De Allocine.fr (traducción macarrónica de extractos).
Tomando los códigos de la Roma y la Antigua Grecia en una América moderna post-apo y sacudida por un evento no descrito (entendemos por qué el proyecto se puso en stand-by después de los atentados del 11 de septiembre de 2001), Francis Ford Coppola ofrece una crítica acérrima, punk e hilarante de los Estados Unidos de la era Trump.
Los personajes, bien llamados César, Cicero y Crasus, representan tres grandes fuerzas que se enfrentan en la visión del futuro: la política (el alcalde) con un programa conservador, populista y demagógico, el dinero desmesurado y decadente codiciado por herederos de sangre o externos (el gran banquero) y el arte en lo que tiene más paradójico, es decir, destruir para reconstruir mejor (el arquitecto).
Entonces, ¿qué pasará con Nueva Roma (ex Nueva York)? ¿El proyecto utópico “Megalopolis” de César, estereotipo del científico loco, es el mejor? La película realmente no intenta responder a estas preguntas porque lo que importa en Megalopolis no es la finalidad, sino todos los mecanismos de poder de estos zinzins del espacio antiguo que entran en juego.
Y esto pasa por conspiraciones, traiciones, largas tiradas políticas y filosóficas demasiado intelectualizadas (con pasajes en latín !!!!), personajes caricaturescos, derivas del entretenimiento, de la sociedad del espectáculo y del culto a la personalidad.
Finalmente, nada nuevo bajo el sol en el fondo, ya que este tipo de temas se han visto recientemente en el cine, especialmente en Civil War de Alex Garland, pero es la forma la que nos sorprende totalmente.
¿Qué quiso finalmente contarnos Francis Ford Coppola? ¿Nos está trolleando? ¿Se está divirtiendo? ¿Está firmando su fábula crepuscular? ¿O es un terrible fracaso?
No queremos optar por la última opción porque aunque Megalopolis no es la obra maestra anunciada, no deja indiferente en absoluto. Y algunos planes llenos de ideas ya permanecen en la cabeza, aunque se siente el bazar incoherente que debe haber sido el rodaje.
Pero entendemos por qué la película tuvo dificultades para ser dirigida y por qué no tiene un distribuidor en Estados Unidos. ¿Cómo explicar o vender una película de este tipo? Para nosotros, el resultado no es totalmente exitoso, pero lo suficientemente tachado, único y psicodélico, que ya queremos estar en el futuro para saber si la película tendrá derecho a una segunda juventud.
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