Opiniones las hay de todos los colores; Si no conoces la obra musical, muy dificilmente vayas a sacarle todo el jugo a esta película en un primer visionado. No es para todos los paladares. Gran parte de su disfrute es reencontrarte, esta vez en celuloide, con los personajes clásicos del musical; permanecer atento a cada inflexión vocal, a cada agudo, para ver si mejora (o empeora) tus propios referentes. Este ha sido, al menos para mí, el mayor disfrute de las adaptaciones cinematográficas de musicales (incluso si en la comparación, salen perdiendo).
Ayer la vi de nuevo. No es la maravilla que estoy leyendo en los muros de Facebook de algunas amigas empalagosas, pero desde luego es un hermoso regalo para los fans del musical. Podía haber sido muy diferente, podían haber puesto a cantantes de verdad u optar por otras opciones visuales, pero volverían a salir voces críticas. Aun dentro de los cánones de Hollywood (sin rostros conocidos hubieran perdido la mitad de la taquilla), la considero en momentos concretos, una pelícua original, valiente y arriesgada (a su estilo visual me remito).
Les Misérables en teatro es MUY, MUY grande, y yo sabía de antemano que no iban a hacer una película redonda, pero es digna, y la atesoraré como llevo haciendo con cada versión de Les Misérables que sale en vídeo o en CD, que ya van unas pocas.