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No pude verla en el momento de su estreno (entre otras cosas porque aquí en Bizkaia apenas duró una semana en cines), y ahora que está disponible en plataformas he podido por fin ojearla y, bueno…. ahora entiendo que durase tan poco en cartelera. Si en Aniquilación mucha gente quedo descolocada con el final, creo que en esta directamente les va a explotar la cabeza
Bueno… al turrón: me ha gustado, pero creo que es el proyecto de Garland más flojo e irregular hasta la fecha. De primeras es una propuesta diametralmente opuesta a sus dos películas anteriores: Aquí el director deja de lado completamente la ciencia ficción, y se zambulle de lleno en el género de terror, en un pequeño film de bajo presupuesto, en el que los diálogos pasan a un segundo plano en favor de la creación de una atmósfera eminentemente visual, que apela a la parte más emocional (y por tanto no racional) de nuestra consciencia: la sensación cuando ves la película, sobre todo en su parte final, es la de asistir a un sueño de carácter pesadillesco; ese tipo de sueño que cuando lo experimentas te parece real, pero cuando lo analizas a posteriori poco o nada tiene sentido. La sensación de ir de un mundo real a uno terrorífico (y absolutamente vívido para la protagonista) es el eje central de este film.
Jessie Buckley interpreta (brillantemente) a Harper, una mujer que ha vivido una experiencia profundamente traumática, que quiere dejar atrás yendo a vivir durante un tiempo a un caserón en la típica campiña inglesa. Allí empezará a experimentar sucesos extraños, y a encontrarse con personajes de lo más singulares, que curiosamente tienen todos …
Spoiler:
Que la protagonista no se extrañe en ningún momento de este hecho es quizás la parte más inexplicable de toda la historia….
…. y es que aquí el “texto” de la película parece ser muy evidente: la tan cacareada masculinidad tóxica con la que nuestra protagonista, al parecer, ha bregado buena parte de su vida, y en concreto con un marido con evidentes problemas psicologicos cuyo carácter autodestructivo ha marcado su relación hasta el final. Y como es lo único que se verbaliza claramente en diálogos y escenas, da la sensación de ser el único mensaje de la película y, como en este caso Garland no se molesta en darle un sentido último a los personajes que van a apareciendo en el camino, deja al espectador distraído con la sensación de ser todo una incoherente ida de olla, con un mensaje de lo mas simple (que no simplista).
En efecto, esos “men” que el título nos propone y que van apareciendo a lo largo del film son un fiel reflejo de esa masculinidad ponzoñosa que aún nos toca vivir, pero creo que la peli se esfuerza también en dejar patente la personalidad desequilibrada de una mujer cuyo sentimiento de culpabilidad la atormenta de forma malsana y enfermiza. El problema que le veo es que Garland no consigue un equilibrio argumental entre estas dos ideas, y todo el final, aunque visualmente impactante y sugerente, no termina de empastar y de rematar la historia. Ese viaje de “suburbia a la psicodelia” que tan bien funcionaba en Aniquilación, su anterior largometraje, se intenta también aquí, pero el resultado es, en mi opinión, mucho menos efectivo.
Sin embargo, la película tiene cosas MUY positivas. La atmósfera de extrañeza que vive la protagonista está perfectamente plasmada en pantalla por el director, con ayuda de la magnífica fotografía de Rob Hardy, y de un uso del sonido y del montaje extraordinarios. Kinnear y Buckley están excelentes, y los veintes minutos finales son maravillosamente perturbadores (alguien ha mencionado por aquí a Cronenberg o Yuzna, a mi me ha recordado también al Aronosky de “la fuente de la vida” o al Villeneuve de “Enemy”).
En definitiva, probablemente la película más floja e irregular del realizador y, aún así, una estimulante propuesta que demuestra el potencial de Alex Garland como narrador de historias, con un sentido visual brillante y único. Es una lástima que al parecer, tras Civil War, la película que ha estado rodando este año, Garland no tiene intención de dirigir más pelis. Esperemos que cambie de opinión, porque perderíamos a uno de los cineastas más estimulantes e interesantes de los últimos años.
Un saludo.