Pues escuchada la partitura del amigo íntimo de Robert Eggers y... fantástica, probablemente su mejor trabajo. A falta de ver la película, encuentro muy merecidas las altas calificaciones que está recibiendo en medios especializados (de notable para arriba).
Aquí, a diferencia de en otros trabajos recientes como Black Phone ( muy estimable), Korven decide dejar de lado la electrónica y el procesamiento sintético y opta por una aproximación orquestal y coral, pero donde Goldsmith era clásico, sorprendentemente melódico e incluso omnioso, Korven es vanguardista y modernista. Así, la escritura coral, donde priman las voces femeninas etereas y delicadas (que se van corrompiendo progresivamente), es rítimica, discontinua y fragmentada, con pasajes con multiples capas superpuestas y elementos dodecafonicos de gran creatividad que pondrán a prueba la paciencia de aquellos que, cuando se trata de musica sinfónica, están acostumbrados a esquemas mas tradicionales.
Su tema principal, lírico y luminoso, irá poco a poco incidiendo en matices oscuros y tenebristas... hasta que el final, explota y deriva en el tema de Goldsmith, con el que subrepticiamente había estado compartiendo armonías todo el rato, cosa que no se hace evidente hasta el tramo final.
Spoiler: