Todos nos sacrificamos. Yo he tenido que renunciar a mi vida sexual. De todas formas, a finales de verano, tampoco es demasiado interesante.![]()
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Mi blog: www.criticodecine.es
¡Qué son tantas excusas! Venga, a revisar las películas.
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Pues la verdad es que tengo cierto parecido a Chuck Heston.
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Aquí desde la central de Reus, cada vez más descentralizada y por tanto la denomino a partir de ahora "la filial", donde la documentación escrita, a modo de enciclopedias y guías de cine (el cual heredaré sin entusiasmo), sobre el film comentado es más bien escueta y caracterizado por sinopsear más que opinar, me doy cuenta que este tipo de material, cuando uno quiere profundizar, es más bien inservible para mi, el querer abarcar tanto en tan poco espacio a mi no me es útil, de ahí mis continuas alabanzas a la gran y mejor revista, diría que de España pero también puedo confirmar que de Suiza y Alemania, "dirigido por".
Leo, de las pocas opiniones, que el film ha envejecido mal, cosa que no puedo contrarrestar o apoyar, ya que es mi primera "noche"; el compañero Mad si que podría decir algo al respective, aunque uno no tiene que ser muy vivo para saber que no estará de acuerdo. Ante esta información, mi hipótesis sería que esperaba una fiesta con sexo y drogas, para adecuarse a los tiempos de ahora? Pues yo la disfruté así, una fiesta sin excesos explícitos, que seguro que tanto sexo y drogas, estarían presente, pero no es lo importante para mi, y mira que no le suelo hacer feos a escenas de alcoba
. Sino es por eso, no entiendo lo del envejecimiento.
A mi, estos films que transcurren en un día, ya a priori me llaman mucho la atención, ya que limita mucho al creador y por lo tanto hace relucir más su calidad y buen hacer, y "la noche" es un gran ejemplo de ello. Con este fórmula, uno (Antonioni) se tiene que volcar con sus actores/actrices, y el resultado vuelve a ser muy satisfactoria; de Mastroniani no me sorprende, más o menos ya me lo esperaba, de Moreau no tanto, mi currículum con ella se basa en 4-5 films, poco la verdad, pero es increible como ella transmite tal tristeza y vacío permanente, es una auténtica bella alma en pena constante, sinceramente su trabajo sin abrir boca te deja KO, un trabajo de lenguaje no verbal más allá de la excelencia, siempre la misma compostura, desde el hospital, hasta su paseo movido por Milán y sus navejeros, y sobretodo en la fiesta, cuando descubre la infidelidad de Marce y la Vitti (aquí vuelve a estar de top, aunque más secundaria), como bien dice en el final, esa pose parecida a me "la suda lo que hagas" es el resultado de la ausencia de amor, que conlleva la ausencia celos.
En el persoanje masculino principal (Marce) noto el mismo rol que en "la aventura", un hombre justificando sus infidelidades por el hecho de ser hombre y no poder controlar su instintos sexuales, o como decimos en mi casa, no poder controlar "la titola", y la mujer siendo el saco de boxeo que recibe los golpes sin reaccionar ,Lidia puede hacerlo siéndole infiel, pero no llega a Fase IV, llegando a la conclusión que Lidia se siente cómoda o por lo menos está acostumbrada a aceptar la ausencia del amor, transformándolo (como en "la aventura") en sentimiento de pena y compasión hacia el personaje de Marce.
Para mi el film va in crescendo, y a buen ritmo (vuelvo a no entender quien la tilda de lenta y aburrida -enciclopedia de cine consultada, que no me voy a levantar y anotar el título y el autor), siendo mi parte preferida, a partir de la escena del bar con el espectacular bailoteo de los negritos, ella contorsionista, y él espectante con su rabo de metro y medio ,no se ve pero se intuye(para los que no me conozcan acotar que llevo casado con mi mujer entre 12-15 años, y es negra, bueno yo digo marrón, lo matizo, porque no me gusta usar la palabra hombre de color), es fascinante como todos en el bar, ignoran dicho espectáculo, mientras Antonioni hace un subrayado espectacular de la secuencia del bailoteo, para que la contraposición del mundillo de los personajes sea más brusca.
Y para seguir con la parte de la fiesta, se sigue con sumo interés, tanto las escenas de duo (que no Tomás que no hay sexo), o sea cuando coiniciden en pantalla Marce y Moreau, Moreau y la Vitti, y sobretodo me gusta la escena de la Vitti y Moreau con Marce de voyeaur (pero sin sexo Tomás!!! aunque me ilusiona ver un revolcón lésbico entra Moreau/Vitti.....soñar es gratis....por ahora). También muy interesantes las escenas corales, por ejemplo la de la piscina, mujeres al agua!!!, ahí se "elipsea" de manera acertada, no se si por censura o por decisión de Antonioni, el consumo de drogas y/o alcohol, y quizá es el único momento donde Moreau se "desmelena" y esboza alguna sonrisa.
Las escenas finales de los dos protagonistas en los jardines de la casa (o más allá de ellos) son uno de los momentos más bellos a nivel visual del cine de Antonioni (por lo menos hasta ahora), con el cierre emotivo de la lectura de la carta y su final con las reacciones ya comentadas de la pareja protagonista.
Resumiendo, ya no puedo decir que sea una sorpresa, ya me he acostumbrado a la calidad de Antonioni, si que puedo decir que yo prefiero, por décimas, "la Aventura", para mi mucho más compacto, ya que "la noche", el segundo bloque es excelso, hi hay algo de diferencia entre el primero, sobre todo en el campo del interés de los hechos, claro es mucho más fácil causar interés en el espectador en la parte de la fiesta, porque corrigiendo al maestro (por descubrir) Fellini en un título de su filmografía, quizá el de más renombre, me permito darle el título de "la dolce vita por la noche", ya que entiendo que tanto los burgueses romanos de Fellini y los milaneses de Antonioni, duermen durante el día.
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Vi anoche La notte, y me pareció magistral. Todos sus apartados forman una poesía enfermiza pero igualmente bella llena de sutilezas basada en filtros de apariencias. Pensando bien en todo lo que vi, me estoy dando cuenta como necesito verla otra vez, necesito rascar la pintura seca o lo oxidado para ver qué hay detrás. Porque soy como el gato en el jardín, embobado y observando la estatua. Atraído, pero sin comprender su material o propósito. En este juego donde los personajes mismos hablan de como generan sus propios intereses en los intereses ajenos. ¿Qué mayor interés que lo que parece un día rutinario para un escritor de éxito? Y es que se van desvelando mediante detalles personajes muy profundos, que siempre recurren a máscaras de superficialidad para entretener y ser entretenidos mediante seducción. Claro está, la película no es ni más ni menos que la anterior en cuanto a preciosas alegorías visuales. Siempre muy potentes, y enfatizando el mensaje de como todo está difuminado en capas de misterio. Como la silenciosa aventura de la protagonista con la lluvia chorreando mientras simula brochazos impresionistas sobre las ventanillas del coche en ese traveling comentado previamente por mad. También visto en la ridícula popularidad que existe sobre el juego con el suelo como tablero, y da la impresión que hay mucho énfasis en lo que une, en la complicidad.
En las notas de la edición de Masters of cinema hay un extracto muy potente en el que el director habla de Lucrecio. Viene a decir que la única certeza existente es una secreta violencia conspirando contra la certeza. Con razón la prota espera a que amaine la tormenta o que acabe el juego, entiende esto y no quiere estropearle los buenos momentos de día de su marido. Se entiende que ella entiende que hasta el que pierde en la pelea que hacen los chicos le miró mal por haber invadido ese ritual. Y me gusta el protagonismo del juego con lo invisible en las pocas que he visto de Antonioni, o la reciproca invasión en lo ajeno que necesita complicidad, como el final de la anterior. Parece todo tener el mismo aura, un interés vacío y vicioso que se alimenta de sus propios tejidos. En este caso, el constructo aquí esta fenomenalmente ilustrado -nosotros con la misma complicidad y perspectiva subjetiva de la protagonista- ya que es un testimonio de como vemos ver, ver cómo se comportan otras personas, o ser atraído hacia lugares desconocidos. Como las deambulaciones y los giros de esquina en la ciudad siempre virando hacia calles desconocidas. Como los rincones nunca visitados, incluso volviendo a las vías ya obstruidas por el pasado. O hacia el inevitable final donde se libera la tensión creada con una confesión íntima. Unas motivaciones que buscan ruptura, intentando enfrentarse al conformismo, pero que siempre han acabado sometidas. Creo que las ambiguas reacciones y como se desgasta la violencia no son más que el juego de los dos comportamientos señalados, mostrando la evidente carencia emocional de la pareja.
Volviendo atrás, ¿Está el escritor pensando que los negocios son realmente arte? ¿O se calla sus verdaderos pensamientos para elaborar palabra tras palabra una protección personal porque piensa que podría trabajar y ganar mucho dinero? En la compleja trama se hilvanan muchos temas, pero creo que hay mucho énfasis en ese voyerismo, que huye de las emociones para reflejarse en lo que otros hacen. El de mirar y no participar representado por la perspectiva siempre pasiva de la mujer mirando desde la distancia. Intentando no entrar en el juego vanidoso para no arruinar la fiesta, ya que no quiere contagiar la crudeza de la reciente muerte de su amigo. Y mientras sus planes de abandono acabarán en esa escena en la que parece que se entienden, ya que son parecidos en como huyen de lo mismo. Me ha recordado un poco al Everybody knows de Leonard Cohen… Y como en el film se dice, todo el mundo escucha los ruidos urbanos, pero nadie parece prestar atención en ellos. Ambos ya observaban a una mujer haciendo contorsionismo, y no se dan cuenta que luego acabarán haciendo eso mismo entre ellos. Harán malabarismos para mantener el equilibrio. La trama puede sonar simple, pero bien lejos de ello el bonito paisaje en blanco y negro contagia una sinceridad visceral. Y que bien elegida la profesión del escritor, una persona aparentemente de éxito pero que nadie realmente conoce porque es el que más ha meditado como exponer sus palabras, y así se evidencia en como acaba. Con un torpe y forzado compromiso en el que busca la sumisión, recordándonos la pelea de jóvenes anterior. No podemos intervenir en el conflicto como la mujer, pero si disfrutar de semejante pirotecnia.
Es una película preciosa y me apena no haber visto este magnífico Blu ray de Eureka que tenía en mi polvorienta estantería desde hace mil años. Gracias mad y a los que comentáis por dar el impulso a este ciclo tan hermoso. No pensaba encontrar tanta afinidad con M.A.
Última edición por Anonimo19042021; 29/09/2019 a las 12:35
Eso es, Muchogris.
En el texto, creo que ésta es la mejor película de Antonioni....¨El eclipse¨ que viene ahora, es a mi gusto un film más alambicado, no tan bien selladita como ésta en su tesis.
Pero me remito al cine como atmósfera, una parte del camaleónico concepto de ¨Puesta en escena¨, y a pesar de que este film, es excepcional, como digo, sobre el papel, hay algo en L´Aventura más intagible, más misterioso, quizás es un mundo, si no necesariamente más articulado, sí con más posibilidad de extenderse a los límites del misterio que oculta. Quizás la tesis está más estudiada en ¨La notte¨, y ese misterio pasa a ser ya desarrollado, para en ¨El eclipse¨ ir más allá. En cualquier caso, va a ser éste recorrido por el pensamiento y esa búsqueda en el Arte una máxima de Antonioni.
Luego vendrá otra época, si me lo permiten más ¨fallida¨, ese traslado al color, esos viajes fuera de Italia, ese estilo más ¨guarrete¨ a lo Zulawsky, sacará las vergüenzas al trabajo de un Antonioni donde podemos suponer que su propuesta cinematografica ha sido siempre delegado a los cinematógrafos.
También pasa con otros autores de Tesis: John Huston, o el mismo Francis Ford Coppola...Esa hetereogeneidad en su obra conjunta.
Última edición por C.Bethencourt; 29/09/2019 a las 13:43
Me alegro de que el ciclo esté despertando tanto entusiasmo. Tenía mis dudas cuando lo planteé, porque como dice Alex se le cuelga a menudo a Antonioni la etiqueta de lento, aburrido, demasiado intelectual, etc., o "envejecido", lo cual no es para nada (lo que sí ha envejecido mal son muchos de los comentarios que se hicieron en su día de su cine). Lo que sí es el de Ferrara, al menos para mí, es deprimente, pero no porque lo sea él, sino porque lo es lo que nos cuenta. En esto me recuerda poderosamente a Bergman y como ya dije en el comentario de Il Grido a mi queridísimo Leonard Cohen. Pero tener la lucidez de mostrarnos la vida abierta en canal, sin tapujos, sin condescendencia, es algo que me merece todos los respetos. Y además es que es un gran director de actores y un maestro en la dirección, siempre rodando el plano justo, el movimiento de cámara necesario. Se suele atribuir a Godard la frase "el travelling es una cuestión moral". No estoy de acuerdo en general con esa afirmación, pero si en algún caso es pertinente es en ese travelling final de La notte, en que la cámara se aleja de esa pareja vaciada, meros cuerpos forcejeando sobre la arena.
Criterion recordó ayer que el 29, san Michele, sería el cumpleaños del ferrarés.
La notte me fascinó mucho más con 18 años que ahora con 41.
Cierto, gracias por recordarlo. Hubiera cumplido 107 años.
Respecto a La notte, la vi por primera vez en 1995, en un ciclo de la Filmoteca. Entonces tenía 35 años. Ahora, y después de varios visionados, con 60 a las espaldas, me fascina mucho más que entonces. Y es que cada uno envejece de manera diferente.![]()
La notte la saqué del blockbuster, que nunca se lució por su sección de clásicos, o de la biblioteca; ahora dudo. Se editó en vhs doblado y me dejó enamorado. La aventura estuvo como número dos en mi lista de películas más buscadas, tras Jules et Jim, unos 15 años, hasta que la importé de EEUU en el 2007 o 2008. Era imposible de verla en España. Recuerdo que Blow up se pasó en la 2, en v.o por el 94 ó 95 la vi en tv enana y también me dejó k.o.
Cuando revisé la notte por segunda vez, y por fin en italiano, me gustó más que aquella primera vez, pero esta tercera, sería en abril, me desilusionó. Jeanne Moreau es la mujer que mejor ha paseado por una ciudad en toda la historia del cine.
Paris o Milan, Ascensor para un cadalso. Bien lo sabe Almodóvar que la cita expresamente en Los abrazos rotos (otro de mis flipes) o la homenajea con Carmen Maura en Mujeres... donde sale a lo calle porque si no, se vuelve loca. Momento pirulí.
Ese paseo milanés de Moreau me ha acompañado siempre en mi vida. Incluso es algo eyres wide shutesco si pensamos que ella, como Marcello, rechaza los ofrecimientos que tienen.
Criterion puso dos bonitas fotos ayer. ¿Se copian asi los enlaces? Veamos.
https://twitter.com/CriterionDaily/s...76445245845504
https://twitter.com/Criterion/status...72224945922052
El eclipse (L’eclisse, 1962)
Como si la pareja que formaban Giovanni y Lidia en La notte, después del revolcón arenoso, hubieran vuelto a casa y se hubieran dado cuenta que continuaban estando igual de vacíos que antes, L’eclisse se abre con un larga secuencia en que una pareja, Riccardo (Paco Rabal, convenientemente doblado) y Vittoria (Monica Vitti), se observan casi sin hablar en un ambiente asfixiante, decorado con diversas obras de arte contemporáneo, y con el enervante ruido de fondo de un ventilador.
Es alrededor de un cuarto de hora en que no pasa casi nada y, a la vez, todo pasa: la ruptura irreversible. Poco sabremos de Riccardo, que desaparecerá pronto del film, aunque al parecer ha mantenido una larga relación amorosa con Vittoria, más joven que él. La manera de encuadrar a los personajes, como si ellos mismos fueran uno de los cuadros que cuelgan de las paredes, no deja dudas respecto a su incapacidad de comunicarse.
Este extraño inicio es ya una muestra de lo que nos depara el film que cierra esa trilogía apócrifa de la incomunicación. Un film que más que L’avventura o La notte nos lleva al terreno de la abstracción, de la negación de lo narrativo, dando lo que parece una vuelta de tuerca más a la visión de Antonioni sobre un cierto vacío existencial. Y lo hace con una estructura poco convencional, como por bloques, con personajes que desaparecen pronto (caso de Riccardo) o que tardan en aparecer (como Piero), sin contar el final, del que ya hablaré más tarde. A destacar que el guion lo firma una vez más con Tonino Guerra.
En el que parece el día siguiente a la ruptura con Riccardo, Vittoria asiste a una sesión de la Bolsa de Roma, a donde acude cotidianamente su madre, una pequeña inversora que parece buscar allí la emoción, el sentido, a su existencia, mostrándose como una jugadora patológica y supersticiosa (llega a echar sal al suelo para invocar la buena suerte). Ese espacio de la Bolsa contrasta, con su griterío, las prisas, las emociones desbocadas de ganadores y perdedores, con la relación que se establecerá entre Vittoria y un joven agente de bolsa, Piero (un bello Alain Delon, que supongo que está doblado, como en el caso de la Moreau en La notte, aunque se comenta en imdb que ambos hablan fluidamente en italiano). Pero esa relación tardará en plasmarse en pantalla: el primer intento de besarla no llega hasta el minuto 72.
Antes, asistiremos a la reunión de Vittoria con unas amigas, una de las cuales ha estado en Kenia, lo que da pie a que Vittoria se disfrace y protagonice una especie de danza tribal,
como tribal parecerá la posterior larguísima secuencia en la Bolsa (aproximadamente un cuarto de hora de gritos y nervios), en una jornada negra, con resultados catastróficos para los inversores, incluida la madre de Vittoria. El comportamiento en la Bolsa romana parece más propio de la jungla que de una sociedad supuestamente “civilizada”.
En medio Antonioni nos ofrece el único momento de felicidad pura de Vittoria, cuando se desplaza a un aeródromo en Verona para subir a un aeroplano junto a unos amigos. Se suele señalar que las referencias aéreas en Antonioni son como un signo de libertad. No me atrevo a compartir el comentario, pero es cierto que también en La notte el momento en que Lidia observaba a unos jóvenes tirar cohetes era el único en el que nos trasmitía cierta sensación de felicidad.
Una vez iniciada su relación, Vittoria y Piero eligirán una esquina del barrio romano del EUR, ante un edificio en construcción, como su punto de encuentro, donde él la besará por primera vez (para desaparecer después misteriosamente, mientras suena una música enigmática de Giovanni Fusco).
La relación amorosa avanza mediante una serie de secuencias encadenadas (en casa de los padres de Piero,
en el campo, en la oficina del agente de bolsa), caracterizadas por el aislamiento de los jóvenes (ese cristal entre ellos, como la columna que los separaba en la Bolsa), y que terminan con la cita en el lugar de siempre a las 8 de la tarde.
Y aquí es donde el film de Antonioni aporta su plus, que ha quedado ya grabado en todas las antologías del cine: porque en esa esquina en la que deberían aparecer los dos amantes no va pasar nada y ni Vittoria ni Piero van a dar señal de vida.
Antonioni cierre la película con un montaje de imágenes, durante siete minutos, de rincones de la zona o de personas que cruzan la calle (como una mujer que se parece por detrás a Vittoria, pero que al girarse vemos que no es ella), que finaliza con la deslumbrante luz de un farol que llena la pantalla mientras anochece.
Nuestros protagonistas parecen haber sido absorbidos por un agujero negro, desapareciendo del film, como la Anna de L’avventura. Un primer plano del periódico que lleva un hombre al que vemos descender del autobús nos muestra el titular de la portada: “La gara atómica” (“la carrera atómica”), mientras que en páginas interiores se lee “La pace è debole”. ¿Será nuestro destino ser succionados como los protagonistas, quizá desintegrarnos en una apocalipsis atómica? Recordemos la imagen que ya vimos desde la ventana de la casa de Riccardo: un edificio con forma de hongo atómico, que después aparecerá diversas ocasiones.
Final inquietante, reforzado como a lo largo de todo el film por la música atonal de Fusco y la belleza de la fotografía en blanco y negro de Gianni di Venanzo. Si hablando de Hitchcock siempre recordaremos el montaje de la secuencia del Albert Hall, sea en la versión inglesa o norteamericana, de Antonioni es inevitable pensar en esta coda final, sin diálogos, sin significado narrativo aparente, sin protagonistas. A mí, personalmente, me parece extraordinario, un final apoteósico.
Por cierto (apunte para tomaszapa), ese final inquietante contrasta con los títulos de crédito iniciales, sobre los cuales se superpone una alegre, irónicamente "radioactiva", canción compuesta por Fusco y cantada, una vez más, por Mina: “L’eclisse Twist”.
Le nuvole e la luna
Ispirano gli amanti
Sì, ma per tanti
Compreso me
È ti - p - i - o - logico
Il vero amore
È zo - o - ologico
Fin dentro il cuor
La radioattività
Un brivido mi dà
Ma tu, ma tu
Di più, di più
E' ti - p - i - o - logico
Il vero amore
È zo - o - ologico
Fin dentro il cuor
La radioattività
Un brivido mi dà
Ma tu, ma tu
Di più, di più
Ese tema de El eclipse, L´eclisse twist, fue compuesto por Giovanni Fusco, que en su haber tenía la música de Hiroshima mon amour o de la mayoría de películas de Antonioni hasta 1964.
Mina lo incluyó en uno de sus álbumes, de 1962, titulado Renato.
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L’eclisse de Antonioni me ha encantado. Es tan buena como las anteriores, quizás un poquito más críptica que las dos anteriores. Sigo pensando duramente que podía significar todos elementos que la componen. Por internet parece que hay gente que o lo tiene claro y estan de acuerdo en esas ideas apocalípticas -que tienen bastante sentido- o que les gusta sin meditar sobre qué va sin mas. Técnicamente es soberbia, una maravilla. Pero la historia es menos figurativa, ya que se apoya en el apartado visual para darle cohesión, como los encadenados, la edición visual y de sonido. O la producción mostrando el bullicio dentro de la bolsa. Claro está su descriptiva y silenciosa resolución es el climax de este peliculón del que todavia estoy uniendo todos sus puntos.
Es una historia un tanto peculiar, como ha dicho mad empieza por el final de una relación. Vittoria (Monica Vitti) deja plantado a Riccardo (Francisco Rabal) en las puertas de lo que iba a ser matrimonio. Tira un cenicero esparciendo los restos, y todo acaba tras ambos decidir seguir senderos distintos. Aqui desaparece Riccardo no mas que para insistir en una puerta cerrada mas tarde. Y con esa puerta bien cerrada Vitti conoce a una amiga de una amiga. Esta ha estado en África y entre elipsis, racismos y bailoteos imitando los trances tribales de los negros africanos la noche se funde con el día siguiente en la bolsa de Milan. Vittoria quiere hablarle a su madre sobre la relación que acaba de dejar. Pero allí mismo entre tanto alboroto y grito pelao no le da tiempo a intervenir. El bróker de su madre es Piero (Alain Delon), un joven en el que al principio Vittoria no parece interesada en él. No sé está quieto en su hiperactivo trabajo. Pero cuando vuelve en otra ocasión, algo despierta su interés. Es un día muy negro en la bolsa, todo el mundo ha perdido mucho dinero, así que le inquiere desde la confianza donde acaba el dinero perdido, pero el mismo no sabe contestar. Incluso su madre ha perdido dinero. Y con esa abrupta intermitencia y esa asumida gran perdida ella gana interés por Piero. El interés creo que es el centro de todo, el como se pagan las deudas. En este caso las del progreso. La perspectiva gira ligeramente hacia el personaje de Piero, que negocia las pérdidas con sus clientes. A pesar de ser joven parece entender mucho de su oficio, el negociar. Así comienza una relación con Vittoria. Parece muy distante, superficial, y misteriosa porque aparentan ser muy distintos. Una de las primeras veces que quedan en casa del joven ella confiesa como el misterio y no saberlo todo es lo que hace durar las relaciones. A partir de aquí empieza una relación extraña con objetos de por medio, como besándose con una vitrina de por medio. Quizás simbolizando la objetificación, y lo mismo con el capitalismo con la excesiva pero casi camuflada publicidad de Cocacola. Otro buen ejemplo es cuando muere ahogado el hombre borracho que le roba el coche, pero parece ser que el coche es reemplazable. Se les ve juntos en arrebatos sexuales, pero que no llegan a ser íntimos. No llegamos a saber como intiman, o que tienen en común.
Y entre las intermitencias por elipsis y saltos no se sabe cuánto tiempo ha pasado de una escena a otra. El tiempo pasa, y lo vemos por los vestidos. De primeras parecian prometerse la eternidad juntos, y en otra elipsis le confiesa que él quería matrimonio -que al fin y al cabo es básicamente una especie de contrato- pero ella finamente no acepta. Sin mostrar que tenían en común o sus afinidades, parece que tienen claro lo que ocurrió lo mismo que con la relación anterior de Vittoria. Y creo que esas son las escenas clave o que el director ha querido mostrar. Verbalizan estar de acuerdo en que no estan de acuerdo. A partir de este desajuste, parece que sigue existiendo algo, pero los días pasan y las horas cambian. Donde se supone que habían quedado ayer, donde quedan siempre a la misma hora en el mismo sitio es un lugar deshabitado, casi apocalíptico. Un edificio en construcción que solo tiene sus cimientos entre lonas, con ladrillos a un lado y un barril derramando el agua que contiene. Es un cruce de calles, y seremos testigos de las rutinas de la comprometida vida moderna que gira entorno a ese rincón. Ya decía Piero que el tiempo era lo que mas valor tenía, perfectamente ilustrado por teléfonos descolgados. Pero acaba mostrando en un montaje aquel lugar. Símbolo de una desconexión mutua, como las estelas de los aviones mostrando su trayectoria. Y así pasan las horas hasta la noche en lo que pudo haber sido, y no lo es. Todo camuflado en personajes que nos crearán la tensión no resuelta de saber si bajará alguien del bus o si la que cruza es la chica.
Creo que es una historia que muestra como el capitalismo brutal ha usurpado las relaciones amorosas o sentimientos primarios a cambio de un concepto que necesariamente le tiene que otorgar valor a todo. Es una historia sólida y curiosa, quizás mas extravagante que las anteriores pero igualmente devastadora. Insisto en que no es tan figurativa, y es mas dificil de sintetizar en un comentario. Obra maestra, de una supuesta trilogia que me ha encantado. Decir que el audiocomentario de Criterion con Richard Peña señalan que igual es un tetrologia -o como se diga-. Si es así, espero que mantenga la calidad Red desert. Y decir que el audiocomentario me ha parecido desastroso ya que no ofrece nada interesante. Eso si, me alegra mucho tener un nuevo director de cine favorito.
Última edición por Anonimo19042021; 05/10/2019 a las 15:33
Como anécdota decir que Scorsese siempre fue un grandísimo admirador de Antonioni y particularmente de esa trilogía, que partía con La aventura y se cerraba con esta, El eclipse. Además, consideraba a El eclipse como su película más audaz (al menos, de la trilogía).
Otro ferviente admirador de El eclipse es Haneke.
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Lo de la trilogía de la incomunicación, que yo he llamado apócrifa, es una de tantas etiquetas que gustan a los críticos y a los historiadores del cine, porque ayudan a ordenar el material de un director, pero no le daría más trascendencia. Hasta donde he leído, no es una denominación del propio Antonioni. De hecho, no veo por qué no se tendrían que incluir algunos de sus films anteriores (especialmente, Il grido) o posteriores (com Deserto rosso). Hay quien habla de tetralogía porque incluye Deserto rosso, contando además con el hecho que las cuatro están protagonizadas por Monica Vitti, aunque lo que diferencia la última es que está rodada en color.
Sobre la interpretación del significado de L'eclisse, más aún que en sus dos anteriores films, da para mucho: para sugerencias atractivas y para pajas mentales. El problema de cada cual es separar unas cosas de otras y, en último término, elegir. A mí me encanta el final sin necesidad de buscarle un significado concreto, simplemente me produce una emoción intensa, angustiosa, mezcla de inquietud y estremecimiento, que me deja bastante perturbado. Es evidente que hay un guiño al tema del miedo apocalíptico de la guerra nuclear, en forma de titulares de prensa, del edificio con forma de hongo, de esa luz del farol radiante en la noche (que me recuerda esa especie de luz, o sol, o bomba, del Guernica de Picasso) e incluso de la canción de Mina, pero eso no es extraño: para los que nos criamos en los 60, el miedo a la guerra nuclerar, a la bomba, era un lugar común que formaba parte de los juegos de los niños y que estaba presente en todo tipo de expresiones artísticas o intelectuales. Ahora se ve quizá como algo más exótico, pero no lo era entonces. Pensemos, por ejemplo, en otro extraordinario film de aquellos años, Los comulgantes de Bergman, en el que el personaje interpretado por Max von Sydow se suicida porque tiene miedo de una guerra mundial.
Atentos, pues, a la semana que viene, porque llegamos al primer Antonioni en color. Ah, y de la próxima película contaré una anécdota curiosa que nos permitirá enlazar, por raro que parezca, al director italiano con Sam Peckinpah, nuestro próximo director a analizar.
Última edición por mad dog earle; 05/10/2019 a las 21:04
Seré breve que voy justito de tiempo, como bien habéis dicho, un Antonioni más abstracto que nunca (sobretodo por su comentado final) con una historia de las suyas de las de siempre, una historia sencilla hecha compleja a nivel visual, con una catarata de imágenes con mucho simbolismo, que en ausencia de libro de instrucciones, es muy difícil de interpretar.
A nivel personal, de gustos, lo abstracto, al tener mil interpretaciones posibles me suele gustar con sutilidad, el final es muy bello SI, pero repito, necesito un libro de instrucciones, pero no un libro de ensayo del autor de turno donde seguramente estaría llena de interpretaciones y apreciaciones personales, sino más una opinión, un texto o un documental del propio director. No es que me guste todo masticado, y repito, la belleza de las imágenes es innegable e innegociable, pero una pequeña ayudita me hubiera ayudado.
Yo, más con el final, me quedo con su inicio, la introducción en silencio me ha parecido magistral, fuera de lo común, y sin duda lo mejor del film, como el silencio se hace asfixiante, ese momento donde Vittoria se siente asfixiada, no sabe donde ponerse, ese momento donde se acurruca en el sofá por hastío y por aburrimiento, y la jeta de Rabal de no entender nada y no sentirse incómodo a la situación, pareciendo algo normal, pero la Vitti se cansó y se las piró. Escena de 11/10!!!!
Por primera vez vemos un personaje de Antonioni, Vittoria, sonriendo más de lo normal, alternando momentos típicos de tristeza y vacío con momentos tremendamente divertidos (como el bailecito africano) y otros de sonrisa que tan raro se hace, como los diálogos con Deloin. La escena que comenta Mad sobre la columna entre los dos personajes es genial también, aquí no necesito libro de instrucciones. Como pega, creo que hace demasiado hincapié en la segunda escena de la bolsa italiana, para mi algo larga, con la mitad de minutos me hubiera quedado igualmente claro.
Los actores, de la Vitti, nada que decir, otra vez de 10, estoy embobado con esta mujer, méritos de ella claro, con su extraña belleza, y mérito del director que consigue dicho objetivo de embabamiento total. Deloin, siempre me ha gustado, y de joven pues aún más. Todos los demás son secundarios con poco peso y poca oportunidad de brillar, los dos actores copan casi todo el minutaje. Me hubiera gustado algo más de tiempo en pantalla de la madre, y sobretodo de la amiga del tiro al globo, ambas me parecen personajes la mar de interesantes para tener más presencia, repito cuestiones de gusto general (amo a los secundarios que suman mucho!!!)
Sobre la edición en DVd, como casi siempre (por ahora de las que tengo) REGIA me da una calidad mínima satisfactoria en cuanto al DVD, si bien es cierto me han dicho que tiene alguna mierdiciones, por ahora no las he visto.
En resumen, la historia más simple y más bella a nivel visual de la supuesta trilogía, me quedo con la apasionante y asfixiante introducción y me sobra 6 o 7 minutos de la segunda escena en la bolsa italiana.
Al Jonson Vitti
No he mencionado la edición que he visto. Se trata de un BD de Divisa, con una excelente calidad de imagen, aunque, como es habitual en este sello, es una edición pelada, sin extras.
Si todo el vinagre se queda está vez en esto, es que te ha gustado mucho.Ciertamente, la segunda escena de la Bolsa es muy larga, extenuante. Seguramente un recorte no hubiera perjudicado el resultado final, pero ahí queda como una enervante secuencia que parece que no va a acabar nunca, lo cual contrasta con el resto de la película. Yo veo un paralelismo entre la "noche africana" de Vittoria y la "mañana romana" de la Bolsa.
Me extraña que no te refieras al robo del coche de Piero y su accidentado final. No sé por qué, tenía la impresión que comentarías la escena (aunque yo no lo hice).![]()
Es que gasté toda la estopa para Jamaica Inn![]()
Yo estoy de acuerdo con mad, creo que la larga duración de la bolsa contrasta con tanta invisibilidad y elipsis. Es el punto de interés. Lo contado versus lo que uno se imagina que pasa entre escena y escena. Y el escabroso accidente mirado por un grupo de personas desde la cómoda distancia, en la que creo que incluso hay gente riendose mientras rescatan el coche, recuerda un poco sus pelis anteriores. Una mirada muy ajena a lo sucedido. Ya sea en L'avventura, con los hombres desnudando con la mirada a Vitti, oprimiendola de la misma forma que a la modelo americana. O la vicaria posición de la prota en la anterior La notte durante toda su trayectoria. Soy yo, o veo mucho voyerismo en sus pelis? ...Claro está que uno ve lo que quiere ver.![]()
Yo creo que sí, que hay mucho voyerismo, un aspecto en el que se acercaría Antonioni a Hitchcock. Quizá la máxima expresión de ese voyerismo lo veremos en Blow-up. Pero en L'eclisse también está presente en numerosas ocasiones (esos personajes que miran por las ventanas, tan habituales en sus películas, y que a veces observan a otras personas que también miran a través de ventanas).
Hay algo también de curiosidad obscena en el momento en que se recupera el coche de Piero del agua y vemos como cuelga la mano del conductor muerto, rodeado de curiosos (la misma Vittoria se cuela entre la gente para verlo mejor).
La Bolsa también adquiere el carácter de espectáculo, de representación, delante de un público (la mayoría, pequeños inversores), que se lo miran desde la barrera (y comentan la jugada).
O Vittoria espiando a uno de los inversores que ha perdido una fortuna y que se dedica a dibujar flores en un papel en la terraza de un bar. Las miradas tienen más peso, más significado, que las palabras. Incluso en la célebre secuencia final esa cámara omnisciente se dedica a observar impertinentemente a las personas que circulan por la calle o que bajan del autobús o lo esperan en la parada, en especial esa mujer rubia que al girarse, después de que la cámara la siga mediante un travelling, comprobaremos que no es Vittoria.
En La notte, todo el deambular de Lidia por Milán era una suerte de voyerismo, que tenia su réplica en el de Giovanni por el piso, y más tarde se prolongaba en la sesión de striptease. O en la mirada furtiva de Lidia, "espiando" a su marido y a Valentina dándose el primer beso.
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Me pasa algo curioso con El Eclipse con respecto a La noche, que también me pasa con La noche con respecto a La aventura.
El orden en las que la vi fueron:
1. La aventura.
2. La noche
3. El eclipse.
Y cada film que veía me gustaba más que el anterior. Sin embargo, al cabo del tiempo me gustan en sentido inverso, o sea en el sentido de mis visionados (que es también el sentido cronológico).
Quiero creer que el Arte se va sustituyendo por una Tesis cada vez más forjada. Y que Antonioni persiste en su discurso, como camino incuestionable. En cualquier caso, no veo mal que se le llamara trilogía, ya que comparten elementos estéticos tan comunes... Pero entiendo que sí, se me hace más persistente en la memoria las imágenes de La aventura y la noche. Así, como Ell eclipse se me diluye, a pesar de que cuando la ví la encontré la más argumentada de las tres.
Quizá es fácil que se diluya en el recuerdo porque precisamente la estructura argumental es más abstracta, más etérea. L'avventura plantea una situación difícil de oblidar: la desaparición inexplicada de un personaje en un entorno natural de belleza salvaje. La notte, la escenificación de una crisis matrimonial (y no solo matrimonial), con tres personajes muy potentes en pantalla. En cambio, L'eclisse es como un collage de momentos en que no queda claro que se avance ni que se retroceda en la narración, con lo que cuesta más reconstruir lo que ocurre en la película. Con los años, lo que se me quedó más grabado de mi primer visionado fueron el inicio, la secuencia de la Bolsa y el final, tres momentos aparentemente muy diferentes y que podrían pertenecer a films distintos.
Pudiera ser...Pero hablo más de sensaciones...Es como ¨Cabeza borradora¨ de Lynch. No se me ocurre mejor manera de expresar en Cine el terror a la obligación paterna y el compromiso...Cuando realmente, pocas escenas concretas recuerdo...Mucho menos una coherencia narrativa que el film, aunque NO ortodoxia, sí tiene. Queda por última las sensaciones, condensadas en una o dos, no ya secuencias o escenas, simplemente tomas. Ese ¨Aire¨, que es distinto a la perseverancia de una toma magnífica en la memoria cinéfila, .... ese cuajado, es genial...Hablo de ella como elogio....A pesar, repito, que nada tiene que ver con, por ejemplo, la salida entre las sombras de Welles en ¨El tercer hombre¨. Igualmente fantásticos estos efectos, pero distintos..
Es por ese que ¨El sentido de Cine¨ (cinematografía y Tiempo-Cine), lo separo de la ¨Puesta en escena¨.