Los nombres originales no los conocen en España ni el 2% de los potenciales compradores de este juego.
En un título con un claro enfoque a la nostalgia ochentera, lo que es un desastre es no planteárselo desde el editor.
El juego te llama a gritos con los nombres doblados, y pierde fuerza con los nombres totalmente desconocidos aquí de la serie original.
Y mantener los originales también es posible, sólo hay que tener ambas opciones, que no hay que ser radical.