Tema: Las últimas pelis que has visto en casa

En la filmografía de Norman Jewison se esconde uno de mis "guity pleasures", que lo es por razones diversas, no todas ellas fáciles de explicar: Jesus Christ Superstar, mi película habitual de Semana Santa. Y lo digo desde una actitud personal ante el fenómeno de Jesucristo completamente irreligiosa.

Iniciado por mad dog earle

En la filmografía de Norman Jewison se esconde uno de mis "guity pleasures", que lo es por razones diversas, no todas ellas fáciles de explicar: Jesus Christ Superstar, mi película habitual de Semana Santa. Y lo digo desde una actitud personal ante el fenómeno de Jesucristo completamente irreligiosa.

¡Pues me sorprendes, querido compañero mad dog earle, porque no te suelen gustar los musicales, aunque me alegro que al menos este te chifle!.

Iniciado por cinefilototal

¡Pues me sorprendes, querido compañero mad dog earle, porque no te suelen gustar los musicales, aunque me alegro que al menos este te chifle!.

Los humanos somos contradictorios por naturaleza, querido cinefilototal. Ciertamente, no suelen gustarme los musicales, pero ya he dicho que en el caso de JSS se dan cita una serie de elementos (la época en que la vi por primera vez, 1975, entre ellos) que hace que me resulte siempre un film muy agradable de visionar. Como he comentado más de una vez, a pesar de "modernizar" el episodio de la muerte de Jesús, a mí siempre me ha parecido un film de lo más animado y vitalista. Quizá es que en los primeros setenta todavía había margen para las ilusiones de cambio, nada que ver con los deprimentes tiempos actuales. Eso sí, muchas de las coreografías han envejecido mal: si en su día todavía parecían "hijas de su tiempo", hoy ya no son más que un atentado al buen gusto y a la armonía, sin excusas.

Lo importante es que te lo pases muy bien en sucesivos visionados ; a mi también me pasa con algunos títulos, que pueden no ser grandes musicales, pero que me lo paso pipa cada vez que los pongo, disfruto mucho, sobre todo esos musicales escapistas de los años 40 de la Twenty Century Fox...

La lista de Schindler (Schindler’s List, 1993), de Steven Spielberg



Como colofón al miniciclo que he dedicado al visionado, por primera vez, de las películas de Spielberg que “me faltaban”, y como ya anuncié en su momento, he revisado una que sí vi de estreno (marzo de 1994), pero que no había vuelto a ver desde entonces, la celebérrima Schindler’s List.

Sobre ella se ha escrito tanto, para lo bueno y para lo malo, que da un cierto reparo intentarlo de nuevo. El tema del Holocausto es tan escalofriante, tan terrible, que cuesta decir nada, más allá de sumirse quizá en el silencio, fruto del horror. Puede que lo mejor sea ver, una vez más, Shoah (1985), de Claude Lanzmann, y digerir (si se es capaz) todo lo que se nos cuenta (y lo poco que se nos muestra) en ese fabuloso documental. Spielberg, como era de esperar, se enfrenta al tema desde una perspectiva muy diferente, desde lo narrativo, a partir de la adaptación que el guionista, Steve Zaillian, hizo de una novela del australiano Thomas Keneally, “The Schindler’s Ark” (1982).

Esa aproximación convencional, hollywoodiense si se quiere, a un tema como el del exterminio del pueblo judío durante los últimos años del régimen hitleriano en el marco de la II Guerra Mundial, fue criticado en su momento por algunos, aunque, por otro lado, sirvió también para visibilizarlo y hacerlo accesible al gran público. Es cuestionable si Spielberg, para ello, se dejó llevar por ciertas estrategias emocionales, más o menos espurias, pero en todo caso soy de la opinión de que no hay tema tan sagrado, por doloroso que sea, como para que el arte no pueda tratarlo.

En este sentido, hay que reconocer a Spielberg mayor contención de lo habitual en su cine, aunque toda la parte final, y muy en particular la que se filma, en color, en la actualidad, en el cementerio del Monte Sion, en Jerusalén, con ese desfile de supervivientes depositando una pequeña piedra en la tumba de Oskar Schindler, se aproxima en demasía a la categoría de exvoto. Dejando de lado esa coda fílmica, si es que es posible, la película me parece que narra con buen ritmo la historia de un arribista, miembro del partido nazi, que a partir de un determinado momento, y sin que quede del todo justificado el porqué, cambia la orientación de su vida, y pasa de buscar el beneficio material sin escrúpulos de ningún tipo a convertirse en una especie de ángel de la guarda de un numeroso grupo de judíos procedentes la mayoría de gueto de Cracovia, desplazados al campo de concentración de Plaszow.

La figura de Schindler, contradictoria, ambigua (excelentemente interpretada por Liam Neeson), contrasta con la personalidad “demoníaca” de Amon Göth (encarnado con una cierta afectación, acento incluido, por Ralph Fiennes), el comandante de Plaszow. En medio, como víctimas, se encuentran los judíos, encabezados por el astuto Itzhak Stern (sobrio Ben Kingsley, aunque también él se deja llevar por lo de los acentos un tanto forzados).

No tengo suficientes elementos de juicio como para discutir lo ajustado de la representación del gueto de Cracovia, el campo de Plaszow o la relación entre Schindler y los gerifaltes del régimen, con Göth a la cabeza, pero reconozco que como material fílmico funciona, en especial gracias a un magnífico trabajo visual de Janusz Kaminski, que consigue que el horror pueda resultar incluso bello (lo cual, en el fondo, da que pensar). En todo caso, uno de los detalles más comentados y criticados en su día, la nota de color “derramada” sobre el abrigo de una niña, me parece, visto el film hoy en día, algo meramente anecdótico, innecesario, pero que, al menos a mí, no me molesta. En cambio, lo que sí me resulta molesto, aunque es algo que parece inevitable, al menos en el cine de Hollywood, es la absurda mescolanza de lenguas: así, mientras que, básicamente, todos los personajes hablan en inglés, algunos impostando el acento, cuando los miembros de las SS han de aparecer como más bestiales y crueles dando órdenes, se deja que suene el alemán, un recurso tópico que me parece de lo más desacertado (a no ser que se quiera demonizar a los alemanes por el solo hecho de hablar su lengua).

En fin, ahora sí pongo final a mi “temporada Spielberg”, con la satisfacción de hacerlo con un buen film, a pesar de todos los pesares, entre los cuales el mal cuerpo que te deja al ver, una vez más, hasta qué punto los humanos podemos llegar a ser autodestructivos.

Iniciado por mad dog earle

En la filmografía de Norman Jewison se esconde uno de mis "guity pleasures", que lo es por razones diversas, no todas ellas fáciles de explicar: Jesus Christ Superstar, mi película habitual de Semana Santa. Y lo digo desde una actitud personal ante el fenómeno de Jesucristo completamente irreligiosa.

Sabía y tenía en mente ese musical porque comentaste lo que te gustaba, al haberlo visto de jovencito.

Iniciado por cinefilototal

Lo importante es que te lo pases muy bien en sucesivos visionados ; a mi también me pasa con algunos títulos, que pueden no ser grandes musicales, pero que me lo paso pipa cada vez que los pongo, disfruto mucho, sobre todo esos musicales escapistas de los años 40 de la Twenty Century Fox...

Todos tenemos guilty pleasures, y es más, no tenemos rubor en decirlo a boca llena. Porque más allá de lo que opine la masa dominante o mayoritaria, está nuestro gusto y el gusto es nuestro (como cierta gira que reunía a varios artistas hace ya años)

He leído con detenimiento la review de mad dog sobre La lista de Schindler. Más allá de las críticas (que yo apenas tengo por esta cinta), creo que tiene muchas virtudes, entre ellas un elenco muy bien configurado donde no sobra nadie.
A mi me encanta el papel de Liam, el protagonista. Porque vemos sus virtudes y sus defectos. En mi opinión, su cambio se produce de forma gradual, a medida que va "poniéndose en los zapatos" de la persona que sufre. En este sentido, el personaje de Kingsley cala hondo en su forma de ver la vida.

Iniciado por cinefilototal

¡Pues me sorprendes, querido compañero mad dog earle, porque no te suelen gustar los musicales, aunque me alegro que al menos este te chifle!.

Seguro que después de cada visionado del ciclo Spielberg se pone el disco de la versión de Camilo Sesto para desintoxicar…

Iniciado por jmac1972

Seguro que después de cada visionado del ciclo Spielberg se pone el disco de la versión de Camilo Sesto para desintoxicar…

Segurísimo...

Iniciado por tomaszapa

Sabía y tenía en mente ese musical porque comentaste lo que te gustaba, al haberlo visto de jovencito.

Sí es verdad que lo comentó hace tiempo, ahora lo recuerdo...

Iniciado por jmac1972

Seguro que después de cada visionado del ciclo Spielberg se pone el disco de la versión de Camilo Sesto para desintoxicar…

Pues ojo. No estuvo nada mal lo que hizo Camilo Sesto, que sería como fuera, pero como cantante ha sido uno de los mejores que ha dado la música en español.

Yo también recuerdo la versión de Camilo Sesto como bastante decente. Con Teddy Bautista como Judas y Angela Carrasco como María Magdalena.

Iniciado por tomaszapa

A mi me encanta el papel de Liam, el protagonista. Porque vemos sus virtudes y sus defectos. En mi opinión, su cambio se produce de forma gradual, a medida que va "poniéndose en los zapatos" de la persona que sufre. En este sentido, el personaje de Kingsley cala hondo en su forma de ver la vida.

Neeson está superlativo, pero la evolución del personaje creo que necesitaba de alguna vuelta más. Es evidente que la masacre del gueto de Cracovia es lo que provoca su cambio de rumbo, pero le encuentro algo a faltar para ser completamente convincente.

Iniciado por tomaszapa

Sabía y tenía en mente ese musical porque comentaste lo que te gustaba, al haberlo visto de jovencito.

No lo olvidaré nunca: 1 de mayo de 1975,matinal en el cine Aribau. Una cola espectacular y nervios, porque yo solo tenía 15 años... Y todavía se encendía la lucecita en El Pardo.

Me ha encantado el análisis de la película, mad dog earle.

Iniciado por mad dog earle

Neeson está superlativo, pero la evolución del personaje creo que necesitaba de alguna vuelta más. Es evidente que la masacre del gueto de Cracovia es lo que provoca su cambio de rumbo, pero le encuentro algo a faltar para ser completamente convincente.

Precisamente, el “click” que le hace cambiar el rumbo a Schindler es la niña del abrigo rojo; primero se fija en ella desde la colina montado a caballo, si mi memoria no me falla, pero después, cuando realmente empieza a empatizar con la situación, es cuando la ve entre los cuerpos inertes amontonados en un camión. De hecho, creo que podría ser uno de los motivos principales por los que Spielberg añade el color al abrigo, para que entendamos con claridad que Neeson ha identificado a la niña entre los cadáveres. De otra forma ese plano podría quedar confuso cuando, como digo, es el punto de inflexión que experimenta el personaje y la rueda empieza a girar en dirección contraria.

Iniciado por tomaszapa

Pues ojo. No estuvo nada mal lo que hizo Camilo Sesto, que sería como fuera, pero como cantante ha sido uno de los mejores que ha dado la música en español.

Era una chanza inocente. Al nivel de Nino Bravo.
Bozarrón como pocos hemos tenido en España.

Iniciado por DrxStrangelove

Me ha encantado el análisis de la película, mad dog earle.



Precisamente, el “click” que le hace cambiar el rumbo a Schindler es la niña del abrigo rojo; primero se fija en ella desde la colina montado a caballo, si mi memoria no me falla, pero después, cuando realmente empieza a empatizar con la situación, es cuando la ve entre los cuerpos inertes amontonados en un camión. De hecho, creo que podría ser uno de los motivos principales por los que Spielberg añade el color al abrigo, para que entendamos con claridad que Neeson ha identificado a la niña entre los cadáveres. De otra forma ese plano podría quedar confuso cuando, como digo, es el punto de inflexión que experimenta el personaje y la rueda empieza a girar en dirección contraria.

Sí, es como dices. La ve en el gueto (la niña parece escaparse escondiéndose) y luego la vemos en un camion cargado de cadáveres. Pero, ¿era necesario? ¿Hacía falta ese detalle? Yo creo, sinceramente, que no. Pero tampoco cargo las tintas sobre ese aspecto, que a pesar de todos los ríos de tinta que hizo (y que sigue haciendo) correr, me parece secundario.

Iniciado por mad dog earle

Sí, es como dices. La ve en el gueto (la niña parece escaparse escondiéndose) y luego la vemos en un camion cargado de cadáveres. Pero, ¿era necesario? ¿Hacía falta ese detalle? Yo creo, sinceramente, que no. Pero tampoco cargo las tintas sobre ese aspecto, que a pesar de todos los ríos de tinta que hizo (y que sigue haciendo) correr, me parece secundario.

¿Quieres decir que resulta demasiado crudo, demasiado gráfico o específico para que Schindler empiece a cuestionarse la situación? ¿Que se debería haber hecho de otra forma?

No, lo que quiero decir es que me parece innecesario, no veo qué es lo que aporta, y probablemente por eso creo que hubo críticas en el sentido de verlo como una frivolidad. ¿Que no se ve suficientemente claro qué supone la brutalidad del gueto y de su desalojo como para necesitar pintar de color el abrigo de una niña? ¿No se optó por rodar el film en blanco y negro? ¿Por qué recurrir a esa excepcionalidad estética?

Pues yo lo entendí como una figura poética, en cierto sentido. Lo de la niña, hablo. Primero se la distingue de lo malo y deprimente del contexto con el abrigo rojo. La belleza de la inocencia, que no debería estar ahí, pero después ese mismo rojo es el color de la sangre que derraman y derramarán aún cientos de miles.

Iniciado por mad dog earle

No, lo que quiero decir es que me parece innecesario, no veo qué es lo que aporta, y probablemente por eso creo que hubo críticas en el sentido de verlo como una frivolidad. ¿Que no se ve suficientemente claro qué supone la brutalidad del gueto y de su desalojo como para necesitar pintar de color el abrigo de una niña? ¿No se optó por rodar el film en blanco y negro? ¿Por qué recurrir a esa excepcionalidad estética?

Yo creo, como decía antes, que es un recurso narrativo puramente gramático para que el espectador entienda que Schindler se fija en la pequeña en el momento del camión mas que un mero recurso estético; parecido a lo que Kurosawa hizo en “El infierno del odio”. Que se decida poner el foco y el énfasis del desalojo en la niña es más simbólico que literal, el punto de inflexión del personaje que le une emocionalmente a la situación. ¿Que si era necesario o no? Imagino que esa pregunta viene dada por la posible frivolidad de utilizar la muerte de una niña, que desgraciadamente fueron cientos y fueron reales, para conmocionar duramente al espectador. Pero bueno, yo personalmente no lo veo mal; es un momento que me golpea con muchísima fuerza, pero ese recurso, al margen del toque de color, no considero que desentone con el resto del film. En cualquier caso, está claro que estas consideraciones son ya muy personales y apelan directamente a las sensibilidades de cada uno y no hay mucho más que decir.

Iniciado por mad dog earle

En la filmografía de Norman Jewison se esconde uno de mis "guity pleasures", que lo es por razones diversas, no todas ellas fáciles de explicar: Jesus Christ Superstar, mi película habitual de Semana Santa. Y lo digo desde una actitud personal ante el fenómeno de Jesucristo completamente irreligiosa.

De niño la banda sonora original era un disco que se escuchaba continuamente en mi casa. Creo que el LP todavía anda por casa. Me acuerdo que incluía un encarte con las letras (en inglés, eso si).

Por cierto, el otro día, durante mi viaje crucis particular intenté ver LA PASIÓN DE CRISTO de Mel Gibson y fui incapaz de ver más de media hora de proyección. Demasiado gore para un servidor. Creo que el tan denostado Lucio Fulci introducía menos violencia en sus obras que el australiano en este intento de trasladar la pasión de J.C. a las "sensibilidades" modernas.
Ah, y yo no soy precisamente creyente. Más bien todo lo contrario.

Y en cuanto a LA LISTA DE SCHLINDER y a falta de volver a visionarla en la nueva y flamante edición en 4K que adquirí recientemente yo también tuve oportunidad de verla el día de su estreno y me pareció una obra maestra y no tanto por lo que cuenta, sin duda una de las atrocidades más incomprensibles que se han en la historia del ser humano, sino por cómo lo cuenta.

La nota cromática del abrigo de la niña me pareció genial y como bien dice DrxStrangelove, seguramente sea el catalizador externo que provoca su cambio interno.

Y a pesar de que la película fuerza a veces el pathos de la historia hasta límites a veces un tanto excesivos me sigue pareciendo una obra excepcional y cuyo visionado debería ser obligatorio en todas las escuelas e institutos... así como en la sede de algunos partidos de cuyo nombre no quiero acordarme...

Curiosamente lo que siempre me pareció un tanto inverosímil - intuyo una notable aunque muy bella licencia poética de por medio - es que los dos protagonistas, tirando simplemente de memoria, fuesen capaces de recordar el nombre y apellidos de las más de 1.000 personas a las que salvaron la vida.

Y el tan denostado final a mí me emocionó profundamente puesto que es un bellísimo símbolo de la impagable deuda de los supervivientes y de sus familiares hacia alguien que les salvó la vida y más siendo un alemán, "un buen alemán" y no sólo eso sino un ser excepcional aunque con los pies de barro y al que "algo" hizo cambiar en su interior de forma tan profunda como para conseguir salvar del más atroz de los destinos a un puñado de seres humanos cuya única culpa era ser distintos y por tanto inferiores.

La empatía de la que carecían (aparentemente) los replicantes en BLADE RUNNER y que fue lo que provocó que un orate como Adolf Hitler (y sus millones de seguidores, no lo olvidemos) convirtieron el siglo XX en la mayor aberración que jamás se ha cometido sobre la faz de la Tierra.

Iniciado por Alcaudón

Por cierto, el otro día, durante mi viaje crucis particular intenté ver LA PASIÓN DE CRISTO de Mel Gibson y fui incapaz de ver más de media hora de proyección. Demasiado gore para un servidor. Creo que el tan denostado Lucio Fulci introducía menos violencia en sus obras que el australiano en este intento de trasladar la pasión de J.C. a las "sensibilidades" modernas.
Ah, y yo no soy precisamente creyente. Más bien todo lo contrario.

Es que para mí es una película de terror, y en ese aspecto bastante lograda.