REVISANDO CLÁSICOS: EL CINE NEGRO.
THE KILLER IS LOOSE (1956, EL ASESINO ANDA SUELTO) de Budd Boetticher.
Crown Productions, Inc. / United Artists Corp.
Aunque el nombre de Budd Boetticher esté íntimamente asociado al western, género en el que elaboró sus propuestas más estimulantes (SEVEN MEN FROM NOW (1956) y el "ciclo Ranown" (THE TALL T (1957), DECISION AT SUNDOWN (1957), BUCHANAN RIDES ALONE (1958), RIDE LONESOME (1959) y COMANCHE STATION (1960)) no hay que olvidar tampoco un par de piezas de cine negro, para nada despreciables, como son la hoy comentada y THE RISE AND FALL OF LEGS DIAMOND (1960, LA LEY DEL HAMPA), en un momento en que el género iniciaba un claro declive aunque cual ave fénix todavía ofrecería obras tan soberbias como SLIGHTLY SCARLET (1956, LIGERAMENTE ESCARLATA) de Allan Dwan, WHILE THE CITY SLEEPS (1956, MIENTRAS LA CIUDAD DUERME) y BEYOND A REASONABLE DOUBT (1956, MÁS ALLÁ DE LA DUDA) de Fritz Lang, TOUCH OF EVIL (1958, SED DE MAL) de Orson Welles, PARTY GIRL (1958, CHICAGO, AÑO 30) de Nicholas Ray o UNDERWORLD, U.S.A. (1961) de Samuel Fuller.
Notoriamente breve en su metraje (tan sólo 73 minutos, algo, por otra parte, habitual en el tipo de cine en el que se solía manejar Boetticher) pero con un buen reparto (Joseph Cotten, Rhonda Fleming, Wendell Corey), EL ASESINO ANDA SUELTO (por una vez un título ajustado al original), rodada justo antes de la magistral SEVEN MEN FROM NOW, es una atractiva mezcla de subgéneros, en este caso el de psicópatas asesinos y el policial.
Cuando el banco en el que Leon Poole (Corey) es atracado éste reacciona y trata de evitarlo arriesgando su vida para detener a uno de los atracadores. Aparentemente convertido en un héroe por su gesto, en realidad el amigo Poole había sido el cerebro del mismo. Cuando la policía se dirige a su casa para deternerlo, por accidente, la mujer de Poole resulta muerta durante el tiroteo. Un destrozado Poole (un individuo solitario, introvertido y que tanto de niño como de adulto (cuando luchó en la Segunda Guerra Mundial) fue objeto de burla ("buling" que dirían ahora) por sus compañeros) jura vengarse en la mujer (Fleming) del policía (Cotten) que la mató.
Condenado a diez años de prisión, por su buen comportamiento a Poole le es permitido hacer trabajos en el exterior y en un descuido aprovecha para fugarse, matando además a uno de los policías que le custodiaban.
El único objetivo de Poole es llegar hasta el hogar de los Wagner y aplicar la ley del talión: ojo por ojo, diente por diente.
Si bien Boetticher (o sus guionistas, vaya usted a saber) trata de equilibrar las dos tramas que vertebran la historia, de un lado la vida doméstica del polícia Sam Wagner (un, como siempre, excelente Joseph Cotten) con su mujer Lila (la bellísima (y pelirroja (aunque aquí no lo apreciemos ya que la película es en prístino b/n) Rhonda Fleming (que ese mismo año intervendría también en las citadas LIGERAMENTE ESCARLATA y MIENTRAS NUEVA YORK DUERME) que además está esperando su primer hijo y de otro las peripecias del psicópata (y además miope (ojo, lo uno no conlleva lo otro)) encarnado con convicción por Wendell Corey, lo cierto es que la parte dedicada a este es notoriamente más interesante y nos proporciona un buen retrato de un ser atormentado cuyo amor casi patológico por su mujer (la única persona que le amaba sinceramente) le acaba por trastornar completamente y que encuentra en la venganza el único camino de redención posible a una vida que ya no tiene mayor interés para él.
Destacar como decía la excelente fotografía en b/n y formato panorámico del gran Lucien Ballard (el operador favorito de Sam Peckinpah).
El tema de la venganza llevado de una forma lógica y sistemática (en la mente del asesino, por supuesto) hasta sus últimas consecuencias.
Una película ciertamente triste.
Feliz tarde.