Efectivamente, excepto en contextos muy particulares como el académico, todos hablamos en la calle un determinado dialecto y cada uno, incluso, su propio idiolecto. Por ejemplo yo hablo normalmente castellano de Aragón, que es un dialecto distinto al castellano de Castilla o al de Cantabria.
Alguien dijo una vez que una lengua no es más que un dialecto con un ejército que lo respalda. Sustituyamos hoy en día ejército por partido políticoy encontraremos la fuente de tantos problemas.