básicamente una fábula de amor cortés, un oscuro cuento de miedo, de deseo, de ansia, de anhelo y de pulsiones de sexo y muerte. Eros y Tánatos. Las lágrimas de Eros. Tabús y prohibiciones. Husmos de incesto por aquí, de bestialismo por allá, de sexualidad femenina latente por el otro lado, de necrofilia por el fondo. De ahí quizá su perdurabilidad y atractivo, porque habla de cosas muy básicas pero muy intensas y muy presentes. Todas las emociones primarias son absorbentes. La moraleja básica de la historia no era, como suele creerse, que la belleza está en el interior, sino que el amor puede convertir a los hombres en bestias y a las bestias en príncipes. Todo eso quedaba ya bastante diluido en el azúcar disneyano de corrección política e ideales pequeñoburgueses de la película original de 1991. En ésta, donde la moraleja parece ser no ya que la belleza está en el interior y que no hay que fiarse de las apariencias, sino que ser distinto es malo y que a los distintos hay que tratarlos con tolerancia, ya ni te cuento.