James McAvoy hace el papel de su vida. Pero no va, viene. ¿Adónde? A Casey. Lo explico. Hemos visto la, en mi opinión, mejor película sobre personalidad múltiple disociada que se haya hecho jamás y seguro que por mucho tiempo. Mi interpretación es la siguiente: Kevin (James McAvoy) no existe, quien tiene la personalidad múltiple es Casey, pero además de la personalidad múltiple, Casey se disocia. Ve a Kevin cuando en realidad es ella. Casey rapta a las amigas, las encierra, mata a la Dra. Fletcher, mata a las amigas y no mata a Kevin porque no puede, está en su mente. Contemos la película por orden: Casey es violada desde niña por su tío y maltratada por su madre. Se queda huérfana. Se autolesiona. Como consecuencia de ello se disocia y se ve a sí misma como otra persona con 23 personalidades. Simple y genial. Al final nace la bestia que lleva dentro y se ve con fuerzas para matar a su tío, o eso intuimos. Por el camino ha matado a su psiquiatra y a dos amigas. Shyamalan nos lo deja claro durante toda la película pero sobre todo al final cuando Kevin no la mata y ella a él tampoco. Él sobrevive en ella y ella con él. Sufrimiento máximo. El mejor Shyamalan en mucho tiempo.