Película que debería desaparecer de la faz de la Tierra desde ya. 45 Primeros minutos desagradables a más no poder y, lo peor de todo, sin ningún sentido. Violencia absolutamente gratuita con la única intención de demostrar lo malo-malísimos que son los villanos de la historia. Difícil de digerir y de las que se ve con una muesca de asco durante mucho, mucho rato. Después la historia empeora, lo que ya es lamentable. No tiene nada, pero nada que contar, y se sumerge de nuevo en un supuesto terror psicológico visto trescientos millones de veces ya y en nuevas escenas de violencia explícita que lo único que provocan es vergüenza ajena.
Nos encontramos, como ocurrió con HOSTEL 2 (pero ésta era sólamente mala, mala, mala), en uno de esos casos en que se confunden la sangre, las mayores barbaridades imaginables y sufrimiento infringido con el terror. Lo único que causan son ganas de que termine semejante martirio, ya no sólo por la violencia desmedida y absurda (y por momentos ridícula), sino también y de forma primordial por lo deplorable de la película que estamos viendo. El guión cabe en un post-it y aún sobraría espacio para apuntar la lista de la compra.
Siento profundamente haber dedicado más de hora y media de mi vida a ver semejante despropósito. Incluso casi vergüenza.

Nota: 1 (Y porque se acaba y no se espera una segunda parte).