Pues yo no recuerdo haber leído que se usara el tema de la homosexualidad de Cukor para desprestigiarle, pero ha podido ser el caso, no lo dudo. De todas formas es verdad que se puede considerar que hay diferentes tipos de directores y que algunos son mejores para ciertas películas y otros para otras.
Siguiendo con el tema de Cukor y citando declaraciones de Katharine Hepburn, parece que ella le indicó que para realizar La mujer del año necesitaban un director más "varonil":
En definitiva que aunque Kate era su amiga ella le reconoce que no sirve para esta historia y al final la dirigió George Stevens, que parece que estaba enamorado de la actriz y de ahí cierta profusión de primeros planos de la misma.Después, cuando vino La mujeres del año (Woman of the year) con Spencer Tracy y yo y George Stevens en la dirección, tuve que explicarle a Cukor que era un guión que debía ser sirigido por un director muy macho, porque tenía que hacerse desde el punto de vista masculino y no el femenino. Estoy convencida de que George quedó muy desilusionado.
El único otro episodio que en cierta forma fue una amenaza para nuestra amistas consistió...
HEPBURN, Katharine. Yo misma: historias de vida. Barcelona: Ediciones B, 1991, p. 186-187
En este sentido Katharine también afirma sobre Cukor:
En definitiva, que sí podemos pensar que esa manera de actuar de Cukor, la de primar la labor actoral no era muy valorada en la época. Además, podemos pensar que, como además tiende a ser consideraro un director de actrices, esto es, en cierta medida, un demérito, sobre todo en un ambiente con elementos machistas como era el Hollywood de la época. Per osí, no sólo consiguió oscar para sus actrices, paradójicamente nunca para Hepburn, sino también uno para Harrison.Su carrera fue extraordinadia, y sin embargo rara vez le sitúan junto a los que llaman "grandes directores": John Huston, George Stevens, John Ford, Willy Wyler, Billy Wilder, Hitchcock.
Creo que por fin sé por qúe. Era, fundamentalmente, un director de actores. Básicamen, le interesaba que el actor brillara. Veía la historia a través de los personajes principales.
[...]
Su interés eran los actores, los presentaba.
[...]
Su atención se concentraba en los actores. Los actores eran la historia, de modo qie en sus películas siempre destacaban mucho. En las entrevistas describía la brillantez del trabajo de sus actores, de tal manera que en sus artículos el crítico prestara atención a la interpretación. Así que nosotros nos llevábamos los laures y para Geroge no quedaba nada. ME pregunto si tengo razón. Creo que sí.
HEPBURN, Katharine. Yo misma: historias de vida. Barcelona: Ediciones B, 1991, p. 184
Saludos