Danny Boyle es interesante , sin duda, pero creo que la parte más digamos, diferente, de su cine, que pueda ser el tercio final de sus películas, es tan abierto e imprevisible más por una incapacidad manifiesta de él y su guionista por cerrar los relatos que porque quieran dejarlos tan abiertos y descabalados.
28 días después arranca como un film de terror, evoluciona a suspense y de ahí pasa a thriller de acción mezclado con política. Es una mezcla sin duda fascinante, pero el problema es que el final me incita a pensar que Boyle se ha ido por peteneras y no ha sabido cómo terminar, y en vez de mojarse del todo, nos da un happy end muy poco creíble.
Sunshine está algo más lograda. Digamos que el sacrificio final nos ofrece un humanismo que concuerda con buena parte de su filmografía. Aquí tal vez lo que le falla es no ir un paso más allá en su estética solar.
No obstante, y a pesar de que tiene ya algunos años y puede haber quedado anticuada, Trainspotting es su mejor filme, porque también es el más valiente. Esa conclusión final, es sin duda, un golpetazo a todos esos finales edificantes y morales. Pero no deja de ser un film muy normal en todo lo demás, tal vez con un planteamiento muy alargado , varias tramas con desarrollos irregulares en su ritmo y una parte final soberbia en su velocidad.