Y se hizo al fin una cinta sobre brujería, bebiendo de las fuentes adecuadas, siendo dura y dejando claro que el camino no sería fácil desde el principio. Ya lo decían las voces de pecadores prematuros, pero al fin he podido comprobarlo en mis propias carnes, y así en el ocaso del día de ayer, mi alma impía quedó complacida.

Decir que la película es buena se queda corto, muy corto quizás, y es que salvo por algún momento en el que la tensión puede resultar un tanto risible, es una experiencia redonda. Me gusta sobre todo porque te muestra las cartas desde el principio, sabes lo que te puedes esperar o no, pero no sabes cómo ni en qué grado, una forma genial de generar tensión. Tensión he dicho?... Si, mucha y de muchos modos. Para empezar el contexto y la narración van siempre de la mano, de modo que la trama es siempre coherente. Esto hace que no tengamos trampas que nos dejen con el culo torcido, o los típicos lugares comunes del género de los que todos estamos un poco hasta el c***llo, véase por ejemplo que algo te salta a la pantalla, que alguien está apunto de morir y lo salva otro alguien… No, se nota desde el principio que estamos ante una película madura y que se deja de tonterías, ni cruce de géneros ni nada de nada, terror del puro. Tampoco busca asustarnos, es un terror basado en la tensión bien construida y no en la sorpresa. Los elementos con los que juega son variados pero ya clásicos como la música, la sensación de aislamiento en un entorno hostil, etc. Además los sabe dosificar e introducir en la narración y la construcción de los personajes.

Uno de los aspectos que más me ha gustado es que juega a dos bandas en su enfoque. Por un lado tenemos la sensación de estar ante una película fria y dura, con elementos que se pueden ver como alegorías o referencias a otras cintas de una forma muy sutil y abierta a la interpretación, pero por otro lado tampoco rechaza lo físico. La violencia y la sangre están ahí y además marcan muy bien los cambios de ritmo en la narración. Vamos, que no es una película tacaña o que se quede en medias tintas. Además la estética gris y ambigua ayuda enormemente a esta sensación de desasosiego constante, que junto con el excelente trabajo que hacen los actores, redondea del todo el conjunto. Y así pasan los minutos, sin fisuras, hasta llegar a un gran tramo final que pone toda la carne beata en el asador, sin pasarse de frenada.

Bienaventurado aquel que se introduzca en los entresijos de esta oscura historia, pues en ella encontrará gozo y fortuna como pocas veces se puede encontrar en este maltrecho subgénero. Cojonuda.