Me uno al compañero Alcaudón en su defensa a The Godfather Part III
La saga es
Winona Ryder no pudo incorporarse al rodaje como hija de Pacino.
Me uno al compañero Alcaudón en su defensa a The Godfather Part III
La saga es
Winona Ryder no pudo incorporarse al rodaje como hija de Pacino.
Spenser Confidential
Estaba de humor para acción desenfrenada a lo Michael Bay y esta tenía buena pinta.
Es pura testosterona... y solo eso. Al menos las de Bay tienen cierta coherencia dramática y hasta sus chistes están mejor construidos.
A una película de acción le puedo perdonar cualquier cosa menos que sea aburrida.
SALMA BIG WISH
A primera vista parece una copia descarada de "Coco" pero en todo caso es al revés, ya que estuvo enlatada desde antes y luego un año más para no competir contra Disney.
Ya la había medio visto de reojo cuando la proyectaron gratis en dia de muertos en los canales de Xochimilco... y la gente abandonó las butacas. Vista ya con entera y con calma... es aun peor.
Pero lo mas doloroso es que se alcanza a ver que había una buena idea que quedó sepultada bajo el pánico de no poder mantener la atención de los niños. Esta sobresaturada de chistes bobos y desesperados hasta niveles de locura que convierten la experiencia en una prueba de resistencia.
El peor defecto en CUALQUIER película es que sea aburrida.
Ya que habláis muchos de El Padrino tras este comentario a mí la trilogía al completo me parece extraodinaria pero si tuviera que quedarme con una elegiría la primera de todas. Es la que inicia el mito cinematográfico y de la que mucha gente desconoce (yo hasta hace poco) que es una cinta de serie B rodada por un director que en aquella época era casi un principiante (que descubrió el genial Roger Corman) y al que amenazaron con despedir una y otra vez durante el rodaje. Incluso los actores, hoy día estrellas, eran casi todos completos desconocidos salvo algunas excepciones como Marlon Brando que había bajado algo su caché y que acabó aceptando el papel. Para mí un Padrino sin Brando en la piel de Vito Corleone no es lo mismo, por más que De Niro esté sublime en la segunda parte.
Una lástima el fallecimiento de la gran actriz italiana Lucía Bosé, muy vinculada a nuestro país. Yo también recuerdo su extraordinario trabajo para directores españoles de la talla de Juan Antonio Bardem o Luis Buñuel. Nunca me habría imaginado la primera vez que vi a esa preciosidad en Crónica de un amor del gran Antonioni que se la iba a llevar un virus exportado por el régimen mandarín. El mismo que demuestra una enorme humanidad forrándose con la venta de tests que no funcionan. Espero que las mascarillas vengan virus-free. Ahora toca aprovecharse de la desgracia ajena que han creado. Ya había dicho hace muchos días que en breve nos volverán a vender sus productos, en fin, Made in China. El país comunista más capitalista del mundo.
Y a esa zona me lleva la última película que he visto de donde también viene, ya no es de extrañar, algo maligno. Por mera casualidad me vuelvo a encontrar con algo que me recuerda al telediario, en realidad es una mezcla entre eso, El enigma de otro mundo, su remake La cosa, Alien y Asesinato en el Orient Express. ¿De qué cinta hablo? pues de una que llevaba tiempo deseando ver y por la que me he decidido de una vez por todas ya que estaría en mi lista particular de Películas que hay que ver antes de morir, algo que ahora cobra más sentido que nunca. Se trata de Pánico en el Transiberiano, peli de culto de enorme éxito en su día dirigida por el injustamente olvidado director español Eugenio Martín (que aún vive con más de 90 años) donde un ser que sacan de China, concretamente lo suben al tren en Pekín (dentro de su Concesión Rusa ¡vaya explosiva mezcla!) siembra el pánico (de ahí el título) en un lugar cerrado (el famoso Transiberiano). Así que antes de que caigan uno a uno tendrán que acabar con el bichejo. Las semejanzas con las películas que he dicho son puro spoiler así que me abstendré de comentarlas. Estamos ante una obra que sin ser sublime es francamente entretenida y que recuerda mucho a las cintas de terror de la Hammer (no únicamente por su fotografía y decorados) de hecho figura con nacionalidad británica en filmaffinity pese a haber sido rodada en España. Es además una de las preferidas de Quentin Tarantino, no la única, firmadas por Eugenio Martín.
El filme cuenta con los magníficos Christopher Lee y Peter Cushing, además de con Telly Savalas (que con Eugenio Martín ya había rodado El desafío de Pancho Villa). Pero también figuran actores españoles como la preciosa Silvia Tortosa, Victor Israel, Julio Peña o Ángel del Pozo, además de los habituales en el cine patrio como Helga Liné o Alberto de Mendoza. El realizador español filmó también otras películas con conocidos rostros cinematográficos como James Mason, Lee Van Cleef, Gina Lollobrigida, Tomas Milian, Carrol Baker, Judy Geeson, Alida Valli… sin duda alguien a reivindicar este Eugenio Martín.
Y Dios creó la mujer (Et Dieu... créa la femme, 1956), de Roger Vadim
Para mantener en alto el ánimo en estas tristes circunstancias, me he decidido a ver por primera vez la película que marcó el debut de Roger Vadim y que supuso el salto a la fama de Brigitte Bardot. Se trata de un peculiar cuadrángulo amoroso (abierto, de hecho, a más ángulos) situado en los bellos paisajes de la Costa Azul, en particular en Saint-Tropez, filmados en scope y luminoso color (aunque la copia que pasaron por la televisión carecía de nitidez). Juliete es una joven huérfana, menor de 21 años, que lleva de cabeza a todos los hombres de la población. En particular, a Antoine (Chris Marquand), un mujeriego que le tiene, hasta cierto punto, tomada la medida, y al hermano de este, Michel (un joven Jean-Louis Trintignant), más inmaduro y menos “varonil”, que se casará con ella para evitar que tenga que volver al orfanato. En medio, el propietario de los astilleros, el maduro Curd Jürgens (actor que nunca me ha gustado), que también muestra interés por la joven, más que paternal. La película es casi en exclusiva un vehículo para el lucimiento de la explosiva Bardot, desnuda o vestida, en la cama, en la playa o bailando. “Solo para tus ojos”.
Vista una cinta que recomiendo totalmente Night Tide, de otro hijo cinematográfico de Roger Corman, Curtis Harrington. Se trata de una interesante historia en la que un joven se enamora de una chica que trabaja como sirena en una feria pero empieza a sospechar de que realmente sea una sirena real que asesina en las noches de luna llena. Una joyita hecha con 2 duros que mezcla estupendamente romance con terror.
Como protagonistas tenemos a Dennis Hopper, también relacionado con Corman ya que por él haría su mítica Easy Rider, y a Linda Lawson una preciosísima actriz y cantante. Me sorprendió ver en el reparto a Luana Anders que actuaría en la primera cinta como director de Hopper y en una de las primeras del recientemente citado Coppola, el otro gran hallazgo cormaniano. Hopper también rodaría con el director de El Padrino en Apocalypse Now. Vamos, se acordaron constantemente unos de otros.
Quisiera resaltar que hay una secuencia onírica muy en la línea de un surrealista como Buñuel pero que sobre todo, aunque parezca una tontería, me recordó a cierto momento de La hora del lobo de Ingmar Bergman, con una fotografía además muy similar.
Luana Anders también intervino en la segunda entrega del ciclo de películas basadas en textos de Edgar Allan Poe, EL PÉNDULO DE LA MUERTE (1961), haciendo de hermana de Vincent Price.
¡Me apunto esa de "Night tide", tiene buena pinta, y no la conocía, mil gracias!.
"El péndulo de la muerte" es una de las maravillas de Roger Corman que mas me gustan...
“¿CON QUE TE HAS UNIDO A ESTA BANDA DE ÁNGELES?”
o
BAND OF ANGELS (1957, LA ESCLAVA LIBRE)
Director: Raoul Walsh.
Producción y distribución: Warner Bros. Pictures, Inc.
Productor: -
Guión: John Twist, Ivan Goff y Ben Roberts, basado en la novela homónima de Robert Penn Warren (Nueva York, 1955).
Dirección artística: Franz Bachelin.
Fotografía: Lucien Ballard (en WarnerColor y fomato panorámico).
Música: Max Steiner.
Montaje: Folmar Blangsted.
Reparto: Clark Gable (Hamish Bond), Yvonne De Carlo (Amantha “Manty” Starr), Sidney Poitier (Rau-Rau), Efrem Zimbalist, Jr. (Teniente Ethan Sears), Patric Knowles (Charles de Marigny), Rex Reason (Capitán Seth Parton), Torin Thatcher (Capitán Canavan), Andrea King (Señorita Idell), Ray Teal (Señor Calloway), Russ Evans (Jimmee), Carolle Drake (Michele), Raymond Bailey (Señor Stuart), Tommie Moore (Dollie).
Duración: 2 h 07 m 11 s.
Rodaje: del 14 de enero a finales de marzo de 1957.
Estreno: 3 de agosto de 1957.
La obra del crítico literario, novelista y poeta Robert Penn Warren (1905-1989) ya había sido llevada previamente a la gran pantalla de la mano del primero delator y luego arrepentido Robert Rossen (1908-1966) en EL POLÍTICO (1949) que en 1950 se llevaría nada más y nada menos que 3 Oscar en las categorías de película, actor principal (Broderick Crawford) y actriz de reparto (Mercedes McCambridge).
- Es conveniente mencionar que Warren es la única persona que ha ganado el premio Pulitzer en la categoría de novelista (en 1947 por ALL THE KING’S MEN, de la que partió la película de Rossen) y de poeta (en 1958 y en 1979). -
Tanto la novela de Penn como la película de Rossen mostraban una visión notablemente ácida de la política norteamericana, centrada en este caso en el ascenso (y en la caída) de Willie Stark (Broderick Crawford) que tomaba como base la vida real del arribista Huey Long.
Y aunque desconozco la novela de la que parte la película hoy comentada, intuyo que buena parte del contenido crítico y antirracista de la misma procede igualmente de la fuente literaria.
Desconozco las tendencias políticas de un autor de la talla de Raoul Walsh (1887-1980), sin duda uno de los más grandes directores del cine clásico estadounidense y no creo que su participación como extra (interpretando a John Wilkes Booth, el asesino de Lincoln) en EL NACIMIENTO DE UNA NACIÓN (1915) de David W. Griffith pudiera servir como muestra de su ideario político.
E independientemente de que (seguramente) algunos aspectos de la novela fueran limados a la hora de trasladarlos a la gran pantalla debido al Código de Producción lo cierto es que LA ESCLAVA LIBRE me parece una de las mejores películas de su director.
Raoul Walsh es un director al que muchos empezamos a conocer gracias a uno espléndido (como tantos) ciclo que La 1 le dedicó en los años ‘80 y donde pudimos ver que dentro de su amplia filmografía se encontraban no sólo muchas excelentes películas sino incluso varias obras maestras como las que representan el cenit (THE ROARING TWENTIES (1939)) y el nadir (AL ROJO VIVO (1949)) del cine de gánsteres (y, por supuesto, EL ÚLTIMO REFUGIO (1941)), los westerns MURIERON CON LAS BOTAS PUESTAS (1941), PURSUED (1947), JUNTOS HASTA LA MUERTE (1949) o LOS IMPLACABLES (1955), el cine de aventuras (EL HIDALGO DE LOS MARES (1951), EL MUNDO EN SUS MANOS (1952)) o el bélico (MÁS ALLÁ DE LAS LÁGRIMAS (1955), THE NAKED AND THE DEAD (1958)).
Aunque muchos hayan querido ver LA ESCLAVA LIBRE como una especie de continuación o prolongación de la mítica LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ (1939), algo a lo que ayuda sin duda la presencia de la estrella Clark Gable (quien, curiosamente en sus años postreros, tendría presencia destacada en el western – MÁS ALLÁ DEL MISSOURI (1951), ESTRELLA DEL DESTINO (1952), LOS IMPLACABLES (1955), UN REY PARA CUATRO REINAS (1956) -) y del músico Max Steiner, lo cierto es que ambas películas distan mucho de presentar puntos en común, dado que la colosal obra de David O. Selznick es una loa a la Confederación y el tema racial no tiene cabida en el mismo (a pesar del Oscar que se llevó Hattie McDaniel como mejor actriz de reparto) mientras que LA ESCLAVA LIBRE es una cinta notablemente progresista (para la época, lógicamente) y donde el tema de la raza es el núcleo de la historia.
Además aquí no se carga las tintas en uno u otro bando sino que vemos lo bueno y lo malo de cada uno de ellos pero donde siempre queda clara la explícita denuncia del racismo y que además de adelantó a títulos más “prestigiosos” como FUGITIVOS (1958) de Stanley Kramer o EL SARGENTO NEGRO (1960) de John Ford, que contaban con actores de color como protagonistas (Sidney Poitier y Woody Strode).
LA ESCLAVA LIBRE es una película que desde que la vi por primera vez me fascinó.
No sólo por la increíble belleza de Yvonne De Carlo que además demuestra ser una muy buena actriz o por la apostura del gallardo Clark Gable, alguien con un pasado que no logra borrar de su memoria pese a la expiación de sus pecados, o por la bellísima banda sonora de Max Steiner, profundamente romántica.
Es algo más y que yo creo que está profundamente enraizado en el sistema de estudios de Hollywood (aunque en los años ‘50 éste ya se estaba desmoronando) y donde pese a todas las cortapisas, los grandes directores pudieron llevar a cabo una obra sin precedentes en la historia del cine universal.
Pero hablemos un poco de la película.
Aquí, al contrario que en LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ, la historia comienza en 1853 (y no en 1861), en la plantación de los Starrwood, en Kentucky (y no en Georgia).
Allí vive el dueño de la misma, Aaron Starr (William Forrest) y su hija Manty (primero Noreen Corcoran y luego Yvonne De Carlo), un lugar paradisíaco donde los negros, aunque sigan siendo esclavos, son tratados con respeto por su amo.
- Una situación que pese a ser notablemente mejor que la que viven otros esclavos de plantaciones cercanas no deja de ser inhumana. Algo que la película de Walsh deja claro desde el principio y que se verá reforzado a lo largo de la narración. -
Pronto sabremos el motivo por el que la madre de Manty, que murió al poco de dar a luz, está enterrada cerca de la mansión de los Starr en lugar de donde reposan los restos de los demás miembros de la familia.
Y es que el verdadero motivo es que la madre de Manty, Louisa, era una mujer de color.
Una situación conocida por los criados de los Starr quienes ya parecen intuir los negros nubarrones que se ciernen sobre el futuro de la niña.
Salto temporal.
Ahora nos encontramos en un internado para señoritas en Cincinnati, Ohio.
La niña se ha convertido en una joven muy hermosa (una arrebatadora Yvonne De Carlo, en el mejor papel de su carrera) y está siendo cortejada por el antiesclavista Seth Parton (Rex Reason, un actor con voz de barítono y que fue el protagonista del clásico de la ciencia ficción REGRESO A LA TIERRA (1955)).
Durante una visita del padre de Manty (y donde ya intuimos que él también corteja (o más bien se deja cortejar) por la señorita Idell (Andrea King)) Seth le acusará de que pese a tratar a sus esclavos como seres humanos siguen siendo esclavos.
Más tarde veremos que mientras que los propósitos de la señorita Idell serán pronto evidentes (engatusar al anciano y de esta forma quedarse con sus propiedades y, por supuesto, desenbarazarse de su molesta hija) en cambio esa fachada de respetabilidad con la que se recubre Parton en el fondo no oculta más que una persona mezquina y lujuriosa.
La muerte de Aaron Starr significará el via crucis de la pobre Manty puesto que, como decía, la pérfida señorita Idell (ahora viuda del señor Starr) no sólo se quedará con todo y venderá la mayor parte de los esclavos sino que denunciará a la joven al acusarla de tener sangre negra en sus venas.
En manos del esclavista Calloway (Ray Teal) conocerá de primera mano las humillaciones que especialmente las mujeres negras sufren a manos de los hombres blancos aunque su intentó de suicidio hará contener las ansias de poseer a la hermosa mulata dado el alto precio que puede conseguir por ella en el mercado.
Durante la subasta de los esclavos en Nueva Orleans el poderoso hacendado Hamish Bond (Clark Gable) ofrecerá 5.000 dólares por ella y nadie podrá (o se atreverá) a pujar contra él.
- Aquí sí hay una cierta similitud con aquella escena en la que Rhett (el mismo Gable) ofrecía un elevada suma en oro por bailar con la recientemente viuda Scarlett (Vivien Leigh). -
Pronto Manty (y también nosotros) nos daremos cuenta que Bond es alguien totalmente diferente de los demás propietarios de plantaciones. Alguien más parecido a su padre aunque su ideario le haya llevado a posiciones todavía más extremistas y ciertamente igualitarias.
Más tarde conoceremos el turbio pasado del personaje y el motivo que le convirtió en quien es hoy.
Pese a las lógicas suspicacias de Manty pronto se dará cuenta de que Hamish la trata como a un igual, al igual a como hace con sus criados, incluido el siempre tenso Rau-Rau (Sidney Poitier).
Lógicamente Manty se irá enamorando de él según va pasando el tiempo y el sentimiento pronto será recíproco (¿o tal vez ya lo era desde un principio?).
También observaremos que Michele (Carolle Drake), el ama de llaves, siempre ha estado enamorada secretamente de Hamish e igualmente que también hay personas como Dollie (Tommie Moore) que pese al trato que reciben de él ansían la libertad y ven, ingenuamente, que con la guerra contra el Norte conseguirán, por fin, la libertad.
La llegada del viejo compañero de tribulaciones, el capitán Canavan (Torin Thatcher, al que todos recordaremos como el mago Sokurah de la maravillosa SIMBAD Y LA PRINCESA (1958) de Nathan Juran (y Ray Harryhausen)), nos permitirá conocer algo del pasado del personaje.
- Y algo de humillante hay cuando Canavan le insta a Rau-Rau esa vieja canción y donde se huele ese aire falsamente paternalista de los blancos frente a los negros. -
Una extraordinaria escena que se inicia con una fuerte tormenta de lluvia y viento y que acabará finalmente en el habitación de Manty. Y será ella y no él la que dé el primer paso.
- Una escena que me recuerda a otro similar en la igualmente espléndida CUANDO RUGE LA MARABUNTA (1954) de Byron Haskin (y George Pal) entre el viril (pero virginal) Charlton Heston y la bellísima Eleanor Parker. -
Un Hamish enamorado decidirá dejar libre (aunque en realidad siempre lo fue) a Manty cuando decide ir a su plantación más querida pero ésta decidirá unir su destino a aquel.
- Aunque ciertamente las escenas con las masas de esclavos cantando alegremente puedan resultar un tanto estereotipadas lo cierto es que hay que pensar en la época de la historia en la que acontece la acción.
Además Walsh no deja de incluir a lo largo de todo el metraje de la película numerosos comentarios de uno y de otro banda sobre la lacra del esclavismo y acerca de la igualdad de todos las personas independientemente del color que tenga su piel. -
En su paraíso encontrado (y ahora más que nunca) Hamish sufrirá la visita del molesto Charles de Marigny (Patric Knowles), quien por diversión intentará ganarse los favores de Manty de quien desconoce su verdadera naturaleza.
La llegada de Rau-Rau pondrá los puntos sobre las íes acerca de los límites de esa aparente utopía en la que vive Hamish y sus servidores (nunca se habla de esclavos).
Aunque podría atisbarse una atracción de Rau-Rau hacia Marty lo cierto es que aquel parece sentir más bien desprecio por una mujer de su raza que se ha vendido (eso sí, a un precio muy caro) a su dueño.
Sin embargo, no dudará en defender a la joven cuando ésta se vea ultrajada por el violento Marigny lo que provocará que tenga que huir.
Otra magnífica escena y donde vemos la talla de estrella de Gable es cuando desafía a duelo al villano y sólo a través de la palabra logra asustarlo de muerte pese a ser mejor tirador que él.
Hamish se excusará ante Manty por haber permitido que el canalla de Marigny la cortejara como muestra de que por fin ha encontrado a la persona en la que confiaría su propia vida.
El avance de las tropas del Norte se personalizará en el ahora capitán Parton quien aparentemente sigue defendiendo sus ideas acerca de la igualdad y que se enorgullece de su tropa de soldados de color.
No puede ser más sarcástico el comentario de su superior cuando le indica que como premio sus hombres estarán en primera línea del frente…
Otro de esos comentarios que se jalonan a lo largo de la película y que demuestran que no sólo los malos se encuentran en el Sur.
Por su parte Rau-Rau y otros de sus compañeros de raza se han unido a las fuerzas del Norte.
Hamish se verá obligado a quemar sus campos de algodón para evitar que el enemigo se apropie de ellos y será entonces cuando por fin conozcamos la verdad sobre Hamish Bond.
Su pasado como negrero en África donde conoció lo peor de la condición humana pero donde también comenzó su regeneración moral tratando de compensar todo el daño ocasionado y proporcionando a los negros un lugar en el que vivir en paz y sin miedo.
De nuevo veremos que pese al trato benevolente de Hamish no todos parecen compartir su visión idílica y ansían la libertad.
Una nueva despedida entre los dos amantes.
Un Nueva Orleans ocupado por los yanquis y que ingenuamente espera que sus habitantes traten con amabilidad a los invasores, especialmente sus mujeres.
La normativa que se impone y que incluye graves sanciones para aquellas mujeres que insulten o demuestren desprecio por los soldados de la Unión serán severamente castigadas.
Lógicamente ello será aprovechado por algunos soldados para intentar aprovecharse de la situación y más en el caso de la bellísima Manty que será molestada por un grupo de ellos.
No obstante será el teniente Sears (Efrem Zimbalist, Jr.) quien saca a la dama de apuros y no sólo eso sino que se convertirá en el nuevo admirador de la joven. Marty, alejada de Hamish y sin visos de volver a verle nunca, accederá a los requiebros del joven oficial.
Sin embargo, el superior de Sears es el capitán Parton.
En un baile Parton y Marty volverán a encontrarse después de mucho tiempo pero un Parton que por fin conoce la verdadera naturaleza de la joven tratará de aprovecharse de ella.
Mientras Hamish es perseguido por los yanquis y especialmente por su antiguo criado Rau-Rau que ahora es sargento y que goza de cierto respeto por parte de aquellos.
Pero será uno de sus antiguos criados, Jimmee (Russ Evans), el que le descubra y al que Hamish le espetará la frase que encabeza el comentario. No obstante, aquel le ayudará y le dejará escapar recordando el buen trato que siempre recibió de él.
El viejo amigo de Hamish, el capitán Canavan será quien le auxilie y le lleve a las Indias Occidentales donde todavía tiene varias posesiones.
Sin embargo, se le adelantará Rau-Rau y apresará a Hamish. Y será en ese momento donde conozcamos otra parte del pasado de éste y que no había comentado a Manty.
Y es que durante una de las expediciones de búsqueda de esclavos Hamish salvó la vida de un bebé que estaba a punto de morir a manos de sus compañeros de rapiña. Ese niño será, lógicamente, Rau-Rau que no sólo era la mano derecha de Hamish sino la persona que iba a heredar todas sus riquezas.
El odio que ha consumido durante tantos años al joven acabará por convertirse en algo completamente opuesto.
Tendremos por tanto una doble redención, la del pecador y la del joven airado.
Rau-Rau no sólo dejará huir a Hamish sino que ayudará a Manty a encontrarse con él y de esta forma partir hacia la libertad.
Un bello final para una bella película.
Y si en el rincón de Alfred Hitchcock hablábamos últimamente de la etérea belleza de Grace Kelly aquí igualmente podemos hablar de la belleza más carnal de una Yvonne De Carlo que es todo un regalo para la vista.
Y que demuestra que si se le hubiesen dado mejores oportunidades podría haber llegado más lejos en su carrera.
Y, por supuesto, Clark Gable impone su presencia durante toda la película.
Una película por la que no pasan los años.
Una de mis películas favoritas.
Feliz día/tarde/noche.
Y, por favor, cuidaros.
Última edición por Alcaudón; 28/03/2020 a las 14:28
La Hammer, Hitchcock, DeMille, Sternberg... y ahora Walsh. No me extraña que no tengas tiempo para Fellini.
En todo caso, esa Band of Angels es una de mis películas preferidas de Walsh, con una Yvonne De Carlo por la que siempre he tenido debilidad.
Tengo la entrega de Capra a medio hacer...
Y tranquilo que veré y comentaré LA STRADA.
Querrás decir cuadrados...
También es una de mis películas favoritas de Raoul Walsh desde siempre, tiene ese eco de "Lo que el viento se llevó" que me atrae muchísimo... una maravilla que ojalá la editen en bluray algún dia.
Se dijo que Sara Montiel podría haberla protagonizado... aunque no la imagino mejor que Yvonne de Carlo, una actriz que siempre me ha encantado, por su dualidad en todo tipo de papeles en cine y tv, además de por su voz tan característica y por supuesto por su gran belleza...
Como curiosidad decir, que en todas las películas en que la he visto cantar, nunca fue doblada, siempre utilizó su propia voz... algo poco común en la época...
La bella estilizada y elegante de Grace Kelly vs. la belleza sensual y carnal de Yvonne De Carlo.
Réquiem por un sueño (2000, Darren Aronofsky)
Aronofsky hubiese sido feliz en el Barroco, disfrutando con las distorsiones espaciales de Borromini o las ilusiones ópticas de Gaulli o, aún más exactamente, hubiese sido alma gemela de los mundos decimonónicos de pesadilla de Füssli. Todos con talento y todos con exceso. Sí, ya sé que el exceso no es una categoría absoluta. No significa nada particular; sólo una cierta actitud ante un reto estético, ante el desafío que supone para un artista tener que enfrentarse al vacío de la creación. Y Aronofsky, ante este reto, siempre va más un poco allá; disfruta surmergiéndose en los mundos de las obsesiones y, en un torbellino visual, nos quiere arrastrar con ellas.
Pero ¿qué ocurre cuando tienes que hacer concesiones a la realidad? Pues que tienes que modular exquisítamente ambos mundos y controlar tus tentaciones. Pero las tentaciones en Aronofsky son demasiado fuertes y sucumbe. Sucumbe de tal modo que arrastra la película hacia un mundo que, en su último tercio, juega con otras cartas. Ya no tenemos una crónica de un desgarramiento social y familiar, sino la crónica de estallido de dolor, supurante y repulsivo.
Es aquí donde comienzan mis objeciones.
Spoiler:
En resumen: algo de cal y algo de arena. Admiro en este autor su empeño, su imaginación y talento. Piensa, piensa y piensa. Es algo que muy pocos hacen. Me deslumbran algunos planos, me admiran otros, pero se desliza en demasía hacia un mundo de capricho del que instintivamente me distancio.
Creo que Aronofsky se ha dado cuenta y, deliberadamente, ha decidido modularlo en sus últimas películas. Pienso en Cisne negro, en las alucinaciones de Natalie Portman. Y pienso en Madre, pero aquí ya no es necesaria una modulación (y yo lo acepto) porque el director juega con las mismas cartas desde el principio. Te gustará o te repelerá pero ¿indiferente?. No, eso no.
Última edición por Raccord; 28/03/2020 a las 17:40
"Life's but a walking shadow, a poor player,
That struts and frets his hour upon the stage,
And then is heard no more. It is a tale
Told by an idiot, full of sound and fury,
Signifying nothing"
REVISANDO (SUCINTAMENTE) LA FILMOGRAFÍA DE FRANK CAPRA (1897-1991) / PARTE III:
14. LADIES OF LEISURE (1930, MUJERES LIGERAS)
Director: Frank R. Capra.
Producción y distribución: Columbia Pictures Corp.
Productor: Harry Cohn.
Guión: Jo Swerling, basado en la obra teatral “Ladies of the Evening” de Milton Herbert Gropper (Nueva York, 23 de diciembre de 1924).
Fotografía: Joseph Walker.
Montaje: Maurice Wright.
Reparto: Barbara Stanwyck (Kay Arnold), Lowell Sherman (Bill Standish), Ralph Graves (Jerry Strong), Marie Prevost (Dot Lamar).
Duración: 1 h 39 m 46 s / 10 rollos.
Estreno: 5 de abril de 1930.
Aunque lo cierto es que las películas de Frank Capra (que aquí firma como Frank R(ussell) Capra) anteriores a LA LOCURA DEL DÓLAR (1932) son prácticamente desconocidas (salvo sus dos primeros largometrajes con el comediante hoy completamente olvidado Harry Langdon) también lo es que el talento del director ya se puede intuir en títulos como el objeto del presente comentario, toda una revelación, sin lugar a dudas.
Y es que MUJERES LIGERAS presenta ya muchas de las características del mejor cine de su director.
Ello se sustancia en la presencia de tres figuras determinantes en la carrera del Capra, el guionista Jo Swerling (1893-1964) y la actriz Barbara Stanwyck (1907-1990), que hacen aquí su debut y el operador Joseph Walker (1892-1985), el favorito del director y con el que ya había colaborado en su primera película para la Columbia, CÓMO SE CORTA EL JAMÓN (1928), donde también trabajó por primera vez con el actor/director/guionista Ralph Graves (1900-1977), que coprotagoniza la película (y con el que trabajaría hasta en cinco ocasiones) y que procedía de la compañía de Mack Sennett, al igual que el propio Capra.
Aunque la película está basada en una obra teatral de éxito Swerling la reescribió completamente dado que la misma le parecía una porquería (sic) lo cual contribuyó sin duda a la frescura de los diálogos.
Pese a la importancia de la palabra en la historia Capra no descuida para nada la imagen y en consonancia con el excelente director de fotografía Joseph Walker entregó un espléndido trabajo con un contrastado blanco y negro que sería una de las señas de identidad del mismo (Walker fotografiaría todos los títulos del siciliano hasta CABALLERO SIN ESPADA (1939) y volvería a colaborar con él en ¡QUÉ BELLO ES VIVIR! (1946)).
Un título a caballo todavía entre el fin de la etapa del cine mudo y el inicio de sonoro pero que Capra solventó con una soltura sorprendente, donde prácticamente no existe banda sonora (sólo en los títulos de crédito o cuando suena en un gramófono) y donde todo el peso de la película recae principalmente en los actores, con una Barbara Stanwyck absolutamente sublime (inconcebible que su formidable trabajo interpretativo no fuera digno ni siquiera de una candidatura a los Oscar, pero en aquella época la Columbia no formaba parte del grupo de las cinco grandes (Paramount, MGM, Fox, Warner y RKO) que son las que acaparaban todas las estatuillas)), un estoico pero varonil Ralph Graves y un divertido (y prematuramente desaparecido) Lowell Sherman (1888-1934) (que también ejercía de director (GLORÍA DE UN DÍA (1933), que le reportó a Katharine Hepburn el primero de sus cuatro Oscar)).
Una historia que podría ser un precedente de alguno de los más grandes clásicos del director, el amor aparentemente imposible entre alguien de la clase baja (una, como decía, admirable Barbara Stanwyck) y alguien de la clase alta (el galán Ralph Graves) pero que finalmente acabará por triunfar pese a todo y pese a todos.
Ella es una chica de compañía, aparentemente cínica pero que se enamorará como una colegiala de ese apuesto pero torpe pintor, hijo de un magnate de los ferrocarriles, que no quiere seguir la estela de su querido padre sino dedicarse a lo que el ama en realidad.
Los personajes encarnados por Lowell Sherman y Marie Prevost, amigos de los enamorados, aportarán ese punto de comedia ineludible en los mejores títulos del director de origen siciliano.
Capra trata con una extraordinaria ternura el progresivo enamoramiento de ambos, especialmente centrándose en una cuasi debutante Barbara Stanwyck y que provoca auténticos momentos de sublime belleza como la escena en la que ella se queda a pasar a la noche en el estudio donde ejerce de modelo para Jerry (Graves).
Un Jerry que no acaba de encontrar esa mirada que percibió cuando conoció a Kay (Stanwyck) y que trata en vano de plasmar en el lienzo.
Algo que finalmente conseguirá cuando entre ellos se establezca un lazo emocional más fuerte que las diferencias (de clase) que les separan.
La forma de ese amor en un principio unidireccional (de ella hacia él) se verá por fin transformado en bidireccional y Capra establecerá para ello una gradación que resulta sorprendente en un director de tan corta trayectoria y trabajando en un estudio, la Columbia, que pertenecía todavía a la segunda división de las compañías cinematográficas.
Como decía el alma de la película radica en el trabajo interpretativo de Barbara Stanwyck, otra de esas actrices que jamás ganó un Oscar pero que sin duda fue una de las más grandes del Hollywood clásico.
Y la actriz que más y mejor trabajó con Frank Capra (Jean Arthur aparte) y por la que el director sentía auténtica devoción por su entusiasmo y por su profesionalidad.
Lo más gracioso es que la actriz estuvo a punto de no protagonizar la película dado que la entrevista con el directo fue un auténtico desastre.
Y como el propio director cuenta en su excelente libro de memorias una actriz que sólo funcionaba al 100% en la primera toma. Ahí es cuando lo daba todo. En las siguientes tomas, aun siendo todas ellas válidas, se perdía la espontaneidad de la actriz. Y por ello y para evitarlo Capra tenía que planificar toda la película de forma que todo funcionara a la perfección en esa primera toma, lo cual no dejaba de ser un inconveniente no sólo para el equipo técnico sino igualmente para sus compañeros. Pero, ahí radica la magia del cine.
En verdad que ha sido toda una revelación esta olvidada pero inovidable película de Frank Capra, uno de los directores que más tendríamos que reivindicar en estos tiempos tan aciagos que nos ha tocado vivir.
Su cine es una bocanada de aire fresco. Un canto a lo mejor que puede ofrecer el ser humano.
Feliz tarde y seguid en vuestras casas.
Última edición por Alcaudón; 28/03/2020 a las 19:36
El hoyo (2019).......................................... 8
Una inquietante experiencia cinematográfica
Mi comentario:
Inquietante es la primera palabra que me vendría a la mente para resumir este film, que he podido ver en la plataforma en streaming Netflix, titulado El Hoyo (o The Platform, tal y como se ha titulado en el mercado anglosajón) protagonizado por Ivan Massagué, el cual está muy bien secundado por Zorion Eguileor y Antonia San Juan. Algo más de noventa minutos conforman el metraje de esta película dirigida por un tal Galder Gaztelu-Urrutia, que desconocía su existencia. El libreto y la trama, mayormente, consiguen mantenerte enganchado a la pantalla de principio a fin y el buen hacer de su paupérrimo, pero eficaz, reparto. Cuando empieza consigue dejarte un poco descolocado, no sé sabe muy bien por donde irán los tiros, pero a medido que avanza te entra la angustia y tensión, como otro más de los protagonistas. No es que sea la mejor película que he visto este año o en mi vida, pero he terminado muy satisfecho del visionado. Sé que no tendrá mucho que ver en tema de argumentos, pero viéndola me ha venido a la mente Cube (1997) de Vincenzo Natali, o a la más reciente Escape Room (2019) de Adam Robitel, al menos en cuanto a lo de tener encerradas a varias personas deconocidas entre sí. ¿Merece la pena verla? Yo creo que sí, sencillamente, es una notable experiencia cinematográfica. O cómo diría uno de los protagonistas: Es obvio. Mi nota final es de 8/10.
Es como para ponerla en pantalla partida con Parasite para ilustrar la diferencia entre cine "social" con subtexto y cine "social" que es un comentario de texto de 3º de la ESO. En ese sentido, El hoyo es casi la película española por antonomasia: falta que después de los créditos salga el director a explicar que trataba de que los ricos deben compartir más con los pobres, por si dentro del fragmento de espectadores ciegos y sordos alguno no se había enterado.
No es una castaña total porque como película de ciencia ficción cumple todas las normas básicas del género, pero nunca deja de fascinarme lo obvio que llega a ser el cine en este país.
Barbara Stanwyck me chifla.
Pues las hay...por poner dos "insignes" con las que no puedo...
https://m.media-amazon.com/images/M/...0Njk@._V1_.jpg
https://m.media-amazon.com/images/M/...9,1000_AL_.jpg
Estoy viéndola y me está agradando.Con un sensacional Félix Maritaud
Stalker es mi film favorito de Tarkovsky. A mí no me parece aburrida en absoluto, todo lo contrario. Pero es que lo de aburrido es el comentario más subjetivo que se puede hacer de una película. Incluso diría que también el más circunstancial, depende tanto de en qué estado se vea o con qué expectativas.