Es cierto lo que comenta Marty. Técnicamente, no se podía hacer La soga en un solo plano, de ahí que disimularan los cortes, como bien dice el compañero, con finales en la espalda de algún actor o en algún elemento oscuro (mobiliario) del plano para dar la sensación de continuidad.
Alabo, desde luego, ese atrevimiento. Un simple escenario, que hacía las veces de tres habitáculos (principalmente, el salón, con el póster de NY detrás, más el vestíbulo de entrada- con perchero determinante de la trama incluído- y lo que se intuía una cocina, como elemento demostrativo de que era una casa y no un set de rodaje).
No olvidemos tampoco, lo reducido del set, y el gran puñado de marcas en el suelo, que detenían a los actores en el lugar exacto en cada plano. Desde luego, que estaba todo muy, muy medido (y no sólo métricamente hablando).
La grandeza es que a pesar de que todo esto pudiera redundar en cierta "artificialidad" en la obra, aquí como en otras muchas películas del genio, el efecto era todo lo contrario: apoyaban al discurso narrativo, que se valía de muchos planos donde precisamente, la posición de personajes y/u objetos era lo que daba razón de ser a los mismos (vamos, que no daba puntada sin hilo).
El desasosiego creado, como bien dice Marty, al hablar de ver anochecer- al ver que no aparece a quien se le espera y que se acaba el día (es una metáfora del mcguffin de la película) es DEFINITIVO.