La interactividad está llegando a todas partes; eso no quiere decir que vayan a dejar de existir las narraciones lineales, pero las generaciones actuales y las venideras se crian con el videojuego e internet como referentes culturales. Cada vez tenemos más teatro interactivo (participación del público, improvisaciones), video-creadores de esos que crean espacios interactivos en los museos, televisión a la carta (en la que, por ejemplo, podremos detener el flujo de una película o serie para consultar los productos que aparecen en pantalla y cosas por el estilo), etc, etc, etc...
¿Porqué no el cine? Ya han existido tímidos intentos de interactividad en el medio: las paridas que se montaba el William Castle, el IMAX y cosas por el estilo. En un futuro, con la eclosión de las pantallas táctiles multipunto, los sensores de captura de movimiento y demás, ¿porqué no podremos tener películas videojuego, en que cada espectador viva una historia diferente dependiendo de por donde se mueva? Es probable que dentro de cien años, el cine tal y como lo conocemos le parezca al público medio tan atractivo como la ópera.