Los que seguimos el Festival de Eurovisión con interés, pero incluso, también, los que han sabido del mismo con pasividad, sabemos que durante años (casi siempre) siempre comenzábamos comiéndonos el mundo, pensando "este año, sí", y al final nos llevábamos el sofocón en el momento de las votaciones.
Pues bien. Dejando de lado el momento Rosa y OT, en 2002, la realidad es que el último momento, que brilló como una estrella fugaz, dentro de un horizonte oscuro y mediocre festivalero, fue el que protagonizó una chica de Fuengirola, Anabel Conde, a quien, una mañana de primavera, llamaron a su casa, tal que así:
"Oye, eres Anabel?" "Sí, ¿quien es?" "Pues mira, somos de RTVE. Que hemos elegido la canción que nos represente en Eurovisión. Es Vuelve conmigo. Es TU canción"
La realidad es que una chica totalmente desconocida se plantó en Dublín, y con toda su inexperiencia, logró, mediante una actuación serena, pero con enorme fuerza y con una interpretación sublime en lo vocal, con unos registros agudos que aún se recuerdan, que por unos instantes TODO el país soñara con algo maravilloso, mientras se producían las votaciones.
Logró un segundo puesto, pero para siempre estará en el corazón de aquellos fans de Eurovisión que la vimos una noche de primavera de 1995.
http://www.youtube.com/watch?feature...&v=E_yw9-kjm7E